Libros
Sònia Valiente: «Introduciría a Trump en mis novelas. Sería el archienemigo perfecto»
Con el deseo, el poder y el olvido, Sònia Valiente crea "El reloj del fin del mundo", su segunda novela

Sònia Valiente presenta "El reloj del fin del mundo" / Fernando Bustamante

¿Tan difícil es pasar página?
Sí. A veces nos quedamos colgados de una idea, un recuerdo o una persona y tendemos a idealizarlo. Como la canción de Serrat ‘el olvido solo se llevó la mitad’. Creo que el tiempo solo se lleva lo malo. El concepto me pareció como un insight que decimos en publicidad, algo como muy universal. Todos tenemos un puente de Madison y, como he trabajado mucho tiempo en emprendimiento, pensé que ahí había un nicho. ¿Qué pasaría si alguien se dedicara a comercializar o mercantilizar el olvido? ¿Habría alguien dispuesto a pagar por pasar una noche con una persona de la que no se puede olvidar? De esta premisa empecé a tirar.
Responda a eso. «¿Cuánto estaría dispuesta a pagar por pasar una noche con alguien a quien no puede olvidar?»
Nada, cero. Conmigo la empresa que me he inventado y se llama The Bridge se arruinaba. Me costó madurar la idea porque si alguien no te quiere, o no está dispuesto a estar a tu lado, no le puedes obligar a estarlo. Creo que la vida es como un tren, en el que van subiendo y bajando personas y no puedes conservarlos a todos.
En la historia sumerge al lector en todo un dilema moral.
Es como cuando ves una peli de misterio o un thriller en el que empatizas con el protagonista, pero resulta que el protagonista es un asesino. A veces, tienes el dilema de que no quieres que lo pillen pero sabes que lo estás haciendo mal. Ahí está el juego con el lector. La diferencia entre realidad y ficción es que en la novela tiene que haber un conflicto para que haya tensión y jugar con la curiosidad del lector.

