Fuera de compás
La década progresiva

Pep Laguarda i Tapineria. / L-EMV

Daba gusto ver a Luis Clemente presentando su última criatura en ese templo musiqueta ruzafero que es el King Creole Rock and Roll Club. Se llama “Rock Progresivo Español: Los discos de los 70” y pesa un kilo y medio. Es preciosa, como esa música potente, libre y evolucionada, de carácter complejo, refinado y lleno de unos matices tomados de mil escenas reales o imaginadas. Un estilo que se alejó de la simplicidad del pop sesentero para darle al rock más trascendencia y una mayor credibilidad artística, mezclando su genética rebelde con la psicodelia, el jazz, la música sinfónica, el folk medievalista o la literatura filosófica, esotérica o de fantasía.
A lo largo de sus casi 350 páginas, Luis desgrana año por año la producción discográfica española de aquella época y aquella escena, con vocación enciclopédica, pero sin atorrar ni andarse por las ramas de la divagación. Al contrario, los textos que apoyan las muchas imágenes son breves, directos, divertidos, repletos de significado, conceptuales, en los que abundan la retranca, el humor, los juegos de palabras y los dobles o triples sentidos. Leerlo se parece, en ocasiones, a una excursión al centro del cerebro musical y literario del autor, un paseo por un paisaje burbujeante y original lleno de hilos de los que tirar y ventanas por las que asomarte para descubrir nuevas referencias.

Remigi Palmero / L-EMV
Poca broma. Estamos hablando de un periodista-escritor doctísimo en rock andaluz y flamenco que ya lleva publicados doce libros. Dice que a este le tenía muchas ganas y que llevaba mucho tiempo pensándolo y preparándolo. Desde luego, no le podía haber quedado mejor. Papel brillante, chorreante de color de principio a fin, con tapas duras, tan ancho como largo y diseñado y maquetado con un encanto soberbio, el volumen cronifica, describe y critica discos, pero también libros, revistas, eventos, festivales, conciertos, películas, portadas y otras manifestaciones culturales de esa época en la que estaba todo por hacer y todo por explicar en una España gris y reprimida bajo el yugo de la dictadura franquista.
Obviamente, encontramos los grandes clásicos de Andalucía, Cataluña y Madrid como Triana, Alameda, Miguel Ríos, Smash, Lone Star, Brincos, Barrabás, Módulos, Solera, Pau Riba y Máquina, pero también discos valencianos como “Brossa d’ahir” de Pep Laguarda i Tapineria, “Humitat Relativa”, de Remigi Palmero y “Holocaust”, de Cotó en Pel, el más progresivo de los tres por su sabor a Emerson, Lake and Palmer, Pink Floyd y King Crimson. “Brossa es mi disco favorito de los que se publicaron en la Comunitat Valenciana. Se trata de una cumbre acústica y del buen gusto que no tiene parangón en el resto de España, con esa sonoridad tan particular y mediterránea que conecta con la música que gente como Daevid Allen hacía en Mallorca. Ni siquiera Pau Riba lo iguala”, explica Clemente.

EL CANTANTE VALENCIANO NINO BRAVO (C), EN LA FIRMA DEL CONTRATO CON LOS HUMO, MIGUEL Y FERNANDO, QUE VIAJABAN CON EL HACE 50 AÑOS, EL 16 DE ABRIL DE 1973, CUANDO PERDIA LA VIDA EN UN ACCIDENTE DE TRAFICO. / L-EMV
“A Cotó en Pel también les tengo un cariño especial desde que los vi en directo, con aquel sonido tan espeso y sinfónico que se gastaban. En València siempre se ha hecho muy buen rock. Ya en la década de los 60 se da la particularidad de que Los Huracanes y Los Pepes sacan dos elepés de pop garajero con un sonido mucho más sucio, potente y atractivo del que sus coetáneos facturaban en Madrid”, recuerda a la vez que subraya la calidad de otros grupos valencianos de los 70 como Tarántula o Doble Zero, que tenían sus miras estilísticas puestas en el hard rock.
Además, en este colosal trabajo Luis nos muestra joyas más oscuras de músicos y bandas valencianas que gozaron de poca repercusión y que, todavía hoy, sólo son recordadas por los más viejos del lugar. Marià Albero y su Rondalla de la Costa, que publicaron en 1976 el largo “Records de Valéncia”, Cuixa y su “Montgó… o els cavallers de la cuixa rodona” de 1978, Modificación, con los que se inició el famoso cantante Juan Bau y que únicamente sacaron tres singles, los eléctricos Control, formación de la que fue bajista el genial humorista gráfico Ortifus o de Humo, protegidos de Nino Bravo que viajaban con él el día del fatídico accidente hace 50 años.
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