El Museo de Bellas Artes recibe una nueva donación
La pinacoteca puede extender su discurso hasta la contemporaneidad con este cuadro

Horacio Ferrer hijo, con el director del Museo de Bellas Artes de València, Paglo González Tornel. / Levante-EMV

El Museo de Bellas Artes de València (MuBAV) es mucho más que un referente en Gótico o Ribera. Al cruzar el patio del Embajador Vich, el visitante encuentra una pinacoteca que le traslada a un arte de finales del siglo XIX y principios del XX. El edificio Pérez Castiel abunda en las obras de Joaquín Sorolla, Antonio Muñoz Degrain, Ignacio Pinazo o los Benlliure. Pero la intención de su actual director, Pablo González Tornel, es avanzar hacia un arte más contemporáneo, que abarque hasta, al menos, los años 40 del siglo pasado.
La pinacoteca va dando pasos en este sentido y uno de los más recientes ha sido la incorporación de la pintura 'La danza', obra realizada en 1935 por Horacio Ferrer de Morgado (Córdoba, 1894-Madrid, 1978) cuando estaba pensionado en Florencia. Ha sido uno de los hijos del propio pintor quien ha donado al museo este óleo de 119 x 91,4 centímetros. «Tiene un carácter de vuelta al esencialismo figurativo, tiene una carga de un tono primitivo de vuelta a los orígenes, como una vuelta a la Grecia arcaica», dice el máximo responsable del museo.
La donación surge tras un encuentro entre el director del museo y Horacio Ferrer hijo, a través de uno de los nietos del artista, del que el MuBAV ya tiene otra obra: 'Madre Tierra' (1936), donada por la familia en 1978. En esta obra, Ferrer de Morgado retrata las condiciones laborales y vitales de los campesinos, anticipando además las coordenadas de su pintura durante la inminente guerra civil.
'Madre Tierra' es un precedente directo de los dos grandes lienzos de Horacio Ferrer. Una de ellas es 'Madrid 1937 (Aviones negros)', conservado en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que fue seleccionado por Josep Renau para ser expuesto en el Pabellón de la República Española en la Exposición de París de 1937 y que se pudo ver junto al Guernica de Picasso. La otra obra es 'Éxodo', del Deutsches Historisches Museum de Berlín (1937), que participó en exposiciones en Barcelona durante la primavera de 1938.

La danza. / Levante-EMV
Obra significativa
'La danza' es, según González Tornel, «una obra muy significativa, que pinta pensionado en Florencia. Allí se abre a nuevas corrientes figurativas de vanguardia, conoce la obra de artistas que trabajan la nueva objetividad o nueva figuración, un movimiento que recorre Europa como reacción las vanguardias. A pesar de ser muy modernos no renuncian a la herencia clásica y la tradición figurativa».
El director de la pinacoteca explica que Ferrer de Morgado es un pintor que se forma en el clasicismo «y está muy marcado por su estancia en Italia en 1934 y 1935. Hace pintura de retratos y para instituciones públicas, tiene santos para el Valle de los Caídos, hace la restauración de las pinturas al fresco del monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, del fresco del Palacio de la Granja de San Ildefonso,...».

El MuBAV ya conserva 'Madre Tierra', de Ferrer de Morgado. / Levante-EMV
Sobre el pintor señala que, «sobre todo, en momentos anteriores a la guerra se le vincula con el antifascismo, pero porque los círculos intelectuales más avanzados de los años 30 se vinculaban a estos ambientes. Eso hace que Renau lo convoque para el pabellón de París, pero no es un artista politizado», explica González Tornel. De hecho, continúa, «no es purgado cuando acaba la guerra. Claramente tiene simpatías republicanas, pero sigue trabajando tras la guerra y tiene notables encargos oficiales». González Tornel apunta a «un momento muy significativo en su vida: poco después de acabar la guerra, hay una denuncia contra él, de un vecino o familia, por ser de izquierdas. Mientras estaba fuera de casa tomando un café se presenta la policía secreta que pide verle. María, su esposa, les recibe y aunque ellos no se identifican ella intuye que alguien les ha denunciado. Ella les insiste en que pasen al estudio porque el círculo falangista de su barrio le había encargado dos retratos de José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco y los tenía en el taller. Ellos vieron esos cuadros y ya no les molestaron más».

El artista Horacio Ferrer de Morgado. / ADARVE PRODUCCIONES
Tierra de nadie
Esta donación entronca con la idea del director del museo de alargar el discurso de la pinacoteca a la contemporaneidad de los siglos XIX y XX en la pintura figurativa. «La abstracción es asunto de otras instituciones, pero creo que hay una tierra de nadie que es la pintura figurativa de los años 20, 30 y 40 que me gustaría que el Bellas Artes trabajara». Junto con estas dos obras de Ferrer de Morgado, el museo cuenta con otras obras de esta corriente como 'El bombardeo' (1937), de Eleuterio Bauset; 'La matanza de los inocentes' (1936), de Rosario de Velasco; o 'La figuera' (1925), de Josep Maria Marquès. «Mi idea es compactar obras de este movimiento para presentarlas juntas antes de que acabe el año», avanza, y una vez La danza pase por una puesta a punto después de haber estado casi 100 años colgado de la pared del salón de una casa.

"Madrid 1937 (Aviones negros)". / Levante-EMV
González Tornel explica que los descendientes del artista custodian una colección de obras de su padre «de dimensiones notables con obra muy significativa» y que su intención «es que se conserve lo mejor posible».
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