Libro
¿Ya podemos decir que ZOO han sido tan importantes como Raimon? "Es difícil, pero..."
Josep Vicent Frechina analiza en “Sempre a la contra i avant” la trascendencia de la banda en la escena musical y cultural valenciana

Zoo / L-EMV

Cuando el 7 de enero de 2024 la banda valenciana ZOO anunciaba su despedida de los escenarios, el crítico musical Josep Vicent Frechina empezó a pensar en un libro que pudiese explicar la extraordinaria trascendencia cultural y social que había alcanzado el grupo en apenas diez años. Un fenómeno que ha ido más allá de los tres discos de estudio, los cien millones de reproducciones en las plataformas de streaming, de los festivales masivos y de los llenazos en el Wizink o el Palau Sant Jordi. Un fenómeno eminentemente valenciano que ha superado generaciones y fronteras e incluso ha alcanzado dimensiones globales hasta manifestarse, por ejemplo, en una protesta en La Habana, un videoclip amateur en Albacete o un titular sobre Mbappé en el As.
“En la música popular en valenciano no se veía un fenómeno así desde Raimon”, asegura a Levante-EMV el autor de “Sempre a la contra i avant” (Sembra), que se publica este 21 de febrero. ¿Ya podemos comparar la trascendencia para nuestra cultura del cantautor de Xàtiva con la de Toni "Panxo" Sánchez y compañía? “Es difícil comparar cosas que han pasado con casi 60 años de difencia”, señala Frechina, aunque apunta que cuando Raimon eclosionó en pleno franquismo “la oferta musical no tenía las dimensiones de la actual. El mérito de ZOO es haber sacado la cabeza en una oferta tan vasta y diversa como la actual y sin ninguna multinacional detrás que les apoye”.
Historia a través de las canciones
Frechina se adentra con su libro en la historia de zOO a partir de las letras de sus canciones, sin olvidar el contexto cultural, político y social del que surgió la banda ni los motivos externos e internos que auparon su eclosión y les llevaron a su despedida tras una década de éxitos. Una de las tesis que defiende es que la propuesta liderada por Panxo supo aprovechar la escena de la música “en valenciano” que acababan de abandonar Aspencat, la Gossa Sorda, Orxata Sound System o, sobre todo, Obrint Pas, e impulsarla más allá a base de proponerle a su público una fórmula musical de calidad que une contestación, reflexión y fiesta.
El problema es que, una vez reimpulsada, esa escena puede haberse vuelto a quedar tras la despedida de ZOO sin referentes. “Queda la Fúmiga, Auxili y Pep de la Tona como grandes nombres de este sector festivalero, pero tienen un público diferente y ninguno parece que vaya a tener esa doble incidencia de aceptación crítica y popular”, lamenta Frechina. A éste estudioso de las músicas del Mediterráneo la situación le resulta “preocupante” por la urgencia de que la escena valenciana disponga de propuestas “que le den autoestima a los usuarios de la lengua y que la visibilicen en grandes plataformas mediáticas y de streaming”. Aun así, apunta Frechina que en este escenario post-ZOO “hay un talento enorme de nombres jóvenes con una oferta musical de altísima calidad y un público a su disposición que pueden captar”.

Josep Vicent Frechina / L-EMV
Un fenómeno inesperado
No en vano, tal como recuerda el crítico, también el de ZOO fue un fenómeno inesperado que empezó en 2014 con ‘Estiu’, “una canción grabada en dos semanas y un vídeo hecho por un amigoque alcanzó una viralidad que nadie esperaba”. “Y eso podría volver a pasar: está el público y está el talento, ahora solo falta que pase”, subraya Frechina.
ZOO surgió casi por sorpresa y aprovechó una escena -la de la música en valenciano- fértil pero necesitada de nuevos referentes. Tal como recoge “Sempre a la contra i avant”, en su conquista hubo un poco de fortuna (la “potra” que coincidiera una primera parada en 2019 para grabar ‘Llepolies’, su tercer disco, con la crisis del coronavirus) pero sobre todo hubo talento y trabajo. “La carrera de Zoo ha sido una tormenta perfecta en positivo. Es como si su crecimiento hubiera estado diseñado desde el principio -afirma Frechina-. Encontraron el contexto más propicio y tomaron las decisiones acertadas cada vez que se encontraron en una encrucijada”.
Y encrucijadas han tenido unas cuantas. La primera, el propio éxito repentino y clamoroso de “Estiu” y de un primer disco con una “densidad de hallazgos artísticos y un impacto popular tan grande” como ‘Tempestes venen del sud’. “Pasar de estar trabajando las canciones en tu habitación de forma artesanal a necesitar un aparato industrial sólido detrás para tirar adelante siempre cuesta de digerir porque la realidad te va superando en todo momento -explica Frechina-. Me imagino que Panxo, que es una persona muy reflexiva y metódica, le dio muchas vueltas y le provocó muchos dolores de cabeza y noches sin dormir”.
Resaca en el Raval
La resaca llegó con Raval, el segundo disco, más apreciado por los fans que por el propio grupo, ya que su grabación no resultó sencilla. Aun así, ZOO supo aguantar tirando de talento y, sobre todo, de la madurez de unos músicos que no se estaban enfrentando al éxito como unos veinteañeros. “Sí, fue muy importante que la popularidad les cogiese con cierta madurez intelectual y emocional. No tenían 20 años y no acababan de salir del huevo, podían verlo todo con una perspectiva diferente”.
Esa perspectiva, tal como va desgranando Frechina en “Sempre a la contra i avant”, se manifiesta en una “autorreflexión constante” reflejada en las canciones e incluso en avisos a críticos y fans que “vigilan el contenido de las letras y buscan la contradicción ideológica, la pureza política”, como escribe Frechina a propósito de “Ventiladors”.
Las banderas
Era difícil que un grupo surgido cuando aún mantenía su impulso el 15M y que ha dicho adiós cuando la derecha ha recuperado las instituciones valencianas, no quisiera ser forzado a coger determinadas banderas.
“Aquí los movimientos sociales siempre han querido cogerse al rebufo del éxito de algunos intérpretes y siempre ha incomodado a los artistas -confirma Frechina-. Le pasó a Raimon cuando se le quiso hacer el portavoz de los movimientos sociales antifranquistas. Y Vicent Torrent me decía que una de las frases que más ha escuchado en su vida ha sido “lo que Al Tall tiene que hacer es…”.
“En el caso de ZOO -concluye el autor de ‘Sempre a la contra i avant’-, puede que algunos hayan querido aprovechar su visibilidad pública, pero ellos han sido en eso muy inteligentes y honestos. Desde el principio han mostrado en sus letras un carácter autocrítico, que mira hacia adentro y que no tiene de mostrar debilidades y contradicciones. Eso les da mucha credibilidad y genera mucha empatía”.

Sempre a la contra i avant / L-EMV
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