Entrevista | James Gaffigan Director musical del Palau de les Arts y titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana

James Gaffigan en su adiós a Les Arts: "Hemos hecho mucho en cuatro años, pero ojalá hubiera más financiación privada"

James Gaffigan (Nueva York, 1979) se despidió esta semana con dos conciertos con la Orquestra de la Comunitat Valenciana, conjunto residente del Palau de les Arts que ha dirigido desde 2021.

En agosto expira su contrato y asegura que se va con un sentimiento «agridulce», feliz por los éxitos cosechados, pero triste por las limitaciones, sobre todo, presupuestarias.

«Volveré a Les Arts la próxima temporada con una ópera importante», asegura a Levante-EMV

James Gaffigan, director musical del Palau de les Arts.

James Gaffigan, director musical del Palau de les Arts. / Miguel Ángel Montesinos

Begoña Jorques

Begoña Jorques

València

Esta semana ha dirigido sus últimos conciertos como director musical de Les Arts. ¿Cómo se ha sentido? 

Han sido los últimos como director titular de la Orquestra de la Comunitat Valenciana (OCV), pero volveré para dirigir ópera y conciertos y, con suerte, con regularidad. Es un sentimiento agridulce. Por un lado estoy feliz por el futuro y por todo el trabajo que hemos hecho aquí. Pero estoy triste porque no esperaba irme tan pronto. Ese no era el plan. Jesús [Iglesias, director artístico de Les Arts] y yo estuvimos de acuerdo en quedarme. Pero luego, en el último minuto, me di cuenta de que en mi vida necesitaba grandes cambios. No tuve tiempo para hacer ciertas cosas que siempre quise hacer con los dos trabajos que tenía [también es titular de la Komische Oper de Berlín]. Me encanta estar aquí. Siempre amaré Valencia. Mi sueño es tener una casa de vacaciones aquí, me he enamorado de la gente de València, la comida y la hermosa naturaleza. No hay malos sentimientos, sólo sentimientos hermosos.

¿Qué se ha dejado por hacer? 

Me hubiera gustado hacer más conciertos, más óperas, más giras. Estamos empezando a hacer gira ahora, lo cual es muy importante. Me encanta llevar esta orquesta a otros lugares porque la gente queda impactada por su nivel. Creo que el mundo necesita conocerla porque es de muy alto nivel. Y no creo que el resto del mundo lo sepa. Cuando la orquesta gira, se puede conocer de primera mano. Así que eso es lo único que lamento, no haber hecho más giras.

Cuando llegó ese era uno de sus objetivos, salir más con la OCV. ¿Cómo va en ese sentido? 

Sí, este verano vamos al Festival de la Unesco y nos han invitado otros grandes festivales, como el de Edimburgo, pero no tenemos el dinero. Así que lo bueno y lo malo de esta institución es que está financiada por el gobierno. Lo bueno es que es una orquesta popular. Recibimos dinero del gobierno, de la ciudad, y podemos ofrecer conciertos preciosos. Y todo el mundo viene, y eso nos encanta. Pero no tenemos más dinero para hacer giras. Ojalá hubiera financiación privada. Ojalá Porcelanosa o Mercadona nos dieran dinero porque la cultura es muy importante. La gente de València lo sabe, viene a la sala de conciertos, pero necesitamos difundir más la noticia. Me encantan todas las giras locales que hacemos. Hemos estado de gira por toda España, por muchos lugares diferentes. Pero ojalá tuviéramos más dinero. Ojalá hubiera un héroe. Sería un gesto precioso. Quizás en el futuro...

James Gaffigan, durante la entrevista.

James Gaffigan, durante la entrevista. / Miguel Ángel Montesinos

Ser una institución pública parece que no facilita las cosas en cuestión de dinero. 

Si quieres hacer algo diferente, es muy complicado y esta fue una de mis frustraciones. Quizás mi única frustración aquí sean todas las reglas. Porque las reglas no se aplican a los músicos. Es diferente. Si estás en una oficina y tienes requisitos en tu trabajo, es muy diferente a tocar un instrumento. Lo que necesitas es practicar en casa. No se trata de las horas de trabajo. Se trata de la preparación. Es difícil aplicar las reglas del gobierno a una orquesta. Así que agradezco que el gobierno nos mantenga vivos, pero desearía que fueran más flexibles. Hay aspectos positivos en la financiación pública y privada. Quienes obtienen mejores resultados son los que tienen ambas, como Suiza.

