Entrevista | Teresa López Cerdán Escritora, actriz e 'influencer'
Teresa López Cerdán: "Hace falta novela romántica para que nos llene el corazón, pero sabiendo que el amor no lo es todo"
«Lo de ‘A tres metros sobre el cielo’ está muy lejos del día a día y de lo que realmente podemos sentir y aspirar las mujeres. Yo hablo claramente de lo que es real y de lo que no», dice la autora

La escritora Teresa López Cerdán, junto a lectoras, en una presentación de su libro. | LEVANTE.EMV / miiram bouiali. valència
El éxito inmediato de su primera novela, Yo siempre seré yo a pesar de ti (Esencia, 2023), ha pillado a la valenciana Teresa López Cerdán desprevenida y triunfando sobre los escenarios con «Gordas» (Bendita Inocencia), pues el Arte Dramático es su otra gran pasión. En esta comedia romántica del siglo XXI narrada en primera persona, la ahora también escritora rebosa frescura y naturalidad, como en sus redes sociales, donde tiene miles de followers gracias a su incansable reivindicación del amor propio y su discurso contra la gordofobia.
Karma, la protagonista de Yo siempre seré yo, a pesar de ti está más cerca de los 30 que de los 20. Es una década de la vida en la que pasan muchas cosas, como escribir un libro, ¿no? ¿Cómo surgió la oportunidad?
Soy periodista, llevo la vida entera escribiendo, desde pequeñita. Antes de empezar con «Gordas» trabajaba en El Corte Inglés y era freelance para WeLoversize, una página que adoro. Ahí, durante la cuarentena y en medio del aburrimiento, escribí tres capítulos sin ningún tipo de pretensión y, dos años después, en el boom de TikTok y con medio millón de seguidores, leí los tres capítulos en un directo y se puso en contacto Planeta. Es la misma historia, pero enfocada de una manera muy distinta, porque he crecido.
Ha pasado de interpretar textos teatrales a escribir un libro. Son maneras de expresarse, pero diferentes. ¿Cómo definiría estas dos facetas suyas?
Quienes vivimos del arte y la cultura, encontramos muchas formas de canalizar nuestros sentimientos —en un escenario, escribiendo, bailando o cantando— y a pocas personas con esta sensibilidad solo les gusta una única rama. pensaba que no podían convivir, que debía elegir una... e iba a ser Arte Dramático, en lo que siempre he centrado mis esfuerzos, pero hay retroalimentación: escribo lo que escribo porque en teatro me he nutrido de todos los personajes; he vivido muchas pieles.
Dice que le dio un enfoque distinto y que el teatro le ha servido. Además, el libro se presenta como un relato desde el crecimiento personal y contra los estándares sociales. ¿Cómo lo definiría?
Es una comedia romántica, una historia de chica conoce a chico a través de Tinder. Ella está un poco hasta las narices de su vida: le gustaría ser actriz, pero nunca le han dado una oportunidad por estar gorda, y trabaja de teleoperadora. En una vida gris que no le llena, aparece un chico que le revuelve los esquemas. Esa es la historia principal, pero hay que quedarse con la parte de amor propio, de convencerte de que no necesitas a nadie para decirte lo maravillosa que eres: deberías saberlo.
En el género romántico abundan los tópicos y, en muchas ocasiones, es tóxico. ¿Por qué apostó por este género? ¿Se puede escribir novela de otra manera?
Cien por cien. Soy lectora empedernida de este tipo de novela desde pequeña. Devoraba Crepúsculo, leía también muchísimo a Federico Moccia, Blue Jeans... e hice una construcción social a base de todo lo que había leído que no podía estar más lejos de la realidad. Lo de A tres metros sobre el cielo está muy lejos del día a día y de lo que realmente podemos sentir y aspirar las mujeres. Hablo claramente de lo que es real y de lo que no: en un capítulo idealizo el amor, y en el siguiente reflexiono de que no es lo que hay que buscar continuamente. Es necesario, y hace falta, que adolescentes y no tan adolescentes encontremos literatura romántica que nos llene el corazoncito, pero siempre sabiendo que el amor romántico no lo es todo.
¿Su novela ayudará a adolescentes a no idealizar lo que no es positivo? ¿O a que personas más mayores sanen heridas?
Me encantaría. Mi objetivo era público de 25-30 años, pero me leen adolescentes; profesoras de instituto que lo pondrán como lectura obligatoria; y también gente más mayor. Me llega feedback de mujeres de más de 50, a las que el libro les ha llegado por sus hijas, y me dicen que han sanado relaciones complejas de cuando eran jóvenes. Estoy alucinada, no me lo esperaba.
Se dice que la protagonista, es «un poco todas», y también muy Teresa López Cerdán, ¿verdad?
Karma está basada en mi vida, porque como era el primer libro que escribía, quería sentirme segura y tranquila, sabiendo que el personaje me iba a quedar muy completo. Pero no todo me ha pasado a mí, sino a otras mujeres cercanas, aunque la gente piensa que todo es mío. He construido a Karma a base de experiencias que le han pasado a personas de mi vida.
Es original la apuesta por recrear conversaciones en redes sociales con bocadillos entre el texto...
Poner los bocadillos de WhatsApp fue cosa de mi editora. Yo no quería, soy muy clasicorra, pero cuando lo vi, me gustó mucho. Hace más amena la lectura.
¿Cree que a través de Karma también se da un relato generacional?
Me parece increíble que el 90 % de gente que me escribe me dice que creía que era su historia. Es muy fuerte, se identifican muchísimo con Karma y me dicen que les han pasado cosas muy parecidas.
Karma va a Burjassot y València ¿Por qué decidió estas localizaciones, además de Madrid?
Durante la cuarentena, cuando escribí los capítulos, todas las noches jugaba y hacía un directo con una chica que se llama Karma en redes, en quien encontré una amiga real. Como homenaje a esa época tan bonita, decidí ponerle a la protagonista Karma —también Laura, en realidad— y ella es de Burjassot y València, una tierra que me encanta, amo y adoro.
La protagonista duda sobre su cuerpo. Usted es activista contra la gordofobia, coprotagoniza «Gordas»... ¿Qué le parece lo que pasó con la actriz Berta Vázquez en los Premios Goya? Unos la criticaron por ganar peso y otros la llamaban guapa «pese» a eso. Ni una cosa ni la otra, ¿no?
Sí, eso me joroba. Da rabia que en una chica tan talentosa, tan formada y con tanto trabajo a sus espaldas, todo gire en torno a su físico. Ni guapa ni gorda, ni fea ni delgada. Estaba en una alfombra roja, vale, se puede comentar la ropa, pero no el cuerpo. Ya pasó con Tania Llasera y Adele, cuando adelgazó. ¿Podemos hablar de talento y no del puñetero cuerpo?
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