Muestra

Francesc Planes muestra la visión más ‘kitsch’ de la Ofrenda

El joven fotógrafo cuelga en su primera exposición individual en València retratos extremos de las falleras en los momentos más emotivos

Algunas de las fotos que se exponen en "La Llumenà".

Algunas de las fotos que se exponen en "La Llumenà". / Levante-EMV

Las falleras llorando son un clásico cada marzo. Es una estampa tan tradicional como la de los monumentos tomando las calles o la propia Ofrenda. De hecho, el momento de pasar por la plaza de la Virgen es cuando más lágrimas se vierten, en una especie de catarsis y emoción colectiva que viven miles de falleros cada año. Es tal el ritual que ese momento, el de los ojos empañados al ver a la Virgen, tiene nombre y concepto: «La llumenà».

Es el nombre, también, de la exposición que el fotógrafo Francesc Planes inauguró ayer en el Carmen, en Volta Art Gallery, con una veintena de imágenes que van más allá de la típica estampa de la Ofrenda: falleras con el maquillaje corrido, corsés reapretados, detalles en la vestimenta, gestos hiperbólicos... y, sobre todo, primerísimos planos apurados mientras las falleras marchan sin pausa por la plaza. Es la parte ‘kitsch’ de la Ofrenda, la que menos se destaca pero está.

Francesc Planes (Massamagrell, 1995) es graduado en Comunicación Audiovisual por la Universidad CEU UCH. «La llumenà» es su primera exposición individual en València y actualmente trabaja en París, en el sector de la moda y la alta costura.

El punto en común de todo su trabajo es capturar la intensidad de lo efímero, fijándose en aquellos momentos en los que la emoción aflora y el cuerpo se convierte en lenguaje. Su obra también pone el foco en lo que normalmente pasa desapercibido y es todo lo contrario a un posado. A veces, con una mirada grotesca. En la galería, y a través de una veintena de fotos —que también se pueden adquirir en formato postal— da buena cuenta de ello, con las falleras como protagonistas en imágenes de gran formato.

La exposición, durante el montaje.

La exposición, durante el montaje. / Levante-EMV

Cuenta que fue cuando, aún estudiante, se coló un año en la Ofrenda con su cámara y acabó en la plaza. «Aún no había encontrado mi estilo personal ni tenía unos intereses en particular, pero me quedé alucinando con toda la emoción que había, sin ser ni fallero ni religioso, pero fue una vivencia emocional y espiritual que me impactó». 

«Me fijé en bocas arrugadas, maquillaje, lágrimas, ojos, detalles en la vestimenta... con luz muy dura, flashes muy directos en la cara, y planos cerrados, y cuando revelé las fotos, vi que había material y volví a la Ofrenda varios años», detalla a Levante-EMV.

La moda y las fallas

Es como tener «un pase de modelo, porque pasan muchas falleras por delante», dice. De hecho, asegura que hay «muchas similitudes» entre el mundo de la alta costura de París —con señoras mayores que siempre van muy maquilladas y llevan joyas— y el ‘pase’ de falleras. «Visualmente, me gustan mucho las fotos de las falleras, con mucho color y sentimiento; tienen un ‘extra’ puro y relacionado con la tradición valenciana, algo antropológico y religioso, y también me apetecía volver a los orígenes», reconoce el fotógrafo.

Francesc Planes.

Francesc Planes. / Levante-EMV

Francesc Planes lleva dos años trabajando en París y ya ha colaborado con marcas como Balenciaga, Loewe y Schiaparelli, y ha publicado en revistas como Vogue, I-D, Le Monde y The New York Times Magazine. Él define «La Llumenà» como una «experiencia emocional y espiritual en uno de los momentos más intensos de la tradición valenciana», un instante de «éxtasis profundo» que ahora se puede ver de forma hiperbólica en la exposición hasta el 22 de marzo.  

«A veces, me hubiera gustado pararme y pedir contactos, pero como todo es tan rápido, no pude. Supongo que alguna fallera vendrá y se verá en la exposición», avanza. 

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