Crítica|Música

Entre amigos

Temporada 2024-25 del Palau de la Música. Programa: Obras de Delius (The Walk to the Paradise Garden), Ravel (Concierto para piano para la mano izquierda) y Chaikovski (Sexta sinfonía). Orquestra de València. Solis­ta: Marta Menezes (piano). Director: Pablo González. ­Lu­gar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1.200 espectadores. Fecha: viernes, 6 junio 2025

Un momento del recital.

Un momento del recital. / Live Music Valencia

Justo Romero

Justo Romero

València

Volvieron dos bienvenidos amigos a la Orquestra de València para certificar su fecunda relación con ella. Si la pianista lusitana Marta Menezes (1988) ya se ganó el aprecio de todos cuando en marzo de 2022 tocó con los profesores municipales la 'Rapsodia portuguesa' de Ernesto Halffter, el ovetense Pablo González (1975) ha sido y es uno de los directores invitados que con mayor regularidad revisita el podio de la OV. Una y otro, pianista y maestro, han confluido en una obra tan singular y exigente como el Concierto para piano para la mano izquierda y orquesta que compuso Ravel entre 1929 y 1931 por encargo del pianista austriaco Paul Wittgenstein (hermano del filósofo Ludwig Wittgenstein), que había sufrido la amputación del brazo derecho tras ser herido en el campo de batalla durante la Primera Guerra Mundial.

Apoyada en un pianismo de primera factura, virtuoso y expresivo, empeñado siempre en la música más que en su exhibición, Menezes se adentró en el meollo de un concierto pleno de contrastes, desde el lúgubre comienzo, con el famoso solo de contrafagot, hasta el esplendor de algunos pasajes de vértigo pianístico, ya presentes desde la primera y rotunda intervención en solitario del teclado. Pablo González templó las dinámicas de la gran orquestación raveliana para no velar la escritura pianística, dicha por Menezes con impecable presencia y un sonido transparente centrado en desvelar las armonías, colores y sensaciones de una obra maestra cuyos apenas 18 minutos requieren un despliegue virtuosístico que va más allá del hecho de ser interpretada con una sola mano. La respuesta entusiasta del público fue a tono con el calibre de esta versión beneficiada por la estupenda intervención del solista de contrafagot de la OV y la sintonía evidente entre profesores, pianista y maestro.

Antes de Ravel, a modo de preludio, González dirigió The Walk to the Paradise Garden. Apenas diez minutos de melodiosos y plácidos pentagramas del inglés Frederick Delius -sigue la fiebre british en la OV- revisados en su día por el gran Thomas Beacham. Fue una pulida interpretación tocada con tanta naturalidad como atención al detalle, a la solfa y al carácter. Luego, tras la pausa, llegó una muy particular Sinfonía Patética de Chaikovski, que Pablo González presentó detalladamente con palabras fervorosas y fascinadas. “Versión de autor”, que diría un pedantesco. Lenta, ensimismada. Extrema. Inquietante. En blanco y negro. Desde las tinieblas iniciales hasta el “Adagio lamentoso” en que se pierde la sinfonía y -paralelamente- la propia vida del compositor. En medio, la luz, la alegría fugaz del vals que impulsa el segundo movimiento y el vértigo ligero y trepidante del tercero.

Todo lo marcó y expuso Pablo González en una visión fluida y natural, sin una coma de más ni de menos, enfática pero no lacrimógena, minuciosa y atenta al detalle, de texturas bien mimadas; que hizo relucir la rica paleta orquestal y anímica de estos compases terminales cargados de desesperación y genio. El maestro encontró en los músicos amigos de la OV respuesta entusiasta y cómplice, con remarcables intervenciones solistas y seccionales. Gran concierto

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