¡Bravo Puccini!

Cerrando su gira española, llegaron a Les Arts dos de las voces punteras en los grandes teatros actuales

Sondra Radvanosky  y Piotr Beczała junto a la pianista Sarah Tysman.

Sondra Radvanosky y Piotr Beczała junto a la pianista Sarah Tysman. / Mikel Ponce / Les Arts

José Doménech Part

Cerrando su gira española, después de Sevilla, Madrid y Barcelona, llegaron a Les Arts dos de las voces punteras en los grandes teatros actuales. Su recital tuvo que reprogramarse debido la catástrofe de la DANA, todo un valioso gesto por su parte y por la dirección del teatro. 

Con una carrera de más de 30 años a cuestas, ambos artistas no solo dominan un vasto repertorio sino que han sabido no incurrir en territorios alejados de su linea, lo cual les ha valido para conservar sus cualidades que no son pocas. 

Las escogidas arias y dúos de Manon Lescaut, Tosca, La Boheme y Rusalka fueron resueltas con total aplomo, generosidad y entrega. Beczala abrió la primera parte con "Donna non vidi mai" para seguir con las siempre aclamadas "Recondita armonia" y "E lucevan le stelle", para seguir con "Che gelida manina", suficientes para calentar su voz y caldear al público conquistado de inmediato y desatando el clamor general.

Entre todo ello, Radvanovsky, siempre elegante, fina y distinguida, no tuvo límites para hechizar con el pathos de "Sola, perduta, abbandonata" y la del conmovedor "Visi d’arte electrizando" al Auditorio de les Arts. Pero fue en los dúos de ambos cantantes donde el climax fue in crescendo, subrayando las intenciones y tensiones entre Fiona Tosca y Mario Cavaradossi en "Mario, Mario...Son qui", para llegar al delicado y tierno dúo" O socave fanciulla".

Como final, tres fragmentos de Rusalka, de Dvorak, ópera de repertorio habitual de Baczala y que, al parecer, Radvanovsky cantará el próximo verano en el Liceu barcelonés. La soprano se escuchó sublime en la hermosísima «Canción de la Luna», incluida en la película «Driving Miss daisy» (1989) y ambos en complicidad absoluta en el duo final.

De obligada mención fue la pianista francesa Sarah Tysman, -acompañante de Beczala, Rolando Villazón o Míchel Volle- que hizo un trabajo ejemplar, preciso y pulcro, volvió a asombrarnos con la calidad de su piano protagonista. Tres bises levantaron al público valenciano en la apoteosis final de un ciclo que cerrara en junio la admirada Joyce DiDonato.

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