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Los rivales de Ponce: "Ha sido la figura incombustible"

El Soro, Espartaco, Joselito y César Rincón analizan el concepto y la trayectoria del maestro de Chiva: "Ha sido la biblia del toreo, el torero más completo y duradero"

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La trayectoria de Enrique Ponce en imágenes: 30 años en la cumbre del toreo F. Bustamante/E. Ripoll/G. Caballero/J.A.

Desde que le bautizaron como Alfonso Enrique, este último nombre como su abuela y su madre, el maestro de Chiva estuvo predestinado para ser figura del toreo por su claridad de ideas y su constancia. Y así durante 30 años. Sin desviarse un ápice para convertirse en un torero fuera de lo común, un maestro para la historia.

Él siempre ha dicho que nunca se le pasó por la cabeza ser otra cosa que no fuera torero porque desde los cinco años está jugando al toro y antes de cumplir los diez ya conquistó la puerta grande de València. Ahora, después de haber toreado más de 2.000 corridas y lidiado más de 5.000 toros durante tres décadas en activo, se ha retirado de forma repentina a sus 49 años.

En sus inicios, Ponce rivalizó con Vicente Ruiz, «El Soro», quien aclara que su marcha «ha sido un descanso para ordenar los problemas personales que tanto pueden perjudicar anímica y espiritualmente a una persona». La figura de Foios expone que «cuando un torero no tiene la cabeza metida en el toro cien por cien, llegan los percances más desagradables» y no tiene duda de que «volverá porque es un torero necesario».

El Soro: "Cuando un torero no tiene la cabeza metida en el toro 100%, llegan los percances más desagradables"

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Sobre su concepto, El Soro describe al espada de Chiva como «una Biblia del toreo, el diestro más completo y duradero». Asimismo, argumenta que, como decían los aficionados antiguos sobre Joselito El Gallo, «a Ponce lo ha parido una vaca» y explica que a él siempre le ha gustado más «con el toro malo que con el toro bueno por su inteligencia y dominio». En ese sentido, Luis Miguel Dominguín siempre resaltó de Ponce, según recuerda el torero de Foios, «su visión y su capacidad como pocas había en la historia del toreo».

César Rincón: "Estudiaba cada toro y los exprimía y, por eso, pecaba de hacer las faenas largas"

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Por su parte, Juan Antonio Ruiz «Espartaco», uno de sus grandes contrincantes, aclara que «es un torero indiscutible e insustituible y «me produce mucha tristeza su marcha porque nadie va a igualarlo». «Rivalizar con él y estar a su altura ha sido una de las grandes satisfacciones que me ha dado el toreo», recuerda el torero sevillano, quien no olvida una tarde de «No hay billetes» con él y El Soro en València frente a los juampedros: «Triunfamos todos».

«Era un torero que podía con cualquier tipo de toro, de ganadería y eso engrandece la tauromaquia», finaliza Espartaco.

Joselito: "Odiaba a muerte a Ponce porque era mi rival. Si le pegaba un repaso, me alegraba muchísimo. Si le devolvían un toro al corral, también"

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"Un diestro muy regular"

«Ponce ha sido la figura incombustible», destaca José Miguel Arroyo, «Joselito», mientras está en la cola para vacunarse de la covid con la segunda dosis. «Odiaba a muerte a Ponce porque era mi rival. Si le pegaba un repaso, me alegra muchísimo. Si le devolvían un toro al corral, también. Este buenísimo de ahora no lo entiendo, no se puede ser tan cínico», revela.

El torero madrileño fue el padrino de alternativa de Ponce en las Fallas de 1990. «El Litri» completó aquel cartel de un 16 de marzo: «En la ceremonia le dije que el toreo era la profesión más bonita del mundo, pero era como una escalera. Lo importante era subir el primer escalón cuanto antes».

Espartaco: "Era un torero que podía con cualquier tipo de toro, de ganadería y eso engrandece la tauromaquia"

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En ese sentido, Joselito lo define como un «torero regular, una virtud que también es un defecto porque te conviertes en un artista muy predecible». «También era flemático, como que le faltaba sangre delante del toro, quizá por su excesiva facilidad. Uno delante del toro es a imagen y semejanza como camina por su vida».

Inolvidable será la tarde del duelo en quites entre el propio Joselito y Ponce en Las Ventas del año 1996, en la confirmación de alternativa de Francisco Rivera Ordóñez: «Ese día fue precioso porque es ahí realmente cuando de verdad nace la emoción del toreo. Yo siempre quise ganarle la pelea», finaliza.

La anécdota con José Tomás

El maestro madrileño no olvida una tarde en la plaza francesa de Arles con el propio Ponce y José Tomás, su máximo rival: «Enrique, desde el callejón, me dijo sobre José Tomás, mientras este toreaba, que era torpe porque se la estaba jugando con una tranquilidad pasmosa y muy de verdad frente a un toro manso que escarbaba. Y yo le contesté que ‘tú no te planteas ponerte ahí nunca’. Se calló y se fue para otro lado». Sobre su relación actual, Joselito evidencia que no son amigos: «Vivimos lejos, no tenemos ninguna relación», remata.

Joselito: "Enrique me dijo sobre José Tomás que era torpe porque se la estaba jugando con una tranquilidad pasmosa, asentado, de verdad frente a un toro manso que escarbaba. Y yo le contesté que ‘tú no te planteas ponerte ahí nunca’. Se calló y se marchó"

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Otro rival de Ponce fue César Rincón, la figura de las cuatro puertas grandes de Madrid consecutivas en un año: «Era incómodo torear con él porque tenía facilidad para todo. Mi arma era el pundonor y él era pura inteligencia», aclara el diestro de Bogotá. El torero valenciano se refería a César Rincón como «Don Pupas» porque siempre que coincidían sufría algún percance: «Es una gran persona fuera de la plaza, somos muy amigos».

«Estudiaba cada toro y los exprimía y, por eso, pecaba de hacer las faenas largas», manifiesta. «Ponce nos ha superado a todos los toreros porque ha tenido más afición que nadie».

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