Dana

El Premio Cervantes homenajea a Pombo en una ceremonia «contenida» y con acento valenciano

La propietaria de la librería Passarella de Picanya, Guillermina Spiekermann, ha sido invitada a este encuentro, marcado por el estado de salud del galardonado y la muerte del Papa

El rey Felipe VI durante su discurso esta mañana en el almuerzo previo a la entrega del Premio Cervantes a Álvaro Pombo.

El rey Felipe VI durante su discurso esta mañana en el almuerzo previo a la entrega del Premio Cervantes a Álvaro Pombo. / Casa Real

EFE

València

El Palacio Real ha acogido esta mañana el tradicional almuerzo la víspera de la entrega del Premio Cervantes, un galardón que se entregará el miércoles en la Universidad de Alcalá de Henares. El encuentro ha contado con la recepción de los Reyes de España a una extensa representación de la literatura española en todos sus sectores, pero en esta edición ha sido, como bien señaló el Rey, «un almuerzo celebrado con respetuosa contención», en referencia al luto de tres días decretado por la muerte del papa Francisco y por la pérdida, hace una semana, de Mario Vargas Llosa. Todo ello agravado también por la ausencia del propio premiado, Álvaro Pombo, por motivos de salud, que le impedirán también asistir el miércoles a la entrega del galardón.

Entre la extensa lista de personas asistentes, se encontraba una representación valenciana símbolo de la resistencia tras el desastre de la dana. Casa Real invitó a Guillermina Spiekermann, propietaria de la librería Passarella en Picanya, que quedó completamente arrasada por la barrancada y que ultima ahora su reapertura para finales de mayo. 

«Yo estuve en tu librería». Así ha saludado la reina Letizia a Spiekermann, tal como ha relatado a este diario. «Me ha reconocido porque estuvo allí cuando vinieron por sorpresa a Picanya, y recordaba perfectamente cómo había quedado», explica la propietaria. De hecho, ha aprovechado la ocasión para invitarles -a través del equipo de protocolo de Casa Real- a la inauguración del nuevo espacio, ubicado en otro punto del municipio. «Quiero que, ya que han visto lo malo, vean también cómo salimos adelante», señaló. 

El encuentro estuvo marcado por el discurso del rey Felipe VI, quien hizo hincapié en el actual mundo marcado por la incertidumbre. «No es verdad que todo valga, no es verdad que todo sea relativo» advirtió.

La «mirada singular» de Pombo

El monarca confió en que Pombo pueda acudir el miércoles a la entrega del Premio Cervantes, una circunstancia que el entorno del escritor descartó horas después debido a su delicado estado de salud. «Querido Álvaro: con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura, sino que reconocemos -y nos reconocemos- en una voz y en una mirada singular».

Felipe VI también tuvo un recuerdo para Vargas Llosa, al que recordó como «el hispano-peruano universal, el ciudadano del mundo, el pensador valiente y comprometido; y nos queda su voz, su obra inmensa, su amor por su lengua y por su oficio, su inagotable pasión por escribir, por descubrir y por contar historias».

En este encuentro, en el que se celebra la lengua española y la literatura en torno a la figura de Miguel de Cervantes, el rey manifestó que el lenguaje debe servir «para decir alto y claro: no es verdad; no es verdad que todo valga, no es verdad que todo sea relativo; no es verdad que mérito y dedicación equivalgan a suerte y oportunismo, ni que el rigor y el conocimiento estén pasados de moda».

Al almuerzo asistió el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero; y el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, además de anteriores premiados como Sergio Ramírez y Luis Mateo Díez y autores como María Dueñas, Soledad Puértolas o Ray Loriga

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