Un truhan y un señor de Peñíscola a Benidorm
Ignacio Peyró relata en «El español que enamoró al mundo» el viaje de Julio Iglesias hasta convertirse en ídolo internacional de la música. Un viaje que tiene unas cuantas paradas en la Comunitat Valenciana.

JULIO IGLESIAS-ZAPLANA / L-EMV

De alguna manera, Julio Iglesias «ha sido junto al Real Madrid, la única expresión cultural de la derecha madrileña capaz de trascender en masa todas las clases sociales». Esto lo afirma el escritor, periodista y director del Instituto Cervantes en Roma, Ignacio Peyró, en "El español que enamoró al mundo" (Libros del Asteroide, 2025), un retrato biográfico del intérprete de «Me olvidé de vivir», imagen de la seducción y el éxito, de la riqueza y la fama -y de las contradicciones que todo ello conlleva-, a escala global como ningún otro español lo ha sido. Porque, además de trascender a todas las clases sociales, Julio también ha trascendido a todos los rincones del mundo, incluido éste alargado que va del Sénia al Segura en el que, tal como va desgranando el libro de Peyró, el cantante ha hecho mucho más que cantar.
Recuperación y despegue
El primer anclaje valenciano de Julio lo encontramos allá por el verano de 1965 en Peñíscola, a cuya playa acude el aún no músico madrileño para recuperarse de un osteoblastoma que le mantuvo postrado durante meses. Porque, tal como recuerda Peyró, aquello del futbolista en ciernes que descubrió la música mientras se recuperaba de un grave accidente -o de una grave lesión, según las versiones- es más cosa de leyenda que de realidad.
La recuperación del veinteañero Julio de la extirpación del tumor que casi le deja inválido fue muy dura y parte de ella tuvo lugar en la costa castellonense «donde hacía muchos largos, nadaba en el mar y ganaba fuerzas -escribe el biógrafo-. Su padre recuerda que estaba como un toro».
El segundo anclaje valenciano de Julio Iglesias es Benidorm, «punto de llegada de una epopeya de la clase media y también la pista de despegue del español que iba a enamorar al mundo», escribe Peyró. Allí, en 1968, Iglesias inaugura una costumbre: «llegar a los sitios en el momento adecuado».
Julio se presenta en un Benidorm al que acudían ministros como Fraga, premios Nobel como Severo Ochoa e incluso herededores de imperios perdidos como Otto de Habsburgo. Y lo hace de la mano de Enrique Martín Garea, director entonces de la filial española de la discográfica Columbia, que es quien lanza su carrera al convencerle de que grabe y cante la primera canción que Julio ha compuesto con su guitarra: «La vida sigue igual».
Con ella se presenta Julio al Festival de Benidorm y, encima, lo gana. Aunque hubo que convencer primero a los censores del Movimiento de que aquello de que la vida seguía igual no era una «velada queja de aperturista» al régimen de Franco. Y de eso se encargó el padre del artista -el recordado Julio Iglesias Puga «Papuchi»- que haciendo gala de camisa vieja llamó a quien tenía que llamar y lo solucionó todo.

Julio Iglesias en Peñíscola / L-EMV
El órdago permanente
A partir de entonces, el crecimiento de la popularidad de Julio Iglesias solo se puede narrar en términos ditirámbicos. «Estrella de la música ligera», «embajador oficioso de la latinidad en el mundo», «sex symbol de la hispanidad», la carrera de Julio, apunta Peyró, «se podía leer como un órdago permanente: siempre subiendo la apuesta, más fuerte, más rápido; de Benidorm a San Remo, de San Remo a Eurovisión, del Olympia al Carnegie Hall y luego al Madison Square Garden».
Julio será «el primer cantante que triunfaba en Estados Unidos y en la Unión Soviética, en Reino Unido y en la China Popular, el primer gran cantante internacional». Julio «ha parado un penalti a Di Stéfano, ha sido amigo de los Reagan y los Clinton, ha actuado para Mitterrand e intimado con Sarkozy, ha cantado con Parton o Sinatra y cuenta con un día oficial en Miami y una estrella en Hollywood». Julio está entre los diez artistas más ricos del mundo y «allá con Madonna y Elton John, el que más discos ha vendido cuando, nota relevante, aún había que ir a comprarlo». «Ha sido -concluye Peyró- el español más conocido del siglo XX tras Dalí y Picasso», pero, a diferencia de estos, a él «la ironía posmoderna le ha regalado ya su forma suprema de inmortalidad: convertirlo en meme».

