En 1980 Juan Lladró empezó, junto a sus hermanos, José y Vicente, a invertir en arte. Lo hizo asesorado por Alfonso Emilio Pérez Sánchez, director del Museo del Prado entre 1983 y 1991. Su idea, desde un principio, era ponerla a disposición del público en la sede que la empresa de figuras de porcelana tenía Tavernes Blanques. Y ahí estuvo hasta que en 2017 la empresa se vendió a un fondo de inversión y la colección de arte se trasladó a Madrid donde está almacenada. 

Ahora, y tras diez meses de negociaciones y el pago de 3,7 millones de euros, la colección compuesta por 73 piezas de arte del siglo XV hasta el XX, ha pasado al patrimonio artístico de la Generalitat Valenciana y formará parte del Museo de Bellas Artes San Pío V con lo que, según el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se «fortalecerá, modernizará y visibilizará» la considerada como segunda pinacoteca de España. 

El mural Yo soy el pan de la vida de Sorolla Levante-EMV

La colección, tal y como deseaban sus artífices, volverá a estar accesible para el público valenciano. Será, y como paso previó a su desembarco definitivo en el Museo de Bellas Artes, en el Palacio de las Comunicaciones, conocido como el edificio de Correos en la Plaza del Ayuntamiento. Allí, las pinturas de José de Ribera y su taller; las piezas de Zurbarán, Vicente Macip y de su hijo, Juan de Juanes, y el capítulo dedicado al regionalismo valenciano de los siglos XIX y XX con Vicente López, Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, José Benlliure y José Segrelles, estarán expuestas seis meses y que podrá visitar de manera gratuita. La muestra será comisariada por el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel. Así lo anunció ayer Ximo Puig tras calificar de «hito cultural histórico» el acuerdo de adquisición de la colección. Una compra que, dijo, tiene «espíritu de cesión».

Ximo Puig, Luz Lladró y Raquel Ramarit ante Labradora valenciana. GV

El jefe del Consell, en el acto realizado en el Salón Dorado de la Generalitat ante dos obras de Sorolla y la actuación del grupo valenciano de música antigua Música Trobada, agradeció a la familia Lladró su contribución a «preservar el patrimonio valenciano» y especialmente a «su decisión de priorizar que esta colección se quedara en València para ser propiedad del pueblo valenciano». Puig indicó que, con la adquisición, el patrimonio artístico valenciano «crece de una manera notable» con obras «excepcionales» del arte clásico español que la familia Lladró reunió «con mucho esfuerzo». La colección, llegó a decir Puig, ayudará al que la observe «a entender la vida». 

La colección aporta al San Pío V «su primer Zurbarán», lo que «enriquece» la colección de Barroco

De la adquisición, Puig destacó que la colección aporta al San Pío V «su primer Zurbarán», lo que «enriquece» la colección de Barroco, así como siete obras de Joaquín Sorolla entre las que destaca el mural de 5,5 metros de largo Yo soy el pan de la vida y óleo Labradora valenciana.

En nombre de la familia, Luz Lladró, hija de Juan Lladró -fallecido en 2017-, recordó que la colección ahora adquirida nació de la voluntad de los hermanos de compartir su éxito empresarial con los valencianos y de su compromiso con la sociedad y cultura valenciana, por lo que recuperaron obras principalmente de artistas valencianos que se encontraban por todo el mundo.