Entonces, además de otros planes de futuro, parece que el presupuesto es una de sus motivaciones para dejar la orquesta. 

Sí. Aquí las cosas pueden ser limitadas. Y eso me molesta porque la orquesta no está limitada. La orquesta puede llegar a lo más alto si quiere. Tienen una vida muy agradable aquí en València, pero quieren hacer más. Yo quería hacer más. Pero solo hacen seis producciones de ópera y una zarzuela. Deberían hacer más. Porque al público le encanta. Verás, La Bohème tenía entradas agotadas. Incluso Wozzeck. La gente venía una segunda y una tercera vez. Tristán e Isolda fue una experiencia mágica para mí. Creo que esta es una ciudad muy especial y la orquesta, muy especial. Pero necesitan hacer más. Espero que reconozcan lo importante que es lo que estamos haciendo. 

¿Cuatro años han sido suficientes para poner en marcha su proyecto? 

Creo que hicimos mucho en cuatro años. Ojalá hubiera más financiación privada. Eso es todo. Al principio, mi idea era quedarme ocho o seis años, o más. Pero nos topamos con un obstáculo y eso me entristece mucho. Esta orquesta podría llegar muy alto si se le diera la oportunidad.

¿Cómo veía la OCV cuando llegó y cómo la ve ahora? 

Diría que ahora son mucho más flexibles. Creo que hemos tocado juntos un repertorio muy complejo. Cuando hicimos Wozzeck por primera vez fue un shock para ellos. Nunca habían visto algo así. Ahora son muy flexibles. Tienen una muy buena ética de trabajo. Creo que sir Mark Elder tiene mucha suerte de haber heredado esto. Están en muy buena forma. Son versátiles. Podrían interpretar muchos estilos musicales diferentes. Están tocando genial, sinceramente.

¿Qué le parece el público valenciano?

Los adoro porque tienen tanta pasión. Hay algo hermoso en València que lo diferencia de Madrid, Nueva York o París. Porque es lo suficientemente pequeña y lo suficientemente grande. Y se enorgullecen de su orquesta. Es como un equipo de fútbol. Como director musical, me sentí parte de este equipo. Cuando veo gente en la calle, la gente viene y me agradece lo que hacemos. Eso significa mucho para mí. Este público es apasionado y sabe que tiene algo grande aquí y lo celebra.

¿Qué le diría a Mark Elder? 

Que debe cuidar de mi ‘familia’. Mark es un músico maravilloso y con mucha experiencia. Puede seguir desarrollando su repertorio, pero que se divierta y lo disfrute. Él sabrá qué hacer. Tiene un estándar muy alto y lo único que me importa es que, quien herede esta institución, la mantenga alta o incluso más. Me rompería el corazón si me fuera y luego el nivel bajara. Sería muy triste. Es como romper con una novia y esperar que sea feliz, pero en realidad te sientes un poco celoso de que esté con otra persona. Estoy feliz porque creo que fue una gran decisión en este momento. Me alegra mucho que sir Mark Elder estuviera disponible y dispuesto. Creo que seguirá explorando un repertorio muy diferente para la orquesta.

¿Cómo ve a la orquesta en el futuro? 

Espero que sigan creciendo, que sigan contratando a gente excelente, como todos los jóvenes que se han unido. Hay muchos valencianos, muchos españoles, no por obligación, sino porque son geniales. Hay muchísimos músicos jóvenes excelentes hoy en día. Así que necesitan seguir contratando gente excelente. Espero que en el futuro pueda haber algún patrocinio privado de una gran empresa y que pueda enorgullecerse al decir: «Esta es la ópera de València. Queremos apoyar esto». Pero ¿quién sabe? Sé que es complicado.

¿Cómo ha crecido la orquesta en número de músicos?  

