Héctor Serrano, Premio Nacional del Diseño: "Lo que hace Rosalía con la música yo lo hago con los objetos"

El Ministerio de Ciencia ha concedido a Héctor Serrano el Premio Nacional del Diseño por una trayectoria de dos décadas amplia y versátil y un carácter profundamente innovador con el que le da la vuelta a los objetos cotidianos 

Héctor Serrano en su estudio.

Héctor Serrano en su estudio. / Javier Márquez

Voro Contreras

Voro Contreras

València

Héctor Serrano Barbeta estaba en su último año en la universidad cuando creó «La siesta», un recipiente de terracota con forma de botella de plástico que reproduce el mecanismo de un botijo para mantener el agua siempre fría. Ahí, en ese objeto tan aparentemente simple, tradicional y moderno estaba ya la esencia del trabajo de este valenciano al que ayer el Ministerio de Ciencia concedió el Premio Nacional del Diseño.

«No hay ninguna fórmula fija para lograr que un diseño perviva en el tiempo. Si la hubiera ya la estaríamos aplicando todos», apunta Serrano horas después de recibir la noticia del galardón en su estudio de la calle González Martí. «En mi caso -añade-, intento jugar con dos conceptos opuestos: la familiaridad, es decir, la idea colectiva que todos tenemos de un objeto; y lo inesperado, meterle a ese objeto algo que lo convierta en novedoso. Jugar con la memoria y contrastarlo con algo contemporáneo. Lo que hace Rosalía con la música, pero con objetos».

Amplitud, creatividad y versatilidad

El ministerio que dirige Diana Morant ha premiado a Serrano «por encarnar de manera excepcional la amplitud, la creatividad, la versatilidad y la excelencia del diseño español a través de objetos y creaciones de impacto, reconocibles a nivel internacional, y llenos de ilusión, belleza, sensibilidad y diversión». El jurado de expertos también apunta que en sus dos décadas de carrera, Serrano «ha conseguido destacar de forma holística en múltiples disciplinas del diseño tales como el interiorismo, la gráfica, el diseño de producto o la artesanía, gracias a un enfoque profundamente innovador, con el que da la vuelta a productos cotidianos».

El diseñador reconoce sentirse «muy identificado» con estas palabras. «Una de las cosas que trabajamos en el estudio es la versatilidad -explica-. Tenemos mucha tipología de producto: mobiliariao, automoción, grandes instalaciones, objetos pequeños, desde una silla a un autobús a una cuchara para servir la ensalada o juguetes para el móvil».

Por eso agradece tanto este reconocimiento, porque «la versatilidad es algo que es difícil que se valore. Vivimos en una sociedad muy especializa y yo siempre defiendo que necesitamos especialistas, pero la creatividad y la innovación están siempre en las fronteras de las especialidades. E ir saltando de un proyecto a otro te ayuda mucho a tener una visión creativa e innovadora de las cosas».

El autobús del futuro

El ministerio ha destacado dos iconos de toda la carrera de Serrano: el botijo «La Siesta» y la lámpara de látex «Superpatata». A él le hace gracia porque, aunque le siguen «representando», los considera ya «demasiado antiguos». Prefiere mencionar otros diseños más recientes como la colección de lámparas «Tierra, Mar y Aire» para Faro Barcelona, una de las primeras en el mundo que ha incorporado la tecnología 3D y los materiales biodegradables en una producción a gran escala. O la colección de muebles «Xaloc» para la firma Möwee, en cuyo diseño han incorporado un proceso de fundición de aluminio poco común que los hace únicos.

Pero sobre todo está orgulloso de un diseño al que también ha hecho referencia el jurado del premio nacional: «Horizonte Madrid Concept Bus», un autobús futurista, innovador y disruptivo que ha proyectado para la EMT madrileña. «Para mí es importante haber creado algo que muchísima gente va a usar sí o sí, eso hace que tengas una responsabilidad muy alta porque quieres que a la gente le guste pero también que le sea útil».

Gusto y utilidad, la clave de cualquier buen diseño. «Diseñamos objetos para que la gente conecte con ellos emocionalmente y funcionalmente de la mejor forma posible», explica y pone un ejemplo: «Cuando conoces a una persona hay una primera impresión que te dice si te cae bien o mal, pero no es hasta que convives con ella cuando sabes si de verdad conectas o no. Con los objetos pasa lo mismo, la primera impresión es importante, pero es el uso lo que realmente te hará saber si sirve para hacerte la vida más fácil y agradable».

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