Crítica|Música

Siempre Bach

Johann Sebastian Bach.

Johann Sebastian Bach. / Levante-EMV

José Doménech Part

Sociedad Filarmónica de Valencia

Palau de la Música - Sala Iturbi

Intérprete: Roberto Rúmenov, piano.

Decir Chopin es decir piano. Fue su instrumento de cabecera al que dedicó el 90% de su producción, además de alguna musica de cámara y 17 canciones para voz y piano. El ballet "Les Silfides" fue una ocurrencia del coreógrafo Fokine sobre varias piezas del compositor polaco, previamente orquestadas. Pero su corpus primordial emana del teclado y con eso pasó a la historia por lo que es imprescindible para estudiantes y virtuosos de cualquier nivel.

El joven pianista búlgaro Roberto Rúmenov (Sofía, 2000) debutó en la SFV con un programa ambicioso, modificado a última hora: añadió una Balada de Chopin y eliminó la Sonata nº 7,de Prokofiev. Desde el inicio, Rúmenov demostró cómo y por qué ha sido ganador de múltiples concursos españoles (Ferrol, Albacete, Jaén, Mallorca): posee una buena técnica con claro y preciso doigté, sonido diferenciado, equilibrio dinámico y conveniente uso del pedal.

Hay una tendencia en las nuevas generaciones de intérpretes a querer precipitarse con obras híper-exigentes que, además de técnica, necesitan un poso personal más cuajado. No es facil de asimilar ese concepto necesario para poder evolucionar y asentar mentalmente estilos y estéticas. Les puede la inquietud y la competencia sin medida propios de la edad. Su versión de la 3ª sonata de Chopin evidenció que necesita un tiempo mas de ebullición para evitar acercarse al abismo o, peor, al precipicio. Su juventud se lo puede permitir y no hay duda que lo conseguirá.

Las variaciones sobre un tema dado son siempre un desafío técnico de dimensiones incalculables. Desde Cabezón y Bach hasta Max Reger o Richard Strauss son muchos los tentados a desarrollar el género. En las de Brahms/Haendel figuraban XVI variaciones cuando en realidad son algunas más. Rúmenov salvó el envite. Con arrojo y perspectiva conseguirá hacerlas suyas.

Afortunadamente con el bis, el intérprete resurgió luminoso y redimido con la transcripción preciosista de una Gavota para violín de Bach. 

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