Crítica de música

El terapéutico Carmina Burana de Aldaia

Carmina Burana. TAMA, Aldaia. 9 de marzo. Aurora Peña (soprano), Carlos Arturo Gómez (tenor), Vicent Antequera (barítono). Orfeó Universitari de València (Nerea Benavent y Carlos Gómez, profesorado de técnica vocal; Juan Camilo Reyes, pianista repetidor; Francesc Valldecabres, director). Orfeó d'Aldaia (Imma Mirapeix, Carlos Arturo Gómez y Sofía Nuévalos, profesorado de técnica vocal; Marita Primo, directora). Kontatke Grupo de percussió (Sergio Izquierdo, Miguel Ángel Oreno, Joaquín Lambias, Francesc Vidagany y Manuel López). Francesc Valldecabres, director artístico y musical. Associació València Dancig Forward (Laura Bruña, Joan Crespo y Rosa Folgado, dirección; Laura Fernández, asistenta de coreografía, Joan Crespo, coreógrafo; Lucía Aznar, Paula Jordà, Maddi Olaizola, Samuel Olariaga, Juan Esteban Serna, Ramón Valls, cuerpo de baile).

Un momento de la representación.

Un momento de la representación. / L-EMV

Joan-Carles Martí

Joan-Carles Martí

Aldaia

El TAMA de Aldaia vuelve a vibrar para contagiar la alegría de vivir. Ese es el origen del Carmina Burana, unos poemas creados contra esa época oscura medieval que reivindica el gozo de los placeres terrenales, el amor y el entretenimiento. Una colección de versos laicos que satiriza el poder de entonces, y que tan bien ha traído ahora Formosíssima, ese proyecto multidisciplinar contra la violencia machista en la adolescencia y que tan bien se manifiesta a través de la música y danza.

No es fácil dar vida a la sinfonía visual que representan las 25 canciones que el compositor alemán Carl Orff eligió para dejar constancia que el destino de las personas está regido por el capricho de la fortuna. Nada más real en la memoria de los miles de damnificados por la gran riada. Su fragmento más conocido 'O Fortuna', que constituye la primera parte del preludio y que se repite al final de obra, fue saludado por el público que llenaba el TAMA con la carga emocional que supone la terapia colectiva tras la catástrofe. Objetivo cumplido.

Hace un mes La Fura dels Baus representó su Carmina Burana en el Olympia con toda la artillería de artilugios escénicos de la factoría de Carlus Padrissa. La puesta en escena de Formosíssima de Francesc Valldecabres  es más humana, próxima y sensible. Junto con la percusión adecuada y el trabajado conjunto vocal del Orfeó d’Aldaia y el Orfeó Universitari de València, aparece la sugerente coreografía del carrusel gimnástico, acrobático y contorsionista de los bailarines, para demostrar que la música celestial desciende a la tierra con la armonía precisa para que los principales sentidos alcancen su máximo apogeo en el público.

Lucía Aznar, Paula Jordá, Maddi Olaizola, Samuel Olariaga, Juan Esteban Sera y Ramón Valls unen su cuerpo de baile con la orquesta y el coro, además de ser capaces de mantener la escena serena cuando aparece el desfile vocal de Aurora Peña (soprano), Carlos Arturo Gómez (tenor) y Vicent Antequera (barítono). Un esfuerzo maravilloso que justifica por si solo el espectáculo desde que dan la bienvenida al público brincando desde la platea.

Lo más destacable, sin duda, de este Carmina Burana son los coros, precisos y acompasados, un trabajo memorable tanto de Valldecabres como de Marita Prima, directora del Orfeó d’Aldaia. La articulación vocal consigue una 'fortuna' sinfónica al alcance de las mejores representaciones de las obras que se han atrevido con la propuesta de Orff.

Saludo final en el TAMA de Aldaia.

Saludo final en el TAMA de Aldaia. / L-EMV

El espectáculo mantiene todo su esplendor de principio a fin, con su genialidad en la escena y una interpretación sobresaliente, pero cuando además el proyecto se sustenta sobre la inclusiva finalidad de unir todas esas artes para ganar conciencia contra la violencia machista, no queda otra que decir ‘¡Bravo!’.

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