Crítica
Torres y Balázs, cuatro manos y un piano

CONCERTS HIVERN 2025. Recital de Xavier Torres y Balázs Fülei (piano a cuatro manos).Programa: Obras de Mozart, Schubert, Debussy y Wagner. Lugar: València, Jardí Botànic (Auditori Joan Plaça). Entrada: Alrededor de 250 espectadores. Fecha: Domingo, 9 febrero 2025.
La nutrida vida musical valenciana habita más allá del oropel de los dos grandes templos musicales de la ciudad, el Palau de Les Arts y su vecino Palau de la Música. Es el caso de la Universitat de València, promotora de numerosos conciertos y actividades diversas en diferentes espacios de la ciudad. Entre ellas, destaca el ciclo que presenta en el espacio propicio del Jardí Botànic, cuyo Auditori Joan Plaça ha sido marco de recital matinal ofrecido el domingo al alimón por dos pianistas tan representativos de la actual hornada de intérpretes europeos como son el valenciano Xavier Torres (1982), catedrático del Conservatori de Castelló y concertista de firme carrera, y el húngaro Balázs Fülei (1984), profesor de la legendaria Academia Ferenc Liszt de Budapest y también concertista de amplia proyección internacional.
Artistas en plenitud, ambos han unido sus talentos para este recital a cuatro manos. Ambicioso de contenidos y exigencias. Desde el Mozart vivo y brillante de la Sonata en Re mayor, K 381, de la que platearon una versión de tiempos particularmente rápidos, que encontró en el cantable andante central su mejor y más expresivo momento, a la sutileza impresionista de la Petite suite de Debussy, que tiñeron de colores y matices impresionistas. Como contraste, la virtuosística y hasta aparatosa transcripción para piano a cuatro manos que el propio Wagner redactó de la obertura de su ópera Tannhäuser, que cerró el recital en un alarde de compenetración, virtuosismo y entendimiento del ambicioso sinfonismo que traslada Wagner al teclado.
Fue el colofón de un recital ameno y diverso, cuyo momento más expresivo y fascinante se centró en el milagro que obra Schubert en su fascinante Fantasía para piano a cuatro manos, D 840, página mágica que desde la sencillez esencial de su pequeño tema se explaya en los más hondos vericuetos sonoros. Fue una interpretación propia de maestros cuajados, en la que Torres y Fülei cantaron y se explayaron en el prodigio schubertiano. Traducción cálida y coloreada, en la que técnica y maestría fueron servidoras ideales de una idea musical gobernada con estilo y efusión. Éxito relevante propiciado por el público que abarrotó la sala en la soleada mañana dominical. Una adaptación para piano a cuatro manos de una Toccata de Bach escrita expresamente por el valenciano Víctor Trescolí y un nuevo Schubert fueron colofón perfecto de este recital botánico en el que el plácido sol invernal también iluminó el milagro de la música.
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