"València encantada"
Hay un fantasma en la Generalitat (y otros misterios valencianos)
Espíritus, dragones, duendecillos, bestias, puertas al averno, doncellas vengativas, animetes santes… ¿Quién dijo que València no tenía sus propios misterios y leyendas sobrenaturales?

En el Palau dels Frijola, junto al Portal de la Valldigna, se aparecía el espíritu de uno de los condenados por el estricto Joan Batiste Polo. / L-EMV

El abogado y divulgador del folklore Juan Francisco Ferrándiz acaba de publicar València encantada (ed. Sargantana), una guía única para ver nuestro entorno más cercano con otra mirada y descubrir sus secretos más sorprendentes. «En la obra he querido plasmar viejas leyendas y otras que, en realidad, se están formando en la actualidad -explica-. Antes se contaban ante el hogar o a la fresca en verano, hoy en día vuelan por Internet y se recuperan en lecturas como ésta». El libro, avisa Ferrándiz, pretende sorprender con 37 historias y dos rutas de misterio listas para realizar con el libro entre las manos.
Terror en el Portal de la Valldigna.
«Sant Déu, sant Fort, sant Immortal, lliura’ns Senyor de tot mal». Así rezaba una placa en la fachada del ya desaparecido Palau dels Frígola, en el número 4 de la calle de la Valldigna, al lado del portal de la muralla árabe de València. ¿Se trataba de una simple oración o de un exorcismo contra las presencias que infectaron la casa? Allí, recuerda el cronista, vivió en el siglo XVII, misser Joan Batiste Polo, doctor en leyes y oídor de la justicia cuyo carácter estricto le hizo ganarse muchos enemigos. Muchos de ellos fueron ajusticiados y quizá alguno volvió para asustarle desde el más alla. «Esta historia la escogí por la sorpresa de encontrarla en un Dietario, junto a noticias históricas de la época, prueba del impacto que tuvo en la ciudad -explica Ferrándiz-. También por la magia que se respira en ese lugar, que parece aislado del bullicio de la calle Cavallers. En un lugar así, el misterio aún se hace presente, aunque venga de siglos atrás».
La sombra mortal del Palacio de Valeriola.
Esta historia comienza con un grito de terror. El viernes 20 de octubre de 1607 se encuentra a Jeroni de Valeriola asesinado en su estudio. El primer sospechoso del crimen fue el caballero Lluís de Sosa, un hombre oscuro que frecuentaba los bajos fondos de València y que fue sometido a un macabro ritual para discernir su culpabilidad. Siete días después del asesinato, se sacó el cadáver de la víctima de su tumba y lo encararon con el acusado. El cuerpo no se movió, lo que significaba que Lluís de Sosa no era su asesino. El crimen siguió envuelto de misterio y dio origen a la leyenda del fantasma que dicen que aún recorre las estancias de lo que ahora es el Centro de Arte Hortensia Herrero.

