El Palacio de Comunicaciones, una compraventa millonaria que podría albergar a Sorolla

El Consell del Botànic adquirió el histórico edificio de Correos y Telégrafos en 2021 por 23,9 millones de euros para destinarlo a un uso cultural que no ha llegado a materializarse

En 2023 fue la sede de la exposición De la foscor a la llum: cinc segles d'art donde la pieza central era 'Yo soy el pan de la vida' de Sorolla

El Palacio de Comunicaciones con la obra de Sorolla 'Yo soy el pan de vida' de la colección Lladró.

El Palacio de Comunicaciones con la obra de Sorolla 'Yo soy el pan de vida' de la colección Lladró. / Fernando Bustamante

Amparo Soria

Amparo Soria

Valencia

La compra del edificio de Correos de València fue una de las grandes operaciones y apuestas por la recuperación y mantenimiento del patrimonio del Consell del Botànic. Cerró la operación en diciembre de 2021 y fue renombrado como el Palacio de las Comunicaciones, respetando su origen pero con la vista puesta en convertirlo en un contenedor cultural, pero cuatro años después su uso está todavía difuminado. Ahora, tras el anuncio del presidente Carlos Mazón, podría ser este el enclave que albergue la futura exposición de la obra del maestro valenciano, tal como han apuntado algunas fuentes conocedoras de estas negociaciones.

A falta de concretar y confirmar que sea esta la futura pinacoteca, es cierto que reúne las condiciones propicias para. El inmueble forma parte de las propiedades patrimoniales de la Generalitat, siendo uno de los emblemas de la arquitectura ecléctica con tintes modernistas de más de 9.400 metros cuadrados y declarado como Bien de Relevancia Local. Además, fue coetáneo al propio Sorolla, que murió un año después de que el edificio se inaugurara y entrara en funcionamiento. 

Tras la compra, apenas tardó cuatro meses en ser abierto al público, ya que en abril de 2022 y tras unas adecuaciones previas, pudo ser visitado por la ciudadanía. No estuvo exento de polémica que fuera utilizado durante esas Fallas como balcones para ver la ‘mascletà’ para los miembros del gobierno y sus invitados. Un uso más que cuestionado que motivó su apertura en la siguiente edición de las fiestas josefinas: la Generalitat sorteó 100 pases para el público general para cada día del mes fallero.

El Botànic también barajó en un primer momento transformarlo en un centro cultural dedicado a Europa, con espacios para exposiciones y actividades relacionadas con la innovación, la cultura y la integración en la Unión Europea.

El primer contacto con Sorolla

Sin embargo, ese mismo año fue utilizado con un propósito similar al que ahora irá destinado. Acogió la exposición «De la foscor a la llum: cinc segles d’art» que inauguró el Año Sorolla y presentó 73 obras de la colección Lladró, que fue adquirida por la Generalitat y dispuesta en el Palacio de las Comunicaciones para su visita. Allí había obras de José de Ribera, Zurbarán, Benlliure, Pinazo y Sorolla, cuya obra,'Yo soy el pan de la vida',, realizada en grandes dimensiones por el pintor tras un encargo de un empresario de Valparaíso, fue el centro de la exposición y presidía el hall del edificio. 

Un museo fallero paralizado

Fue el PP, tras las elecciones de 2023 quien puso sobre la mesa un nuevo uso: Ser el nuevo museo fallero de la ciudad, adaptado a la nueva magnitud de las fiestas. Una propuesta que la alcaldesa María José Catalá llevó en su candidatura y que tomó forma a lo largo de ese año, dándole el nombre de Museo Fallas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, donde la idea original pasaba por incorporar tecnologías e inteligencia artificial para una experiencia inmersiva. 

Se aseguró entonces que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, había aceptado este uso incluso se habría comprometido a ceder el espacio al ayuntamiento. Sin embargo, no se ha materializado pese a que hace unas semanas el sector fallero avisó del mal estado del actual museo, en Monteolivete, apelando a la urgencia de trasladar su sede a Correos.

Entre los diferentes usos y planes, el eficio ha acogido todo tipo de eventos de pequeñas dimensiones tanto de corte institucional como de corte cultural, para asociaciones y colectivos que lo han pedido. Lo que sí ha trascendido en el tiempo es la posibilidad de visitarlo todos los días, ya que está abierto al público.

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