Una investigación rescata casualmente del olvido a un desaparecido en Edchera

El cabo primero Pedro Fernández Mayoralas fue uno de los cerca de 40 fallecidos en la batalla sahariana pero el único cuyo cuerpo no fue recuperado

Imagen de la batalla de Edchera

Imagen de la batalla de Edchera / EFE

Jordi Ferrer / EFE

Un libro a medio camino entre la investigación militar y un homenaje solidario al Regimiento de Transmisiones 21, con sede en Marines, ha rescatado casualmente del olvido a un soldado español desaparecido en la batalla librada hace 65 años en el enclave sahariano de Edchera.

En aquella acción militar, una de las más sangrientas de la guerra del Sáhara, el cabo primero Pedro Fernández Mayoralas fue uno de los cerca de 40 fallecidos pero el único cuyo cuerpo no fue recuperado, y sobre su desaparición quedaron muchas preguntas sin responder.

Más de seis décadas después, su historia fue una de las elegidas por el teniente coronel Juan José Crespo, apasionado de la historia militar y actualmente destinado en el cuartel general de la OTAN en Bruselas, para su libro "El alma del 21", cuyos derechos ha donado a Cáritas, y en el que pretende homenajear a este regimiento en el 150 aniversario de su creación a través de minibiografías de veinticuatro de sus integrantes.

"El cabo primero Mayoralas fue enviado al Sáhara en 1957 y desapareció un año más tarde, en enero de 1958, en el combate de Edchera. Nunca se encontró su cuerpo. Elegí su historia como eje central del libro, sin imaginar nunca -señala a EFE el autor- que lograría revivir con tanta fuerza este episodio".

Y es que, tras publicarse el libro, Juanjo Crespo buscó a los familiares de Mayoralas y logró dar con su única hermana y sus sobrinos, que han acogido con emoción la obra. La sorpresa llegó cuando le enviaron al autor algunas fotografías y cartas.

"En el libro no pude incluir ninguna imagen de Pedro porque, por más que la busqué, no aparecía por ningún sitio -relata-. Entonces decidí publicar la de un soldado anónimo que, de alguna manera, le representara. De entre los miles de retratos, sin identificar, que se conservan en el regimiento, elegí el de un joven militar que miraba orgulloso y sereno a la cámara. Me pareció un cierre perfecto para la obra".

"Al encontrar a sus familiares las fotografías que conservaban de Pedro y enviármelas se me puso la piel de gallina. Aquel joven soldado que cerraba el libro era él. Siempre había estado en las páginas aunque yo no lo fuese consciente. Pensaba que había elegido yo la foto, pero fue al revés", explica emocionado el autor.

Cuando desapareció en el Sáhara, Pedro tenía una hermana pequeña de 18 años a la que llamaba de manera cariñosa Marci (Marciana). Aquella joven, según Crespo, es ahora una anciana de 83 años que viajó junto a otros familiares desde Mairena del Alcor (Sevilla) hasta El Pardo (Madrid) para acompañarle en la presentación de la obra, algo que para el autor "fue un gesto sincero de generosidad y agradecimiento" que no olvidará "jamás".

Entre las cartas que Pedro remitió a sus familiares y que han sido redescubiertas, destaca una. "La noche de Reyes de 1958, una semana antes del combate, escribe un poema a sus padres y a su hermana Marci en el que anticipa su final y se despide de ellos. Les dice que sabe que va a morir, pero que lo hará contento porque muere por la Patria... Realmente pone los pelos de punta", admite el autor, que considera que "España y su Ejército tienen una deuda de gratitud y reconocimiento con esta familia".

Mayoralas es apodado "el eterno" en las biografías de los integrantes de este regimiento escogidas por Crespo, pero hay otras, como las de la reina María Cristina de Habsburgo, que disfrutó del primer vuelo de un globo aerostático adquirido por el Batallón de Telégrafos, o el hijo del que fue presidente del Consejo de Ministros en plena Guerra Civil, Francisco Largo Caballero.

También han formado parte de este regimiento el padre del expresidente José María Aznar, y se retratan de forma breve –entre otras- las biografías de José Gabino Nvé, militar informático que falleció en el Yak-42 (2003) y que no pudo llegar a la primera comunión de su hija, la del sargento Manuel Martín, que fue acribillado al tratar de impedir el atraco a un banco en Leganés en 1981 y cuya hija –que solo tenía 1 año- es hoy militar como lo fue su padre, o la de la soldado Ana Carrión que murió tras luchar con valentía contra una grave enfermedad.

"Todos los protagonistas han fallecido ya, desde Ángel Murillo, cuya historia se cuenta, que pereció en el sitio de Portugalete defendiéndolo de los Carlistas en 1874, hasta compañeros que se fueron el año pasado tras contagiarse de covid como el comandante Martínez -señala Crespo-. He recopilado todo tipo de historias y vidas, de soldados, de mujeres, de personajes famosos y de otros que no lo fueron, todos unidos por el hilo que los vincula para siempre con el Regimiento de Transmisiones 21".

Sus historias, explica el autor, se mezclan con la del cabo primero Pedro Fernández-Mayoralas, a quien se buscó durante meses tras aquella batalla, incluso interrogando a cada prisionero enemigo capturado, pero todavía hoy sigue siendo un desaparecido en combate cuya imagen apareció de casualidad para cobrar vida en un libro. 

Suscríbete para seguir leyendo