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Crítico

Del blog a la librería: El Tipo que Nunca Cena en Casa muere, pero nace su leyenda

El reputado crítico gastronómico de los restaurantes más populares de València cierra su página web y su cuenta de Instagram, donde tenía 27.000 seguidores que seguían las hazañas de los personajes que inventó. Anuncia la publicación de un libro como cierre final a una etapa marcada por el humor y la guía culinaria que hizo de la ciudad.

La Torre Alcachofa, el centro de operaciones de El Tipo que Nunca Cena en Casa.

La Torre Alcachofa, el centro de operaciones de El Tipo que Nunca Cena en Casa. / EQNCEC

Amparo Soria

Amparo Soria

València

Las bienvenidas largas y las despedidas cortas. Es lo que ha debido pensar El Tipo que Nunca Cena en Casa, una suerte de crítico gastronómico de lo popular, de lo común, de lo urbano, de lo que consume la mayoría. Sin esnobismos ni elitismos, la persona anónima que manejaba esta página web y cuenta de Instagram ha anunciado que cierra ambas plataformas tras media década de trabajo y después de haberse convertido en una suerte de guía espiritual y gastronómica para los valencianos. Pero sin dramas: su presencia digital quedará para siempre recogida en un libro imperecedero que ya puede adquirirse en la preventa y que recoge todos los consejos que ha ido dando a lo largo de estos años para saber pedir y ser servico: 'Cenafuerismo aplicado. Un manual con gran cantidad de gastroinformación útil', de Drassana.

Con más de 27.000 seguidores en su cuenta de Instagram, valencianas y valencianos recurrían a él para saber a dónde ir a cenar. Todo narrado a través de un personaje y un universo que creó en torno a su figura y que ahora llega a su fin. Deja, al menos, un testamento escrito con la sorna que le caracteriza, una guía imprescindible que combina conocimiento y humor para saber cómo pedir un vino (¿Qué diferencia hay entre un Ribera y un Rioja?), las estrellas Michelin contadas sin reverencias, los misterio del picante y cuál es el mejor punto para la carne. Todo para poner orden en la oferta gastronómica valenciana -y global-, un compendio de conocimientos útiles disfrazados de humor.

Indudablemente repasa los mejores platos y restaurantes de València que ha recorrido en la última década y de los que ha tomado buena nota, aún consultable en su página web que mantendrá abierta un poco más, para las últimas consultas antes de que su imperio, dirigido desde la Torre Alcachofa y siempre junto a su secretaria, la croqueta Meredith, desaparezca. El lector descubrirá que, entre las bromas, hay una cantidad sorprendente de información rigurosa, fruto de muchos años de patear restaurantes y de tener criterio propio.

Un referente en la capital

El Tipo baja la persiana pero en el imaginario colectivo permanecerán sus peculiares 'reviews', donde combinaba humor y crítica gastronómica. La manera en que seleccionaba los restaurantes que visitaba tenía que cumplir con tres premisas: poder cenar hasta 25 euros por persona, que no fueran franquicias y que tuvieran platos propios alejados de las tendencias culinarias actuales o los tradicionales platos de barra de bar.

Así, establecía cinco notas: Tope de okey, Okey alto, Okey, Okey si pasas por allí y No tiene el okey. Las descripciones que hacía de su experiencia en estos bares mezclaba la propia crítica con una narración paralela en la que El Tipo creó todo un universo donde formaba parte de una 'Fundación' y su secretaria, Meredith, era una croqueta, y trabajaban en la Torre Alcachofa. Así, escribieron más de 400 críticas de restaurantes y bares valencianos, filtrados por barrios y por notas puestas, que permitía buscar lugares en función de la zona donde quisieras comer fuera de casa.

La última review publicada es del 5 de octubre al restaurante 'Marea' de Russafa, de cocina italiana, a quien le puso un 'Okey alto'.

La 'muerte' de El Tipo

Dentro de esa galaxia que inventó, en la carta de despedida a sus seguidores, explica que 'El Tipo' ha fallecido accidentalmente "por las cataratas del Niágara, peleando contra un archienemigo", al más puro estilo Sherlock Holmes. "En la fundación somos conscientes del gastrovacío que esto deja, pero esperamos que todos estos años de cenas hayan servido para que cada uno de ustedes tenga ahora una buena colección de restaurantes favoritos y de platos que les hagan felices", escribe.

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