"La niña de la comunión" reivindica en València el cine de terror

El director, Víctor García, y su protagonista, Carla Campra, han presentado el film, que llega a las pantallas después de triunfar en Sitges

Carla Campra y Víctor García presentan La niña de la comunión

Carla Campra y Víctor García presentan La niña de la comunión / Gustavo Sanz

María Bas

“La niña de la comunión” llega a las pantallas el próximo viernes convertida en una de las sensaciones del pasado Festival de Sitges, donde fue proyectada en la Sección Oficial fuera de concurso.

Su director, Víctor García, y su protagonista, Carla Campra, ofrecen una historia de terror, ambientada en un pueblo en los años 80, que reivindica “la increíble calidad” del género en España, con referentes tan claros como el valenciano Paco Plaza, “que convierte en un peliculón todo lo que hace”.

La cinta, escrita por el reconocido dramaturgo y guionista Guillem Clua (Los renglones torcidos de Dios, El inocente), sigue los pasos de dos amigas que regresan a casa haciendo autostop después de una noche de fiesta. Cuando un extraño objeto se cruza en la carretera, encontrarán una vieja muñeca de comunión y descubrirán la leyenda que envuelve a la misteriosa desaparición de una niña.

Víctor García y Carla Campra, director y protagonista de "La niña de la comunión".

Víctor García y Carla Campra, director y protagonista de "La niña de la comunión". / Gustavo Sanz

“Creo que las muñecas son uno de los grandes recursos del género”, afirma Víctor García, que asume la realización tras varias experiencias en el cine de terror anglosajón, entre las cuales se encuentra la última entrega de la saga de culto Hellraiser.

“Estos elementos remiten directamente a nuestra infancia, lo que nos lleva a ser conscientes del tiempo transcurrido desde entonces y acaban resultando el reflejo de nuestra propia mortalidad”, apuntó en los cines Kinépolis Valencia, donde presentó la película este martes, junto a la protagonista.

Un rodaje en el agua

Por su parte, Carla Campra, conocida por su participación en películas como Verónica o Todos lo saben, destaca “la intensidad y la dureza del rodaje, sobre todo las escenas que transcurren en el agua”, y ha señalado la dificultad de “sostener un personaje protagonista que carga con una historia tan trágica, aunque por suerte teníamos muy claro qué queríamos contar y todo funcionó como un gran trabajo en equipo”.