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La feria más esperada

Nautalia Viajes, nueva empresa de la plaza de València, debuta con un ciclo fallero competente aunque demasiado corto. Los toros vuelven tras dos años de ausencia marcada por la covid

Morante de la Puebla torea el 17 de marzo.

València vuelve a tener corridas de toros con una feria competente, amable, de alto nivel y bastante atractiva, pero excesivamente breve. Es una de las ferias más cortas de la historia. Y eso que se trata del debut de Nautalia Viajes, con su director general Rafael García Garrido al frente de la gestión, como nueva empresa de la plaza de toros de València. El toreo ha estado exiliado forzosamente durante más de dos años en València debido al coronavirus y al inmovilismo del antiguo gestor, el empresario francés Simón Casas. Pero ahora, a pocos días de que se abra el portón de chiqueros, los burladeros huelen a pintura fresca, el ruedo sigue igual de limpio, sin hierbajos en los recodos, y en el ambiente ya hay una electricidad incandescente que produce la ilusión por el toreo. El oro reluciente de los trajes de luces a estrenar y la opresión en la garganta del miedo tras el anuncio de los carteles han vuelto. Afortunadamente. Porque el coso de la calle Xàtiva adoptará su valor místico, catedralicio, con ese halo escénico que tienen los templos de la antigüedad cuando la bravura vuelva a florecer.

Simón Casas dejó con un cuerpo esquelético, amarillo como una momia, al ruedo valenciano porque no ejecutaba su naturaleza, esa de ofrecer las emociones de los toros, y se había convertido en una sala para albergar exposiciones contemporáneas sin la congoja de ninguna autoridad. Tirar dos años a la basura como una cáscara puede tener un precio. Porque el toreo se juega su propia vida cada día.

Por eso, Rafael García Garrido debe de dar ahora con la piedra de toque para recuperar una plaza emblemática de la geografía taurina. Para ello, el director general de Nautalia Viajes ha presentado un ciclo con solamente cuatro corridas de toros, como en la Feria de Fallas de hace 50 años, además de dos novilladas, una de ellas con picadores, y un festejo de rejones.

En 1972 también hubo un abono idéntico al actual, además de una novillada, y se recuerda por la actuación del maestro Paco Camino que, tras torear magistralmente sobre la mano izquierda a un toro de Joaquín Buendía, cortó los máximos trofeos. Hace medio siglo también hubo una extraordinaria corrida de Torrestrella, lidiada en sustitución de la anunciada de Benítez Cubero, en la que Manolo Cortés, que entró en el cartel por el puesto del herido Santiago López, brilló con su torería y se lo llevaron en volandas al final del festejo, pese a cortar una oreja, junto a Ricardo de Fabra.

Con la expectación y la presión que de por sí sola levanta el ciclo a su alrededor, esta Feria de Fallas también será la de la conmemoración del cuadragésimo aniversario de la alternativa de Vicente Ruiz, «El Soro», el último torero de València con mayor carisma. Como «un luchador incansable» le define su padrino de doctorado, el propio maestro Camino, en estas páginas.

Este año, el torero más esperado del ciclo josefino es Morante, con una temporada en 2021 para recordar tras lidiar todo tipo de encastes y ganaderías. El genio de la Puebla del Río regresa a València el 17 de marzo, tras siete años de ausencia, con la mayor plenitud de su carrera. Junto a él, Roca Rey es el otro diestro que más ilusiona al «Cap i Casal». Su atrevida tauromaquia y su tirón taquillero lo sitúan como el nuevo baluarte de la fiesta brava.

El debut de Juan Ortega, la reaparición de Pablo Aguado y la vuelta de Diego Urdiales son, junto a Morante, el refugio del toreo más clásico y puro del ciclo. Los cuatro espadas se levantan como una bombona de oxigeno para el aficionado en medio de la vulgaridad que asola al mundo del toro.

La presencia de Emilio de Justo, tras triunfar en Las Ventas y la Maestranza, refuerza la categoría de una feria en la que Manzanares cumplirá con la responsabilidad de torear dos tardes.

La corrida de Victorino Martín mantiene viva la llama de la diferencia con un cartel atractivo en el que está el valenciano Román Collado. Menos mal. Jordi Pérez, «El Niño de las Monjas», es la nueva esperanza valenciana de este ciclo fallero, presente en la novillada con picadores. Suerte a todos. Y que, por fin, salga el toro por chiqueros.

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