Sara Baras: "Desde que murió, no es que piense en mi padre mientras bailo. Es que le bailo a él directamente"

«Sigo la línea de Camarón, Gades o Carmen Amaya: respeto el flamenco puro pero tengo que dejar que aparezca mi personalidad»

Sara Baras

Sara Baras

Voro Contreras

Voro Contreras

Sara Baras, la artista más reconocida y galardonada del baile flamenco, llevará del 12 al 14 de diciembre al Palau de les Arts, Alma, un espectáculo en el que la gaditana fusiona el bolero con el flamenco más tradicional, en homenaje a su padre, quien le inculcó su pasión por los boleros. Acompañada de un selecto cuerpo de baile, cantaores y músicos en directo, Baras recrea temas célebres como «Nostalgia», «Toda una vida» o «Vete de mí», entremezclados con seguiriyas, soleares y bulerías. «La fusión no está solo en la parte musical, sino también en la coreografía, en la iluminación, en la puesta en escena, en el vestuario… -explica Baras a Levante-EMV-. Es un espectáculo con una energía preciosa, donde hay partes profundas donde se ve el amor a mi padre y cada uno podrá ver a los seres queridos que ha perdido. Son melodías que también te hacen fusionar el tiempo, recordar canciones de siempre pero hechas por artistas de hoy».

¿Piensa en su padre mientras baila?

No es que piense en mi padre, es que directamente le bailo a mi padre. Intento buscarlo y contactar y conectar con él y poder bailarle. Hay muchos boleros que son sus favoritos y que yo tengo mis recuerdos con él. Por eso digo que es una obra emocionalmente importante, no solo es cuestión de interpretarla y también de sentirla y la suerte de poder compartirla.

Su padre asistió al estreno de «Alma» pero murió poco después. ¿Baila diferente desde entonces?

Siento diferente y supongo que al sentir diferente mi baile también será diferente. Una se prepara técnicamente para tener el vocabulario más amplio para poder expresarse de la mejor manera. Pero los golpes fuertes de la vida te enseñan mucho y en este caso la madurez hace que baile distinto. Intento buscar la conexión con él, intento buscar la belleza de poder sentirlo y bailarle, pero no solo a él sino también al público y a todos los que vivimos.

¿Se fusiona mejor con el cuerpo o con la música?

Todo tiene su momento. Lo difícil es hacerlo bien. Lo que sí es verdad es que el bolero con el flamenco se hace desde muchísimos años, los cantaores antiguos ya cantaban boleros. Pero esta es una fusión distinta, aquí se trata de hacer una letra de «Nostalgia» por seguidiyas y en tu forma de bailar intentas unir el contraste de la fuerza del flamenco con la suavidad del bolero. No sé que es más fácil, fusionar con el baile o con la música. Lo difícil es haber conseguido la armonía entre todos los que estamos en el escenario, tener esa comprensión. Cuando eso se consigue, la energía explota, como ocurre en «Alma», que vamos todos a una. Eso es el reflejo de un trabajo en equipo maravilloso.

Un equipo que este año cumple 25 años con usted. ¿Cómo se mantiene una relación de tantos años?

Es una cuestión de trabajo, no solo de talento, de no bajar la guardia en todos estos años, de entregar el cien por cien lo que eres, de respetar el trabajo en equipo, de querer tu trabajo, tu arte, querer tanto al flamenco, intentar superarte… Yo no tengo palabras ni tiempo suficiente para agradecerle también estos 25 años al público. Somos una compañía privada, que se mantiene del público y gracias a él seguimos ahí.

¿Sara Baras ya es una marca en sí misma?

Sí, al final se crea un sello propio. El estilo, todo, parece que tiene su propia identidad y eso es algo increíble de lo que también me siento muy orgullosa.

El bolero se baila agarrado pero usted lo «separa». ¿No pierde carnalidad y erotismo?

El flamenco también lleva esa carnalidad, también te está enamorando continuamente. El bolero es muy coqueto, muy sensual y eso sale directamente. Aquí hay un coqueteo muy continuo con la música, con el público, con encontrarte contigo misma.

¿Qué amante es más celoso, el bolero o el flamenco?

Los dos, los dos. El flamenco tiene un poco más de garra y el bolero es más suave, aunque las lágrimas también están.

¿Si el alma es el bolero, el flamenco es el corazón?

Sí señor. Somos flamencos que traemos el bolero a nuestra historia. El poder sentir con tu alma de bolero una seguidiya o una soleá es algo muy bonito. Es un espectáculo lleno de los detalles que provoca es fusión.

A algunos le provoca cierta tensión ver los términos «flamenco» y «fusión» juntos. Parece claro que a usted, no.

Sigo la línea de mis maestros, que son los que realmente han puesto al flamenco grande. Y nombro a Paco de Lucía, Camarón, Morente, Manolo Sanlucar, Carmen Amaya, Antonio Gades… Y ellos tienen una identidad muy propia y un respeto enorme a la tradición y al flamenco más puro, pero también la obligación de dejarse llevar por los sentimientos y dejar que aparezca su personalidad. Para mí, que el flamenco con todo el peso que tiene me de la oportunidad de verlo desde un punto de vista diferente, es maravilloso. Hay que vivir el momento que vivimos, no olvidar lo que nos han enseñado pero hacerlo desde el hoy. Cuando se hace con calidad y respeto, es precioso.

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