Sònia Valiente presenta "El reloj del fin del mundo" / Fernando Bustamante
En su ficción habla del deseo, del poder, del olvido, de las citas, del tiempo, de los desplantes...
De mucho. Me interesan mucho las heroínas accidentales. Mujeres que hemos hecho todo lo que se esperaba de nosotras pero que nos llega un momento de desencanto y... . Lourdes Nadal, así se llama la protagonista, es una mujer gris que vive para su familia, una funcionaria que trabaja tramitando ayudas financieras con estética de profesora de cole concertado a la que jamás le ha pasado nada interesante. De repente, acaba su matrimonio de 20 años y hace lo más irresponsable que se le ocurre que es quedar con un hombre al que no conoce . Y eso le pasa factura porque cuando llega a ese lugar de la España vaciada, el señor no se presenta y se le acusa a ella de su desaparición. Y Lourdes, y no te cuento más, tiene que evolucionar para solucionar ese misterio.
¿Cómo le surge la idea?
De una escapada en 2021 a Soria con mi chico. Aparentemente era un destino muy tranquilo pero me vine con una novela bajo del brazo. La Laguna Negra de los Picos de Urbión me pareció un lugar maravilloso, telúrico y atractivo. Poco a poco le fui añadiendo ingredientes, y así surgió el disparador creativo de la novela.
En esta obra se pasa a la novela negra. ¿Es el camino que quiere seguir descubriendo?
Me gustaría. Creo que en las primeras novelas uno se vacía mucho y, por conocimiento, lo normal es que el fondo tenga que ver con el autor . Esta segunda es más compleja y me ha costado mucho de escribir y rehacer . Estoy contenta por cómo ha quedado por las tramas, porque me he atrevido a jugar con el lector, por los giros inesperados, y porque creo que técnicamente hay un salto cualitativo. La otra siempre será mi bebé, pero igual que evolucionamos como personas y lectores, también lo hacemos como escritores.
Valencia, como en su anterior novela, es también escenario de la historia.
Soy un poco chovinista y me gusta reivindicar Valencia sin ambages. Quería que fuera una novela más universal, porque la primera se circunscribía mucho a la ciudad de València, y si lo leía por ejemplo alguien de León, le podía dejar un poco frío. He creado un pueblo ficticio representativo de la España vaciada, en el que muchos de los protagonistas son valencianos, porque me gusta nuestra idiosincracia y nuestra forma de ver la vida
El puzzle es muy atractivo.
Pues sí. Me apetecía más que la ciencia ficción lo que se denomina técnicamente como futuros posibles. Es como ir un pasito más en ese futuro como ocurre en «Black Mirror». Voy metiendo al lector poco a poco en ese mundo y, de repente, dices, ¿esto de dónde ha salido?
Actualidad
¿Se atrevería a ficcionar el caso Bretón?
Sí, porqué no, pero es muy complicado porque ahí nos topamos con los límites de la libertad de expresión. Ahora mismo sería muy complicado publicar A sangre fría, de Truman Capote. También creo que hay mucha hipocresía porque todos hemos visto «Fuego en el Cuerpo» en Netflix y todos somos adictos a los true crime. Entiendo perfectísimamente a la madre pero también hay que ponerse en la piel del escritor, y en este caso, de la editorial Alfaguara.
De lo ocurrido en el último año, ¿qué rescataría para su próxima novela?
Me gusta escribir pegada a la realidad. Al igual que esta, tendrá que ver con el olvido. Cuando estaba escribiendo se me cruzó la noticia de que el reloj del fin del mundo está a 89 segundos del fin de la humanidad y ahí ha quedado reflejado. ¿Sabes que el reloj del fin del mundo es un reloj simbólico que existe realmente y que se creó en 1947 en Chicago? En la próxima novela también se cuela un hecho real a partir del cual ficciono.
¿Qué personaje de la actualidad, bajo seudónimo, introduciría en una de sus novelas?
Donald Trump. Sería un villano de manual, un archienemigo perfecto, de los de Marvel: excéntrico, sin escrúpulos, disparatado, cegado por el poder... Lo malo es que sería un personaje un tanto plano en cuanto a arco narrativo y mi editor me diría que no es creíble. Que le diera una vuelta, alguien así no sería funcional en la vida real. (Risas). Ya sabes lo que dicen, la realidad supera a la ficción
"Hablar de Vargas Llosa, antes de su muerte, era tensar a algunos lectores"
Hace pocos días, falleció Vargas Llosa. ¿Qué ha significado en su vida?
Era una de las grandes voces de literatura hispanoamericana. Una gran pérdida. Prolífico, complejo, su literatura a varias voces, con introspección, violencia y retrato de una época y de la corrupción del poder, no resulta sencillo ni amable de leer. Uno de los exponentes de la generación del boom latinoamericano, pero nos queda su lucidez, su rabia, su palabra precisa. Hablar de Vargas Llosa, antes de su muerte, era tensar a algunos lectores. Muchas personas no eran capaces de separar el autor de su obra, cuando su calidad es incuestionable y decidían no leerlo porque entraba en conflicto con su sesgo de la confirmación, con sus propias creencias. En estos tiempos de polarización, lo más estúpido que podemos hacer es dejar de leer a autores porque no votan como nosotros.
¿Alguno de sus libros le marcó?
La ciudad y los perros. Toda esa violencia y opresión, la estratificación de la sociedad peruana… La leí hace muchísimos años y me tocó, creo que la leí demasiado joven. Hay libros que te encuentran cuando no estás preparada como lectora o como persona, llegan demasiado pronto o demasiado tarde. Una anécdota sobre esta novela, quizá poco conocida, es que tuvo tres títulos porque el autor no quedaba satisfecho, se barajaron alternativas como Los impostores hasta que un crítico literario le sugirió «La ciudad y la niebla», por el perenne cielo encapotado de la ciudad. Y de ahí, supongo que derivó hacia el título definitivo. Hace unos meses visité Perú y recordé la anécdota porque es un lugar cuyo cielo siempre está encapotado y nunca llueve.
- Absuelto el vecino de Torrent que se enfrentaba a penas de prisión por cambiar la cerradura de una ermita
- Un goteo de abandonos y de retornos de órdenes religiosas a los conventos en los últimos años
- Dieta del agua: Cómo adelgazar varios kilos a la semana y no pasar hambre
- Malestar en las Fallas por el trato en la Procesión de la Virgen
- ¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal, de la que cada año aparecen 10.000 nuevos casos?
- Las religiosas de San Vicente de Paúl abandonan Albaida tras casi 150 años
- El Ayuntamiento de Calp ya no quiere coches eléctricos: escarmentó con el que ardió en pleno centro urbano
- Del islote de Perejil a dirigir las emergencias valencianas