El grafiti indultado de David Bowie cambia el Centre del Carme por L’Etno

El Bowie indultado cambia de casa. El popular mural que Jesús Arrúe pinto en un edificio de València en memoria del músico británico, y que fue trasladado al Centre del Carme tras ser salvado de la destrucción, será exhibido de forma permantente a partir del lunes en L’Etno. 

Aunque a su autor le gustaba la ubicación que tenía desde diciembre de 2022 -entre otras cosas, por haberse situado en el mismo espacio del claustro en el que durante años estuvo el sarcófago de Blasco Ibáñez esculpido por Benlliure-, el mural ha tenido que cambiar de lugar ya que el Centre del Carme no acoge piezas artísticas de forma permanente. 

Un lugar fijo en L'Etno

«A partir de ahora tendrá un lugar fijo en L’Etno y, de esta forma, también tendrá un contexto muy chulo ya que yo no hice un Bowie al uso sino una pintura que rememora como era la València de los 80 y que ahora ha desaparecido por la gentrificación», señala Arrúe.

El traslado tendrá lugar el próximo lunes y, pese a la relativa cercanía entre el Centre del Carme y la Beneficència, donde se encuentra el museo de etnología de la diputación, la operación tiene su dificultad, ya que se trata de mover un trozo de pared de más de 500 kilos de peso.

Con el toque de Madonna

La obra, que alcanzó relevancia internacional cuando la cantante Madonna se hizo eco de la misma y encargó a Arrue una pintura, corría el mismo peligro que cualquier otra obra expresada en una pared: que se pierda. La finca ha caído bajo la piqueta y sólo quedaba la fachada y, con ella, su pérdida. 

Tras no pocas gestiones a innumerables bandas, se llegó al acuerdo de incorporarla a los fondos del Centre del Carme. Pero con carácter temporal porque, tal como aseguraba su entonces director, José Luis Pérez Pont, «este espacio es exclusivamente de exposiciones temporales. No la hay permanente». 

El grafiti fue pintado entre mayo y junio de 2019, a lado del antiguo estudio de pintura de su autor, también en la calle Beneficència. Era, en palabras propias, «un homenaje a una época a los ochenta, y al barrio y sus movimientos culturales». No podía imaginar entonces Arrúe que la magia de las redes sociales haría todo lo demás.

La retirada será llevó a cabo de una forma especialmente peculiar, puesto que la pared de ladrillo sobre la que se pintó será, literalmente, cortada íntegramente «a cuchillo» para, posteriormente, incorporarle unos anclajes y soportes.