No lo sé con exactitud. Solo sé que contratamos cerca de 20 durante mi gestión. Son muchísimos. Jesús [Iglesias] ha hecho un gran trabajo cubriendo estos puestos, porque cuando llegó, fue un gran reto. No hacían audiciones. Así que creo que hemos hecho un trabajo excelente. Y Jesús ha sido un excelente compañero, muy organizado y preciso. Y yo necesitaba eso. Esta casa necesitaba organización.

¿Cómo es su relación con Jesús Iglesias? 

Muy buena. Jesús toma decisiones maravillosas para el casting, los directores y las producciones. Conoce bien al público, entiende lo que quiere. Espero que en el futuro se arriesgue más con directores más jóvenes. Porque creo que tienen la imagen de que la orquesta solo quiere grandes maestros y grandes nombres. Pero hay muchísimo talento joven. Pero he tenido mucha suerte de tener un compañero como Jesús, no es ostentoso. Es una persona muy honesta.

Hay veces que los programadores no arriesgan por miedo a no llenar auditorios.

Cierto. Esto es peligroso, pero Jesús siempre ha asegurado que un título al año sea diferente. Tienes que dar al público algo diferente, algo fuera de lo ordinario. Si le das Carmen todos los años, resulta muy aburrido, predecible. Es fácil llenar auditorios pero la orquesta no crece. Es como con la comida, aunque te encante la paella no la comes todos los días. Hay que saber mantener el equilibrio y eso Jesús lo hace muy bien.

Gaffigan termina su contrato en Les Arts el próximo 31 de agosto.

Gaffigan termina su contrato en Les Arts el próximo 31 de agosto. / Miguel Ángel Montesinos

Y el público lo agradece.

El público también necesita educación, no solo la orquesta con el repertorio. 

Incluso se llenan la sesiones para los más jóvenes.

¡Claro! Vienen y se quedan impresionados. Recuerdo Tristán e Isolda, que es una ópera larga. Estuvieron con los ojos abiertos desde el principio hasta el final. Ves que están interesados. Una vez que están aquí, sienten la música, escuchan a un cantante en vivo por primera vez. Es tan conmovedor.

¿Qué proyectos de futuro tiene?

Tengo muchos en América. Tengo a mi familia allí y mis padres, que viven en Nueva York, se van haciendo mayores y cada vez podrán venir menos a Europa. Los extraño. Llevo viviendo en Europa desde los 25 años. Ahora tengo 45. Durante unos 20 años, he vivido en Europa y viajado por el mundo. Necesito volver más a Estados Unidos. No he tenido tiempo de volver a la Ópera Metropolitana de Nueva York desde que acepté este trabajo. Me siguen preguntando y he tenido que decir que no. Ahora puedo decir que sí. También me gustaría ser director musical de alguna institución estadounidense. Creo que es hora de volver, me necesitan más que nunca. Estados Unidos está pasando por un momento muy difícil.

¿Piensa seguir al frente de la Komische Oper de Berlín?

Quizás. No lo he decidido. Mi contrato dura hasta la temporada 26-27. Me gusta mucho lo que hacemos allí. Es lo contrario de aquí. Hacemos demasiado. Repasamos muchísimo repertorio. Cada día es algo diferente. 

Adoro el público valenciano porque tienen tanta pasión, es como un equipo de fútbol»

¿Le volveremos a ver en Les Arts?

Sí, regresaré para una ópera la próxima temporada. No puedo decir cuál, pero es una ópera muy importante, maravillosa. Era uno de mis deseos y Jesús y yo estuvimos de acuerdo. Es una pieza hermosa, muy sensual y aterradora. Estoy muy emocionado.

¿Qué es lo que va a echar más de menos de València?

La gente. Extrañaré a la orquesta , al coro, a toda la gente detrás del escenario. A la ciudad misma. Me encanta el mercado de Russafa, las cosas sencillas, el restaurante de la esquina y la Albufera. También echaré de menos el estilo de vida. Trabajar duro pero luego tener tiempo libre. Ir a la playa, ir a un buen restaurante, comer una paella con amigos.

¿Qué tipo de música escucha cuando no trabaja?

Música clásica, no (ríe). Me gusta mucho la bossa nova y diferentes tipos de jazz. Incluso me gusta la música pop porque mi hija de 13 años la escucha. Siempre me envía una lista de lo que escucha. Así que me mantengo al día.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents