ENTREVISTA

Isabel Muñoz: "Hay cosas que un hombre no puede contar igual que una mujer"

La fotógrafa pronuncia el domingo su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde pasará a ser la sexta mujer

Isabel Muñoz pronunciará, este domingo, su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Isabel Muñoz pronunciará, este domingo, su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Víctor Rodríguez

De Isabel Muñoz (Barcelona, 26 de febrero de 1951) dicen que recuerda el nombre de todas las personas a las que ha retratado, que Richard Avedon compró una fotografía suya para su colección particular, que captura los cuerpos de espalda o sin que se vea el rostro para que el espectador le ponga el de la persona amada y que tiene una determinación de plata. De platino, cabría corregir, por el material en que le gusta revelar esas imágenes suntuosas, sensuales, impulsadas por una voluntad de perfección formal y estética aun cuando hablen de horrores como el abuso sexual, la violencia o la asfixia del planeta, de Camboya a Centroamérica, de Irán a la República Democrática del Congo, que tan reconocible hacen su trabajo.

Distinguida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, el Premio Nacional de Fotografía o el PhotoEspaña 2021, acaba de aterrizar de Turquía donde ha visitado Göbekly Teppe, el templo más antiguo conocido, de hace más de 11.000 años, y fotografiarlo de noche, en la extraña quietud del mundo. Este domingo pronunciará 'Una antropología de los sentimientos', su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, institución a la que llega con ganas de apoyar la creación, el intercambio y, parafraseando algo que una vez le oyó decir a Radomir Antic, aquel entrenador de fútbol, “devolver a la fotografía todo lo que la fotografía me ha dado”.

¿De qué va a tratar su discurso?

Una se tiene que dar cuenta de sus limitaciones. Yo soy fotógrafa, no soy oradora ni historiadora de la fotografía. Pero sí he vivido el desarrollo de la fotografía en España. Y eso haré, un pequeño recorrido por mi vida como fotógrafa y como persona, con momentos también históricos, políticos, importantes que nos tocó vivir y por el camino que ha recorrido la fotografía en esos años, que es un camino grande.

Fotografía de la serie 'Danza cubana', de 1995. Será la obra que Muñoz done a la Academia a su ingreso.

Fotografía de la serie 'Danza cubana', de 1995. Será la obra que Muñoz done a la Academia a su ingreso. / ISABEL MUÑOZ

¿Es un momento muy distinto que el que le tocó en sus inicios?

Muy distinto. La fotografía ahora se valora más, existe la posibilidad de estudiar fotografía, pero a mí me hubiera gustado que evolucionara en todos los sentidos y que la gente encontrara en la fotografía un sitio donde poder trabajar dignamente, una profesión, y eso es mucho más difícil ahora para la gente joven.

Y le preocupa.

Me preocupa mucho. Me parte el alma. La gente joven es la gente de mañana. Hay que concienciar a la gente de que hay que apoyar nuestra cultura. Porque nosotros desaparecemos, nadie se lleva nada. Y la cultura es lo que queda.

¿Cree que es un mal generalizado o típicamente español?

Creo que es un mal bastante general, pero aquí en España peor. Desgraciadamente, siempre hemos ido remando detrás, salvo en algunos momentos de esplendor. Pero también tengo esperanza en esta juventud creativa. Siempre tiene que haber una esperanza, es un tema que he tocado siempre. Es tan necesario.

"Para mí la fotografía es, de una manera cada vez más fuerte, dar voz. Creo en el poder de cambio de la imagen"

Para algunos la fotografía es un resorte de la memoria, para otros una forma de dar testimonio, para otros una expresión… ¿Para usted qué es?

Muchas cosas. Por un lado, efectivamente, dar testimonio. Pero para mí también es importante emocionar. Y cada vez más, de una manera cada vez más fuerte para mí, no solo emocionar sino dar voz. Yo sí creo en el poder de cambio de la imagen.

¿Tiene la sensación de que su trabajo ha servido para algo?

