Berlanga y el hilo que une a Vito Corleone con Charlot

Un nuevo libro analiza la relación entre Hollywood y el cineasta valenciano, recuerda que dirigió el doblaje de «El padrino» y revela que le propuso a Chaplin «resucitar» a su personaje más celebre

Berlanga escribió en 1958 una historia que recuperaba al personaje de Charlot... Y lo mataba.

Berlanga escribió en 1958 una historia que recuperaba al personaje de Charlot... Y lo mataba. / L-EMV

Voro Contreras

Voro Contreras

Hay un hilo -imaginario, fino y casual,pero hilo al fin y al cabo- que une a dos de los personajes más icónicos de la historia del cine internacional, Charlot y Vito Corleone, y que tiende entre los dos la inmensa figura de Luis García Berlanga. 

Entre los muchos proyectos que el director valenciano llegó a botar pero que no llegó a ningún puerto figura «Conejo de indias», el borrador de un guión que Berlanga escribió inspirándose en el célebre vagabundo de Charles Chaplin y que llegó a enviar a la estrella del cine norteamericano (sin recibir acuse de recibo) para que lo tuviera en consideración. 

Un Charlot atómico

El proyecto nace de una conversación entre Cesare Zavattini, Berlanga y el también valenciano Ricardo Muñoz Suay sobre si Chaplin debería volver o no a su viejo personaje de Charlot y cómo debería hacerlo. Y sí, en su historia, Berlanga no solo hace regresar al vagabundo al mundo de hoy (bueno, al de 1958) sino que le cambia el nombre -le bautizará, atención, como Plácido- e incluso plantea cuál podría ser su muerte tras bañarse en un arrollo junto a una «Central Atómica para Usos Pacíficos».  

Unos cuantos años después, tras el pinchazo en taquilla de Esa pareja feliz, cuando estaba atravesando uno de los momentos más complicados de su carrera, Berlanga recibió el encargo de dirigir el doblaje al español de la primera entrega de El Padrino de Francis Ford Coppola. 

EL ACTOR MARLON BRANDO COMO VITO CORLEONE EN UN FOTOGRAMA DE LA PELICULA "EL PADRINO", DE FRANCIS FORD COPPOLA, QUE CUMPLE 50 AÑOS DE SU ESTRENO.

EL ACTOR MARLON BRANDO COMO VITO CORLEONE EN UN FOTOGRAMA DE LA PELICULA "EL PADRINO", DE FRANCIS FORD COPPOLA, QUE CUMPLE 50 AÑOS DE SU ESTRENO. / L-EMV

Tal como recordaba Javier Dotú, el actor de doblaje que se encargó de ponerle voz en castellano a Michael Corleone (es decir, a Al Pacino), Berlanga llegó a estudio «con una humildad tremenda, diciendo que él no era experto en la función que iba a desempeñar (…) pero que iba a colaborar en todo de mil amores». 

Parece que todos los implicados quedaron bastante contentos con la experiencia y que incluso la Paramount, productora del proyecto, le encargó a Berlanga a continuación dirigir también el doblaje de El gran Gatsby, pero finalmente no lo hizo porque iba iniciar la filmación de Tamaño natural.  

Un diario de los Oscar

Estos dos datos, y unos cuantos más, los ha recogido el investigador y escritor cinematográfico Luis Alberto Cabezón García en Plácido viaje a Hollywood (Ediciones de la Filmoteca), una biografía de Berlanga escrita en clave «americana» -o más bien, estadounidense-. A partir de la reconstrucción del viaje a Hollywood, en 1962, del cineasta valenciano junto al productor Alfredo Matas y la actriz Amparo Soler Leal para representar a España en los Oscar con Plácido, Cabezón recoge, enumera y analiza todo lo que tiene la vida y el cine berlanguiano de norteamericano.

Así, Plácido viaje a Hollywood localiza decenas de comentarios de Berlanga sobre el cine hollywoodiense en artículos, entrevistas y discursos; rastrea las referencias a la cultura norteamericana que aparece en sus películas, husmea en sus filias eróticas made in USA y contempla la recepción que tuvieron los estrenos de sus films en Estados Unidos, incluyendo la crítica de The New York Times a El Verdugo, donde se le califica como una «broma sombríamente macabra».

Anécdotas y leyendas

El libro incluye, además, un diario que escribió Amparo Soler Leal durante aquel viaje a los Oscar de Oscar de 1962 y un jugoso apartado dedicado a «anécdotas y leyendas». En él, Cabezón recuerda que Berlanga «olfateó» las capacidades de Brigitte Bardot con solo verla posar en la revista Elle. O que estuvo a punto de ser enchironado en Cannes acusado de «falsificación de moneda» por imprimir dólares con las caras de los protagonistas de ¡Bienvenido, Mister Marshall!. 

Recuerda también el autor de Plácido viaje a Hollywood que en 1981, estando de viaje en Nueva York, Berlanga coincidió en un restaurante con dos delegados culturales del Gobierno de la UCD. «Trate bien a estos señores, que vienen a llevarse el Guernica», le dijo en broma al camarero ante sus estupefactos compatriotas que, efectivamente, habían ido a Estados Unidos para eso. 

Cuenta Cabezón que cuando finalmente el director ató cabos y se percató de la misión que había estado a punto de poner al descubierto, lamentó no haber alquilado un equipo de rodaje para filmar el traslado del cuadro de Picasso a España.    

Luis García Berlanga.

Luis García Berlanga. / Luis García Berlanga.

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