El dragón de la Llotja de València. / L-EMV
La Llotja y su dragón
«¿La leyenda de san Jordi y su dragón podría tener un origen árabe?», se pregunta el autor de València encantada. En la fachada oeste del edificio, la que está orientada al mercado, hay esculpida una cabeza de dragón que parece estar alimentándose de la piedra. Se dice que antes de la conquista cristiana, en el lugar que ocupa la Llotja se levantaba el palacio de la hija del emir Muley Rufat. Un día, de sus sotanos emergió una peste terrible. Cuando los criados descendieron para descubrir qué estaba ocurriendo, encontraron una gruta en la que dormía un dragón de escamas doradas y brillantes que despertó, raptó a la hija del emir y se la llevó a las profundides de Balansiya. Un esclavo del emir, que estaba secrétamente enamorado de la joven, acudió a su rescate. No diremos cómo acabó el asunto, pero el hecho de que la cabeza de dragón esté ahora en el muro de la Llotja alguna pista puede dar.
La conexión de Drácula con la Trinidad
Y, hablando de dragones, dice Ferrándiz que tenemos en València una de esas conexiones que nos hacen saltar del sillón de lectura: la relación entre el monasterio de la Trinitat y Vlad Dracul, el personaje histórico que inspiró al vampiro Drácula. «Aquí iace Alfonso, hijo del famoso Georgio Castrioto, rey de Albania; açote de los turcos, Scanderbeg (…) Murió de edad de 15 años en esta ciudad de Valencia, año 1503». Esta es la inscripción de una tumba olvidada que hay en el monasterio de la Trinidad, en el altar de los Santángel. Nada sugiere la sorprendente historia que la contecta con la histórica figura que inspiró a Bram Stoker para crear a Drácula, pero, como señala el autor, «la fascinación de este personaje literario y la conexión Nápoles-Valencia, es demasiado seductora. Dispara la imaginación».
Ruidos extraños en la casa del Esparto
El 5 de julio de 1915 aparecía en el diario El Pueblo la siguiente noticia: «Todavía, lector, continúan los ruidos en la casa número siete de la plaza del Esparto. ¡Y van 5 días!». Según recogía el mismo periódico dos días después, unos albañiles derribaron parte del suelo y sacaron a la luz unas viguetas que podrían ser el origen de los ruidos. «¡A ver quién es ahora el valiente que hace ruido! ¡Se acabó la broma! Diez o doce golpes fueron la contestación con los que los supuestos duendes replicaron al reto…».
No podía faltar la visita a la calle del Esparto y recordar lo que pasó en la llamada casa de Tócame Roque porque es uno de los enigmas icónicos en la ciudad, sobre todo para los amantes del misterio. "Los misteriosos golpes que conmocionaron a Valencia a principios del siglo XX nunca fueron explicados, pero se convirtieron en el primer caso de poltergeist con cobertura mediática diaria, y se investigó con ciencia y aparatos eléctricos. Un hito”, aseugra Ferrándiz.

Frescos de los diez angeles musicos del altar mayor de la Catedral / L-EMV
Los secretos de la Catedral
Ferrándiz apunta que otro atractivo de su libro puede ser convertir en investigador al lector y conocer secretos que muy pocos saben, como los que relacionados con la Catedral de València. Cuando los ángeles músicos pintados por Paolo de San Leocadio fueron redescubiertos en 2004, surgieron con su propio «misterio». «Algunos tenían la boca y los ojos mutilados, o tapados con yeso. Ninguna otra agresión, excepto un pene pintado en el ala de uno de los ángeles, pero no se sabe si fue la misma mano impía que los cegó y enmudeció», escribe el autor, que defiende que aquello pudo ser una «mutilación ritual». «Fueron enmudecidos, cegados y amordazados dentro de una cúpula de piedra (…) Sin ojos para ver, ni boca para acusar, nunca podrían recriminar su terrible condena».
El fantastama de la Generalitat
Tal como señala el autor de València encantada, un aspecto interesante que pone en valor este libro son esas leyendas que se están formando en la actualidad, que se expanden en las redes como se hacía antes en corros de gente. «La realidad se desdibuja y la fantasía rellena los huecos creando historias que nos estremecen por su cercanía», explica.
Sin duda la más emblemática en València es el misterio de la Generalitat. En la primavera de 2006, en aquella València que preparaba la histórica visita del papa Benedicto XVI, unos tales Francisco Camps y Juan Cotino visionaron las grabación de una de las cámaras exteriores del Palau de la Generalitat en los que, de repente, ha aparecido algo que se mueve, algo parecido a una nebulosa amarillenta. «Los dos palidecen de la impresión. Los rumores eran ciertos. El más alto se pasa la mano por la amplia frente y dice: apáguelo, agente. Eso no puede salir a la luz y menos ahora. Silencio».

"València Encantada" / L-EMV
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