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Critica musical

Oriente y occidente

Qiao Chen Solomon

Qiao Chen Solomon / Levante-EMV

José Doménech Part

València

Desde mediados del pasado siglo, el interés de las culturas orientales fueron, poco a poco, llegando al continente europeo y norteamericano, mostrando otros prismas y sutilezas aportados por aquellas sensibilidades que complementaban a lo hasta entonces escuchado. Artistas como Mitsuko Uchida, Yo Yo Ma, YujaWang, Cecile Licad, Susuki o Vanessa Mae son algunos de la nueva generación de músicos orientales quienes desde Bach hasta Ravel o Philip Glass tiene una hoja de ruta interminable.

Educada en su China natal y mas tarde en los EUA, Qiao Chen Solomon es una artista consagrada no solo por su virtuosismo evidente sino por su manera de interpretar las obras de sus programas. En su debut en la SFV eligió un repertorio de mujeres compositoras europeas en el cual todas menos una, fueron primicia en esta plaza. Clara Schumann es fiel ejemplo de talento oscurecido por el protagonismo de sus colegas (su propio marido, Brahms, Wagner, etc.). De ella, selecciono una de las Romanzas, op 22, después de sorprendernos con la Sonata para violín y piano, en si menor, de la sueca Amanda Maier, quien casada con él también pianista Julius Röntgen quien, como era tristemente habitual, la retiró de los escenarios. Generosidad cero y celos todos.

Qiao Chen Solomon

Qiao Chen Solomon / Levante-EMV

Chen Solomon puso pasión pero también delicadeza destacando las características románticas de la obra junto al piano contundente y nítido de Michelle Yelin Nam, quien supo en todo momento, respaldar con precisión y equilibrio a su compañera. Por raro y absurdo que parezca, hubo una época -no lejana- en la cual los músicos de color únicamente podían optar a géneros como el jazz. Florence Beatrice Price fue la primera compositora afro-americana aceptada en los programas sinfónicos de su país. Dos pequeñas piezas, la Fantasía nº 1 y la Danza de los Elfos, dejaron entrever la calidad de su escritura y la injusticia de no ocupar el lugar que le correspondería en la historia cultural de su país. Sin embargo, ella aprovechó su obra para insuflar motivos de su cultura, como negro-spirituals o blues. Henry Wieniawski fue uno de los grandes virtuosos del romanticismo polaco.

Como dice el refrán, de tal padre tal astilla. Destacando como violinista tanto como compositora, su hija Irène Régine Wieniawska, para evitar comparaciones, decidió sustituir su apellido paterno por Poldowski y así se la conoció en el mundo artístico. Escribió un enorme catalogo de obras para violín pero también canciones sobre los versos de Víctor Hugo o Verlaine. El dúo recreó con excelente fraseo su Sonata en re menor, una obra exigente no exenta de dificultades que ambas salvaron con aplomo y seguridad. Realmente fueron ovacionadas por los socios de la SFV por lo que volvieron a interpretar la Danza de los Elfos. De Oriente para Occidente.

Sociedad Filarmónica de Valencia. Centro Cultural de La Beneficencia Qiao Chen Solomon, violín y Michelle Yelin Nam, piano. Obras de Amanda Röntgen-Maier, Clara Schumann, Florence Price e Irène Régine Wieniawka.

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