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Critica musical

¿Por ser mujer?

Concierto de la Sociedad Filarmónica

Concierto de la Sociedad Filarmónica / Levante-EMV

José Doménech Part

València

Música de cámara en estado puro: en su debut en la SFV, el Trío Fortuny (dos catalanes y un gallego) se mostró con aplomo absoluto, brillo instrumental y exquisita sensibilidad que, de inmediato, captó el auditorio valenciano del Palau. No llegan a la cuarentena mas se les percibe instrumentistas ya "hechos" que se escuchan y se esperan entre ellos. Tuvieron el acierto de incluir una pequeña obra de Mélanie Bonis, compositora francesa recuperada en los últimos años para re-conocer un impresionante catálogo tanto para gran orquesta, voz, flauta, piano y música de salón. (Una vez más, el programa omitió el nombre de la autora (M): incorregibles) El propio Saint-Saëns confesó que jamás hubiera pensado que aquella música fuera escrita con la perfección de Madame Bonis. Y todo por ser mujer.

A partir de los años 60, sus más de 300 obras comenzaron a editarse e interpretarse, sobre todo en Francia. El Trio interpretó Soir, que forma parte de su Op. 76, junto a Matin, que ellos aquí no incluyeron. Es una música lastrada por la estética de su tiempo, aunque la compositora, alumna de Cesar Franck y Gabriel Fauré, fue contemporánea de Debussy, Ravel o Satie.

La versión de los Fortuny rebosó delicadeza, afecto y calidez. Con apasionamiento y vigor, volcaron el Trío nº1, Op.8, en do menor, de Shostakovich, que en origen el autor tituló Poème. Es una obra escrita a los 16 años, mostrando el potencial de su gran personalidad. Todo un reto resuelto con pasión, venciendo una escritura exigente y arrebatada. Y finalmente, el Trío op.50, de Tchaikovsky, que él compuso para su amigo Nikolái Rubinstein: À la mémoire d'un gran artiste. Probablemente su mejor trabajo de cámara dando protagonismo individual a los tres instrumentos. Aquí el cello de Codina estuvo realmente conmovedor, nítido el violín bien regulado de Bardolet y el teclado de Heredia, siempre luminoso y respetuoso, todos ellos, fueron abriéndose paso a través de la partitura sin aspavientos, pero con convencimiento y seguridad ejemplares. Tanto en el vals como en la mazurka, el piano se mantuvo espléndido y todos ellos, en su aproximación a la fuga, sencillamente magistrales. Con la ovación final, llegó uno de los más hermosos lieder jamas escrito: Morgen, de Richard Strauss. Ejemplo de artistas.

Sociedad Filarmónica de Valencia Palau de la Música. Sala Rodrigo Trío Fortuny (Joel Bardolet, violín; Pau Codina, cello y Marc Heredia, piano). Obras de Mel Bonis, Dmitri Shostakovich y Piotr Ilich Tchaikovsky

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