El drama de la DANA baja el telón
Nada volverá a ser igual. En los meses en los que las compañías de artes escénicas más facturan, el agua se ha encargado de echar al traste todas sus expectativas.
Muchas compañías lo han perdido todo porque sus almacenes se han inundado de barro y otras han visto como sus espectáculos han sido suspendidos sine die.

Vestuario de la compañía Albena destrozado por el barro / Levante-EMV

El 2024 iba a ser un año inolvidable para l’Horta Teatre, Albena Produccions y Teatre el Micalet. Una, como compañía, celebraba 50 años de su creación y, las otras dos, sus primeros 30 años de vida. Ahí es nada. Pero 2024 acabará siendo, para las tres, un año para olvidar. También lo será para la compañía de Xavi Castillo, Pot de Plom, Contrahecho, Maduixa teatre, Elcoval, La Fam, Olympia Metropolitana, Rafa Alarcón, Yapadú, Bramant Teatre, Grupo Amores, Sedajazz, Audionet, Dani Miquel, A +, Marea Danza, Cienfuegos, Otra Danza ... y otras tantas. Todas ellas, por la situación de sus almacenes, han perdido todo su material escénico por lo que trabajar es, a día de hoy, imposible.
«Esto puede suponer la destrucción total del sector de las artes escénicas valencianas», aseguran desde Avetid, la asociación que defiende los intereses de salas y empresas productoras de teatro y circo de la Comunitat Valenciana. Entidad que, estos días, hace un primer balance de daños para trasmitírselo a la Consellería de Cultura, Diputación de Valencia y Ministerio de Cultura. «No podemos dar una cifra real de pérdidas pero somos conscientes de que van a ser millonarias», avanzan. El recuento está siendo complicado, explican, porque hay naves y bajos a los que aún no se ha podido acceder porque muchos actores, actrices y personal técnico son doblemente afectados porque sus viviendas también han resultado dañadas.

Almacen de Albena en l'Alcudia / Levante-EMV
«Somos un sector resistente acostumbrado a vivir en la precariedad, pero esto nos supera», afirma Toni Benavent, fundador en 1994 junto a Carles Alberola, de Albena Produccions. La compañía guardaba en un bajo de 150 metros cuadros en l’Alcudia, donde ya no queda nada, toda la escenografía que utilizan para sus espectáculos y series de televisión. «Cinco camiones de basura se han llevado parte de nuestra historia y mucho de nuestro dinero», lamenta.
Un sentimiento compartido, y quizás aumentado, por Alfred Picó. Como compañía, y como sala, lo han perdido todo. Situada en el número 17 del carrer de Sant Martí de Porres, en Pobles del Sud, la compañía que el pasado 10 de octubre recibía el galardón correspondiente del Premio Nacional 2023 por «su trayectoria de casi cincuenta años de actividad estable dedicada a las Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud», se verá de nuevo obligada a «volver a empezar». «Hemos tenido que suspender todas las funciones que teníamos contratadas y, cuando acabemos de sacar todo el barro que tenemos en la sala, haremos inventario», explica Picó.
Daños imposibles de evaluar
Los daños, lamenta, son cuantiosos e imposibles de valorar económicamente. «Hablar de fechas es complicado, pero podremos volver cuando seamos capaces de reponer el material y construir nuevo. Este es nuestro trabajo y necesitamos volver a actuar para facturar y con ello poder seguir solucionando económicamente nuestros problemas», comparte Picó. Y es que, en estos momentos, una de las fuentes de ingresos de la compañía compuesta por 12 actores y seis técnicos, es que estaba girando con cinco espectáculos infantiles y uno de adultos que, es obvio, han tenido que suspender sine die.
El dolor aumenta exponencialmente porque, desvela, es precisamente este trimestre cuando más se factura. «Se está generando, además, un efecto arrastre. La mancha se extiende a toda el área metropolitana. Se está posponiendo todo por la imposibilidad de hacer espectáculos en condiciones en municipios más o menos afectados. También habrá que ver qué pasa con las funciones infantiles», apunta. l’Horta Teatre, estiman, no volverá a trabajar hasta dentro de «más o menos» un mes.

La compañía L'Horta tesgtre tiene su sede en Castellar / Levante-EMV
«Esperamos y confiamos en que la consellería sea sensible con el mundo de la cultura como lo fue en la pandemia. Pero esto es diferente. Con el covid paramos todos pero, cuando se reactivó, ese mismo día podíamos actuar. Ahora es peor porque no tenemos nada», alerta Picó.
Además, desde hace 30 años, la compañía tiene una sala de su propiedad en Castellar, Sala L’Horta. Y en ella, por ejemplo, tenía cerradas doce funciones Albena Produccions. Será imposible llevarlas a cabo. Ha desaparecido casi todo su material. «Todo el equipamiento técnico, que es el más costoso, está en la basura», lamenta Benavent. De momento, echan en falta una docena de escenografías y el barro ha destrozado cinco cajas de vestuario. «Es un golpe económico y moral», valora, tras desvelar que, la tarde-noche del martes, salvó la vida tras pasar «muchísimas horas» agarrado a una reja en una calle de l’Alcudia. La angustia, diez días después no ha desaparecido.
La indignación de Castillo
Dolor que Xavi Castillo canaliza en indignación. Pot de Plom almacenaba sus enseres en un local en alquiler en Picanya, otra de las zonas afectadas. «La gente nos pide que sigamos y que con humor critiquemos lo que está pasando. La gestión del gobierno, con Mazón a la cabeza, ha sido pésima y la inactividad del gobierno central total. Esto hay que decirlo y denunciarlo», afirma el monologuista. «La gestión ha sido nefasta y ha provocado muchos muertos. Todos sabemos que esto, en estas dimensiones, se hubiera podido evitar. Hay que pedir responsabilidades. Tendrán que pagar por lo que han hecho mal y por lo que estamos sufriendo», explica.
La noche de la tragedia, en su local, el agua subió hasta los dos metros, lo removió todo y salió como una tromba, «reventando una puerta de hierro de cuatro o cinco metros y llevándose nuestros trastos a toda velocidad» , recuerda. «No hay mucho que evaluar. El tsunami se lo llevó todo», suspira algo aliviado porque., su zona, ya está «más o menos limpia». Hoy Xavi Castillo, durante 80 minutos, aparcará su dolor y rabia para «hacer reír» al público en la sala de teatro de Kinépolis. Allí, y como pueda, representará «La Bíblia 2: Moisés Contraataca!», una comedia con la que, curiosamente, abrió temporada el Teatre El Micalet, también damnificado porque su almacén está en Picanya.

Material destrozado en el local de Picanya de Pot de Plom / Levante-EMV
El haberse suspendido la programación teatral en prácticamente toda la Comunitat Valenciana durante diez días ha supuesto, también, un grave perjuicio económico para otras muchas compañías que contaban con unos ingresos que no han podido contabilizar. De momento, la programación sigue suspendida.
El dolor y angustia de estas compañías ‘profesionales’ son solo un reflejo de lo ocurrido. Decenas de pequeñas compañías amateurs, que guardan sus enseres en garajes, también lo han perdido todo. O casi todo. Las ganas por continuar haciendo feliz a los demás, y devolver todo el cariño recibido estos días, se mantiene intacto.
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