Fuera de compás

Un renacido Mr Sanchez para 2025

Es una de las bandas más talentosas de la Comunitat Valenciana. 2024 supuso para ellos una temporada de renacimiento vital

La banda valenciana Mr Sanchez.

La banda valenciana Mr Sanchez. / Rosie Mayell

Fernando Soriano

Fernando Soriano

Mediado enero, y todavía recortando flecos del año pasado, reparo en que no tuve ocasión de hablarles de una de las bandas más talentosas de la Comunitat: Mr Sanchez, como lo leen, sin punto ni tilde. 2024 supuso para ellos una temporada de renacimiento vital, después de haber regresado a nuestra ciudad a vivir definitivamente tras un periplo londinense en el que lo petaron grandemente, llegando al top de la plataforma Reverbnation cantando en castellano.

En Renacimiento, publicado en noviembre pasado, han reunido en un larga duración dos epés de cuatro temas cada uno y han rematado la faena añadiendo dos canciones inéditas más. Un chiste malo: les diría que la jugada les salió redonda si no fuera porque, en lugar de venderlo en formato disco de vinilo o compacto se decidieron por hacerlo en un pendrive, que no es redondo. Juas. «El elepé es carísimo y ya casi nadie tiene un reproductor de cedé a mano, ni en el coche, ni en el ordenador, ni en casa, mientras que un pendrive se puede pinchar en casi cualquier equipo, incluidos los vehículos de fabricación reciente», explica Darío Sánchez, cantante y guitarrista, revelando que han vendido un montón de ellos. 

Maldito parné. Para una banda emergente que funciona con el amor al arte como leitmotiv realista estas cositas se miran con lupa y más después de cerrar el primer ejercicio de su carrera sin pérdidas, pero tampoco con ganancias. «Mr Sanchez es, más que un grupo de música, una gran familia. Tenemos muchísimo que agradecer a todos los que, durante estos años, se han implicado en el proyecto de manera altruista, apoyándonos y haciéndonos favores». Se refiere, entre otros, a Paco Roca, que dibujó la portada de su anterior disco, Llegó con tres heridas, a Lluís Llàcer por el diseño de su última criatura y a Pablo Barrachina y a Fran Sánchez por los fantásticos videoclips de «Aventuras», «El centro del espacio» y «El nuevo viejo barrio», un tema compartido con el ex Gener Carles Chiner.

La extensa gira de presentación que hicieron en 2024 les dejó buen sabor de boca y una cierta inercia con la que encarar el año que acaba de comenzar, al que le piden más presencia en festivales. Darío me cuenta que han recuperado al batería Héctor García y que están como locos por grabar y publicar un montón de canciones, pero que la aparición en los carteles de estos eventos son un gran escaparate. Yo mismo doy fe de la energía y el saber hacer que se gastan a la hora pisar un gran tablado al aire libre. Los Jardines de Viveros son su escenario talismán: allí, bien cerquita de su adorado Benimaclet, dieron un soberbio concierto abriendo para León Benavente. Un año más tarde, telonearon a los Waterboys delante de 5.000 personas que fliparon con el sonido musculoso, agresivo, dinámico y elástico de los valencianos. «Fue alucinante, tiramos de oficio y sangre fría para salir bien de aquello, no se nos fue la tensión del cuerpo en todo el bolo», recuerda entre risas.

En Llegó con tres heridas, producido por Paco Morillas, el sonido de Mr Sanchez miraba hacia el rock alternativo e independiente de los años 90: la crudeza por bandera, melodías claras, guitarras ruidosas, afiladas y abrasivas y ritmos palpitantes y contundentes. En Renacimiento, Carlos Ortigosa les ha ayudado a conseguir texturas más matizadas y elaboradas, atmósferas más sintéticas y densas, de oscuro y elegante regusto ochentero, duro y sofisticado. 

Lo que continúa como seña de identidad de la banda son las fantásticas letras de Darío, que ahonda en su expresividad sobre cualquier tema, cotidiano o elevado, arrimándose a la poesía de Miguel Hernández, la lírica de Serrat, las reflexiones de Unamuno o la filosofía de los griegos presocráticos. Y le queda tan bien, tan fluido y tan grato de escuchar que no entiendes cuando se compara, para mal, claro, con Enrique Bunbury en algunas letras. «A veces me paso de místico, me salgo de madre completamente, y ahí está mi socio Coque González, bajista y teclista, para llamarme la atención. Él es mi filtro contra la afectación. Tiro mucho de ombligo para escribir las letras, de experiencias propias, pero eso se va a acabar en 2025, está muy trillado. Para el cuarto disco voy a librarme de mucho ego y voy a hablar más de los otros», revela divertido al final de la conversación. n

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