FESTIVAL DE BENIDORM 1968 / L-EMV
Entre Mestalla y el Palau
Y así damos un salto de los 60 a los 90 del pasado siglo para llegar a la siguiente conexión valenciana de Julio Iglesias. Una conexión con varios puntos geográficos como el estadio de Mestalla, donde un 29 de febrero de 1996 el artista «se vuelve a cruzar con la Historia de España» y, en esta ocasión, «de modo ya no voluntario sino entusiasta» cuando protagoniza aquel mitin del PP del inminentemente presidente José María Aznar ante 50.000 personas. «Hay acontecimientos que, con la perspectiva que da la distancia, se hacen más grandes -añade Peyró-. Ese mitin de Mestalla es uno de ellos. España pasaba página y en su fotograma más representativo aparecía, sin colarse, por voluntad propia, Julio Iglesias».
El último punto geográfico valenciano que aparece en El español que enamoró al mundo es uno y doble a la vez: Benidorm y el Palau de la Generalitat en València, que por aquellos tiempos tanto montaban. «El cariño más sincero, quizá por interesado, que iba a tener Julio en aquel PP fue también el más previsible: Eduardo Zaplana. Basta un vistazo a los dos para comprender que son un tipo humano muy cercano: ambiciosos, pintones, muy mirados; ambos con moreno de rico; ambos, ya en su edad provecta, acercándose también a otro tipo humano: el de Silvio Berlusconi».
Peyró hace un resumen en su libro de aquellos negocios que ligaron a Iglesias y la Generalitat tan profusamente recogidos durnate años en este periódico. «Atento a su cita con la Historia, Julio no podía dejar pasar el Siglo de Oro de la corrupción española ni la fiebre de arroz y tartana que acometió la Comunitat», apunta el biógrafo, para dar cuenta a continuación de su fichaje en 1997 a través del IVEX y el «sospechoso» contrato de 2,25 millones de euros por siete grandes bolos.
«El responsable del IVEX huyó a Japón y sus antiguos colaboradores comenzaron a delatarse entre sí hasta que terminaron por cantar la ‘Traviata’ y, ya que estamos, ‘Gwendolyne’ -resume-. A Iglesias se le habían pagado 3,7 millones de euros más, hasta un total que rozaba los seis. El cantante así lo reconoció cuando finalmente la Justicia logró dar con él».
La puntita urbanística
Peyró recuerda además que el cantante también «metió la puntita» en negocios inmobiliarios en territorio valenciano y que no lo hizo «ni solo ni mal acompañado». «Junto a él, pusieron dinero los Lladró -gran fortuna de la porcelana discutible- y los reyes de la promoción de vivienda en la costa levantina, la familia Ballester».
Lo hicieron para alzar en Altea casi seis mil viviendas, un campo de golf y cuatro hoteles junto al río Algar, un plan que finalmente no se llevó a cabo por obra y gracia de los tribunales y del Catálogo de Zonas Humedas. Sí salió adelante -apunta a continuación- el proyecto de Villa Gadea, también en Altea, cuyos ingresos «supusieron más de cien millones de euros, ante lo que la filósofa latina Celia Cruz solo podría añadir que no, no hay que llorar, que la vida es un carnaval».
Quizá por ello, Peyró afirma que «decir que hemos sido injustos con Julio Iglesias equivale a decir que la vida ha sido tacaña con Bill Gates». Pero después de recorrer durante más de 300 páginas todos los hitos logrados por el cantante, también apunta que «quizá haya que volver a mirarlo para purgar algún complejo de culpa cultural». «Ojalá este libro ayude a eso», concluye.

CULTURA.-COLOR.-CONCIERTO DE JULIO IGLESIAS EN EL CAMPO DEL MESTALLA.-.-. Julio Iglesias / EFE
- La Fallera Mayor de València, Berta Peiró, cierra la Ofrenda a la Virgen de las Fallas de 2025
- Mejoran las previsiones de lluvia para la Ofrenda
- Emergencias avisa del aumento del Magro al desembalsar Forata por las persistentes lluvias
- Sigue en directo el primer día de la Ofrenda a la Virgen
- El significado del manto de la Virgen: un homenaje a las víctimas de la dana
- Junta Central Fallera confirma que hay Ofrenda y Nit del Foc
- Confirman que hoy se dispara la mascletà en la plaza del Ayuntamiento
- Última hora del tiempo en València: La Aemet espera mañana el día de Fallas con más lluvia desde que hay registros