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Pablo Aguado: "Afronto cada tarde como si fuera la última"

El torero sevillano regresa a una plaza de primera categoría tras la operación de rodilla que le obligó a cortar la temporada del 2021. Hoy comparte cartel con Morante y Juan Ortega en la Feria de Fallas

Pablo Aguado Miguel Ángel Molina

Pablo Aguado pisará esta tarde una plaza de primera categoría después de una operación de rodilla que le obligó a cortar forzosamente la temporada del 2021. Ahora, pasa las mañanas con un preparador físico para potenciar la musculatura del cuádriceps tras su lesión de ligamento y menisco de la rodilla derecha. Además, también visita al médico que le operó para para realizarse infiltraciones de plasma y acelerar la regeneración.

Sobre cómo le afectó psicológicamente la lesión, con la Feria de Sevilla en el horizonte, explica que «fue muy duro de afrontar», sobre todo, «el hecho de tener que ponerme delante de dos toros en la Maestranza sin estabilidad ninguna en la rodilla». La afición y la voluntad de superar retos -confiesa- le hicieron aplacar cualquier obstáculo hasta el sábado pasado, donde reapareció en la Feria del Milagro de Illescas.

«Afronto cada tarde como si fuera la última. No es que haya que triunfar siempre, sino dar el cien por cien. Cuando preparo un festejo, todos tienen la misma importancia, porque no entiendo de categoría de plazas ni de la repercusión que pueda tener un triunfo en ellas. El toro es el toro y da igual el sitio que sea o el tamaño que tenga. Quiero decir, que hay que estar igual de concentrado todos los días», revela el diestro sevillano. 

Esta tarde hace el paseíllo dentro de un cartel que es el mismo que abre la temporada sevillana el Domingo de Resurrección. Morante y Juan Ortega completan la terna. Los toreros sevillanos más puros de hoy en día: «Estar en esa terna aporta un clima distinto a la corrida por similitudes en el estilo, aunque cada uno somos muy distintos». Sobre si hay algún tipo de rivalidad, asegura que él no va a la plaza a competir con nadie: «Cuando ellos saquen sus conceptos, disfrutaré. Y espero que hagan lo mismo conmigo, claro».

Tiene en su icono de whatsapp una foto junto a Curro Romero: «Es una persona extraordinaria, pero cada vez que hablo con él se me olvidan sus frases de lo que me impone», relata. Curro, como Aguado, Ortega o Morante , es de los poco toreros que ha encontrado la mágica coordinación del cuerpo que da paso a un fulgurante monumento a la verónica. Fue en la plaza carabanchelera de Vistalegre un 19 de mayo de 2021: «Lo más bonito para mí, es que mi toreo quede en el recuerdo de la gente», revela.  

A la pregunta de cómo se hace, manifiesta que «no hay una aplicación técnica, te tiene que salir. Incluso yo mismo, que lo hice en el toreo a la verónica, no sabría explicarlo. Esa forma de torear creo que es innata, a pesar de que me obsesione torear despacio».

Tras insistir, Aguado hurga en el depósito de las palabras: «Todo depende cómo esté mi corazón y mi cabeza a la hora de torear. Esa actitud de querer imprimir ritmo a la embestida hace que el propio animal se convenza de que tiene que ir despacio al capote». Y afianza su explicación con una conclusión: «No hay nada más antinatural que buscar la naturalidad».

Esta tarde tendrá delante a la ganadería de Juan Pedro Domecq, una de sus predilectas: «Lo que le pido al toro es que tenga ritmo y un punto de soltura en su embestida. Es decir, desde que arranque hasta que termine su embestida que tenga la misma velocidad», concluye. 

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