El "tótem" Chirbes llega a los cines con "La buena letra"

La directora Celia Rico presenta en València la adaptación de una de las mejores novelas del escritor de Tavernes: "El silencio y la bondad nunca nos han salvado a las mujeres de nada"

La directora de "La buena letra", Celia Rico, con las actrices protagonistas.

La directora de "La buena letra", Celia Rico, con las actrices protagonistas. / Miguel Ángel Montesinos

Voro Contreras

Voro Contreras

València

La directora y guionista sevillana Celia Rico ha presentado esta mañana en los cines Lys de València "La buena letra", la película basada en la novela homónima de Rafael Chirbes que se estrenará el próximo 30 de abril. Con el valenciano Fernando Bovaria como productor, la película -que ha competido en la Sección Oficial del último Festival de Málaga- ha sido rodada en varias localidades como Petrés, Requena, Sueca, València, Segorbe y las aldeas requenenses de El Reatillo y El Rebollar.

Junto a la directora y el productor, también ha participado en la presentación parte del elenco como Loreto Mauleón, Ana Rujas, la valenciana Teresa Lozano y Sofía Puerta.

La rabia y la tristeza

Publicada por Chirbes en 1992 (y revisada por él mismo en el año 2000), "La buena letra" es una de las mejores novelas del escritor de Tavernes de la Valldigna. En ella, Chirbes trata alguno de sus temas preferidos como la memoria, la moral, el castigo de los vencidos, el olvido del pasado y el coste del futuro. La novela parte de la Guerra Civil, sigue la evolución de una familia valenciana en la inmediata posguerra y llega al comienzo del desarrollo económico. Como en otras novelas del autor, en "La buena letra" la historia familiar y social -con su paso de la miseria hacia cierta abundancia pagando un alto precio- van de la mano.

El film de Celia Rico centra el relato en los años inmediantamente posteriores a la Guerra Civil, con Ana, el personaje interpretado por Loreto Mauleón, como gran protagonista y con la casa familiar con principal escenario. "Ha sido un proceso complejo por adaptar a un tótem como Chirbes", aseguraba este lunes la realizadora sevillana. "La buena letra", subrayaba, es una novela "escrita con mucha rabia, con una visión muy clara de lo duro y, sobre todo, injusto que fue ese periodo de la historia de nuestro país". "Sentí la rabia pero sobre todo la tristeza, eso fue lo que más me marcó, fue la guía para adaptar la novela", añadía Rico.

Una casa en Petrés

Según la cineasta, Chirbes sigue siendo "tan actual" porque "más allá de haber descrito muchos momentos de la historia de nuestro país y hacer una radiografía brillante, tiene una capacidad enorme de indagar en el alma humana y en sus dilemas sin darnos ningún tipo de consuelo. Nos hace preguntas sobre cómo somos y nos comportamos". Rico alude a la "lucidez del aguafiestas" que se ha atribuido alguna vez al escritor valenciano, aunque afirma que también es un escritor "que se asoma a la penumbra para iluminarnos".

La casa de Petrés en la que se ha rodado gran parte de la película tiene un papel esencial en la historia, ya que ha facilitado el "diálogo" entre el universo de Chirbes y el de la directora y autora del guion. "Me gusta mucho rodar en interiores porque me permite entrar en los miedos y los sentimientos de los personajes. Cuando escribí el guion concebí la casa como un personaje más, por lo que vine unos días antes a València para conocer su disposición. Me dio muchas posibilidades de puesta en escena y me permitió diseñar la relación de los personajes a través del espacio".

Otro espacio valenciano de la película es la playa en la que se desarrollan algunas de las escenas más importantes y que también tiene un significado especial para los personajes. "El mar es una de las cosas más deseadas para filmar una posguerra que no fuera tan de interior -apuntaba la cineasta-. Me parecía bonito mostrar el mar como una fantasía y por eso estuvimos mirando muchos cuadros de Sorolla para que esa luz del Mediterráneo estuviera en la película".

El silencio y la comida

Hay dos elementos de "La buena letra" cuyo uso en el film llama especialmente la atención por la forma en la que explican una época tan dura como la posguerra. Unos son los silencios, sobre todo los de Ana, la protagonista. "Para mí, el silencio es casi el origen del cine, porque revela cosas sutiles que pasan en la vida y tiene que ver con lo que no se dice, con lo que se está escondiendo". La represión de Ana a la hora de expresar, por ejemplo, su malestar con la evolución vital de su cuñado y su traición a la familia y a las ideas en pos de un futuro mejor, lo revela muchas veces en un gesto de mandíbula que le acabó costando a su intéprete su paso por un fisioterapeuta, según revelaba la propia Loreto Mauleón.

El otro elemento del que echa mano la directora para reproducir la dureza de la época es la comida. La película empieza con Ana recogiendo y limpiando las pieles de las naranjas para poder hacer después con ellas una tortilla. "Cuando investigaba la época me daba cuenta de que no había muchas imágenes de los interiores de las cocinas, solo los encontré a través de recetarios o de testimonios de mujeres que me contaron cómo comían. Ahí fue donde encontré que aquí en Valencia estaba el recurso de las pieles de las naranjas. Me pareció bastante gráfico sobre lo que es sobrevivir".

La cultura del sacrificio como castigo

Aunque "La buena letra", tanto la película como la novela, transcurre durante la dictadura, su historia refleja las renuncias morales en favor del progreso tan propio de la historia reciente de España. "Hay muchas formas de contar la historia de un país y yo no quería instalarme en la miseria como un lugar crudo sino desde el anhelo de la felicidad", explicaba este lunes Celia Rico. Tanto Ana como Tomás, su marido, encarnan el "determinismo de los derrotados, la cultura del sacrificio como castigo" por haber perdido la guerra. Frente a ellos, la ambición por una vida mejor de Antonio, el hermano de Tomás, y de su mujer Isabel, que en el film se convierte en un personaje menos antipático que en la novela.

Según la directora, el personaje que encarna Ana Rujas representa ese rol femenino que, en una época en que la mujer estaba relegada a ser el ángel del hogar, a callar y cocinar, se salía del molde y se le llamaba de mil formas. "Es una de los personajes que más hemos trabajando en la película para no juzgarla y darle un transfondo. Isabel quiere sobrevir y pone por encima de todo salir de la miseria".

Esa importancia que tienen estos dos roles femeninos y su relación entre ellos, pero también el de la abuela y la hija, le da a "La buena letra", otra lectura contemporánea.

"Yo no pude hablar con mis abuelas de cómo vivieron la posguerra y me hubiera gustado, así que adaptar el libro de Chirbes me ha permitido mantener una especie de diálogo imaginario con ellas", explicaba la directora. "Con el feminismo -reflexionaba este lunes- hemos criticado la idea de la mujer que se sacrifica por la familia y el marido, que pone sus deseos bajo tierra porque su rol era cuidar. Pero es interesante colocarse en el contexto y entender que si ahora nos cuesta callarnos es porque ellas tuvieron que callar por la fuerza". Eso sí, concluyó, "si me preguntan si el silencio y la bondad nos ha salvado a las mujeres de algo, la respuesta la tengo clara: no".

Valencia. VLC. “La bona lletra", la nova película basada en la novella homònima de Rafael Chirbes, dirigida per Celia Rico Clavellino, que ha sigut aclamada recentment al Festival de Màlaga.

Valencia. VLC. “La bona lletra", la nova película basada en la novella homònima de Rafael Chirbes, dirigida per Celia Rico Clavellino, que ha sigut aclamada recentment al Festival de Màlaga. / Miguel Ángel Montesinos

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