Lo he dudado muchas veces, pero sí, he tenido la suerte de vivir anécdotas en Centroamérica o en África que me han demostrado que sí. Niños y niñas de meses o de cinco, seis y siete años en la República Democrática del Congo que desaparecían de sus casas y reaparecían esa misma madrugada después de haber sido violados. La sangre de mercurio lo llamaban porque el dinero se hace con mercurio. Lo retraté varias veces con ayuda de mucha gente, se expuso y Naciones Unidas, la comunidad internacional, el Gobierno se hicieron eco de esa barbarie y acabaron. Seis meses después volví y había dejado de ocurrir.

Muñoz será la secta mujer actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Muñoz será la secta mujer actualmente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. / ALBA VIGARAY

Se habla de fotografía ventana y fotografía espejo. ¿Usted mira por la ventana o se mira en el espejo?

Yo creo que, aunque un fotógrafo diga lo contrario, lo de la ventana es mentira. Cada uno lo analiza a su forma, pero yo creo que nuestras imágenes son espejo de lo que somos. Fotografiamos lo que sentimos y, desde luego, si no es así, a mí al menos no me interesa. Yo necesito hacer mías las imágenes. Si no, falta algo.

¿Por qué ha buscado siempre tan lejos? ¿No ha encontrado en Madrid historias que contar?

 Bueno, he hecho muchas cosas en Madrid. Ahora mismo estoy con un tema social aquí. Es absurdo, porque realmente el ser humano está en todas partes, pero las cosas te van llevando a medida que van saliendo.

Va a ser la sexta mujer actualmente en la Academia.

Sí, y la primera fotógrafa.

¿Significa algo para usted como mujer?

Soy feminista, aunque estoy en contra de los cupos. Creo que la mujer hoy no necesita un cupo. Si vale, vale. Y creo que en España eso ha cambiado. También en la Academia se ha comprendido que hay que dar entrada a la mujer. Es curioso, como fotógrafa me ha preocupado mucho y he abordado mucho el tema del género. Y sin embargo luego no miro, estoy en una reunión y no me fijo si estoy con un hombre o si es una mujer. Pero está bien que en la Academia empiecen a entrar mujeres válidas.

Fotografía de la serie 'Somos agua', de 2021.

Fotografía de la serie 'Somos agua', de 2021. / ISABEL MUÑOZ

Su carrera, su trabajo, ¿se ha visto de alguna forma afectada por ser mujer?

Sí, claro. Muchas veces, además, no sé por qué, elegía temas donde la mujer no tenía entrada. Pero al final he podido entrar. Y poderlo compartir con otras mujeres me gusta. Por otro lado, me ha dado la oportunidad de que mujeres me miraran como nunca hubieran mirado a un hombre, de compartir con ellas momentos íntimos, cómo eran sus deseos, cómo hacían el amor, cuáles eran sus carencias. Me he pasado toda la vida diciendo que no hay una visión femenina y no hay una visión masculina, que eso depende de cada uno hasta que en un punto me di cuenta de que no, de que un hombre no puede contar de la misma forma que una mujer cosas como sentir una violación.

"Hay que mirarse, oler, tocar... Es algo que se está perdiendo"

La última vez que hablé con usted me dijo que su nieta se estaba planteando estudiar fotografía. ¿Persevera en el propósito?

No, no. Está estudiando otra carrera. Pero qué importantes son dos decisiones: la elección de una pareja cuando hay un proyecto de vida que luego se plasma en hijos y la elección, cuando se puede tomar, de dedicarse a algo que apasione. Te puede ir mal en la vida, pero si tienes un proyecto, un trabajo que te llene, saldrás. Ha habido momentos muy duros en la vida en los que la fotografía es lo que me ha salvado. El arte ayuda a vivir.

¿Qué futuro cree que le aguarda a la fotografía? ¿Ha probado, por ejemplo, la generación de imágenes con inteligencia artificial?

No. Como instrumento no me interesa. Sí me interesa conocerlo: la inteligencia artificial, el metaverso, la realidad virtual… Me interesa conocerlo y me preocupa. Porque está bien soñar, pero es importante también conseguir que estos sueños se hagan realidad. El ser humano no puede vivir en una burbuja de alguna manera, sólo soñando, porque no es real. Hay que mirarse, oler, tocar; es un tema físico. Sentir, gozar, sufrir también… Se está perdiendo. ¿Y con qué lo vamos a sustituir?