Entrevista

La Flaka: "De pequeña no sabía si ser monja o cantante"

«Todo mi tiempo lo paso bailando y cantando. Tengo una vida muy divertida y eso no lo puede decir todo el mundo», asegura La Flaka

La Flaka

La Flaka / Elena Martínez

Carla Melchor

Carla Melchor

Saltó a la fama tras participar en «La Voz», el ‘talent show’ de Telecinco, donde hizo llorar a Alejandro Sanz. Aunque por ese tiempo, La Flaka, el nombre artístico de Jéssica Cánovas, llevaba más de una década en el mundo de la música. De pequeña cantaba en los tablaos de los barrios de Triana y La Macarena de Sevilla. Actualmente combina los escenarios con su rol como empresaria en la academia de baile que mantiene junto a su marido, el conocido rapero Junior Mínguez, que se dio a conocer en «Upa Dance» y puso música a la intro de «Aquí no hay quien viva».

¿Cómo lo hace para seguir formando parte de estos dos mundos?

Llevo un ritmo muy acelerado. Puede resultar estresante, pero al final me hace muy feliz porque hago lo que me gusta. Cuando te subes a un escenario se te olvida todo. Todo mi tiempo lo paso bailando y cantantando, y eso no lo puede decir todo el mundo. Tengo una vida muy divertida.

Lleva desde pequeña en la música. ¿En qué momento se encuentra actualmente?

Estoy en un momento muy maduro, con muchas ganas. Estoy trabajando muy ilusionada porque lo que hago sobre el escenario está meditado.

¿Cómo definiría lo que va a ver el público en el Teatro Talía?

La gente se va a divertir. Me encanta que el público que viene a verme se divierta, se ilusione y se arranque a dar palmas. También va a emocionarse, porque tengo un punto emotivo muy grande. Sobre el escenario doy cachitos de mí. Vamos a pasar un rato súper emotivo.

El público general le conoció en «La Voz», pero lleva años siendo una cara conocida en los escenarios de Sevilla.

Cuando miro hacia atrás me sorprendo al contar los años que llevo en la música. Empecé muy «pequeñita» en los escenarios. Tenía claro que mi profesión era esta. Bueno, a decir verdad, de pequeña no sabía si ser monja o cantante. Al final me decidí por el arte. Yo iba a un colegio de monjas y me transmitían mucha paz y buen rollo. Está claro que si hubiese sido monja hubiese sido la que siempre está en el coro con la guitarra. Me sorprendía al ver a las monjas tan felices y al final le acabé diciendo a mi madre que quería ser como ellas. «La Voz» fue un gran escaparate tremendo y me ayudó mucho a consolidar mi carrera.

¿Conocía a Alejandro Sanz cuando empezó en «La Voz»? Su marido fue telonero suyo.

Mi marido lo conocía, pero yo no mucho. Después del programa tenemos una relación muy bonita y para mí es honor tener este contacto con él.

¿Cómo ve el sector de la música?

Creo que está bastante bien. La gente joven escucha muchísima música. En mi época también, pero el estilo de vida ahora es completamente diferente. Los jóvenes tienen la música más a mano. Nosotros teníamos que buscarnos la vida para escuchar música nueva. Yo me acuerdo que iba con el discman a todas partes.

¿Este alto consumo se refleja en el beneficio al artista?

No siempre. Pero pienso que las redes sociales han democratizado el acceso de los nuevos talentos al sector. Es más fácil que te vean. Sin embargo, es difícil conseguir una carrera sólida en la música. Al final, somos muchos.

¿Cree que el flamenco se escucha tanto como otros géneros por la gente joven?

La música tiene públicos de todo tipo. El flamenco también lo tiene. Nunca va a desaparecer porque el flamenco siempre sale. Cuando intento hacer otro género acabo haciendo una fusión con el flamenco (ríe).

¿Se plantearía presentarse nuevamente a un ‘talent show’? ¿Qué dice del Benidorm Fest?

La verdad es que no me lo he planteado. No estoy segura; debería estar preparada para pasar por lo mismo. Cuando acudes a un programa como «La Voz» tienes que estar preparada para que un jurado te califique. Para que yo participe en otro programa tengo que ver que el formato esté en sintonía con el público, que gusta.

¿Cómo está su agenda de este 2023?

Llenita. A veces pienso que me gustaría trabajar probando sofás. Tanto mi marido como yo tenemos mucho trabajo en la academia de danza. Cada vez tenemos más alumnos. Entre mis hijos, la academia, la casa y el cante, imagínate cómo voy. A pesar de todo, voy a dar un montón de conciertos.

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