“Ha sido un milagro”, manifiesta de entrada a Levante-EMV el banderillero Luis Blázquez sobre su reaparición ayer en el Festival Taurino de la Asociación Síndrome de Down de Granada. “Decidí volver a torear en la plaza de toros de Granada porque la lesión del pulmón estaba saneada y las costillas y la clavícula también estaban soldadas”, explica.

El pasado 21 de enero, en el campo bravo cacereño, durante el apartado de unas vacas en la corraleta adyacente a los chiqueros de la plaza de tientas, sufrió una gran voltereta que le produjo una triple fractura de la clavícula y ocho fracturas costales de la parte derecha que provocaron la perforación de la pleura pulmonar y un hemitórax en el esternón.

Ni tres meses ha tardado en volver a torear el subalterno valenciano después de tres operaciones en el Hospital Quirónsalud de València y una “dura” rehabilitación: “Los médicos me han dicho que mi recuperación ha sido un milagro, pero yo les he dicho que solo he querido curarme y que ellos han tenido gran parte de la culpa de mi temprana reaparición”. 

La clave de su restablecimiento físico ha sido la rehabilitación: “Hacía doble sesión, por la mañana y por la tarde. Además, pese a los dolores, también hacía bici estática todos los días, así que tenía mucho fondo ganado”, declara.

No se puso ni delante de una vaca para tomar la decisión de volver a torear. Solamente, dos días antes del festejo de Granada, fue al picadero de Catarroja con El Sirio, subalterno de la cuadrilla de Román, y puso dos pares de banderillas al carretón. Ahí decidió reaparecer porque “vi que físicamente podía”: “Cuando llamé a Manzanares y le dije que podía torear, se alegró muchísimo porque quería que estuviera a su lado”.

“Fui a Granada para probarme y, después de las sensaciones tenidas delante del toro, he decidido que voy a continuar la temporada junto al maestro”, manifiesta decidido pese a los dolores que le produce el esfuerzo de torear: “Es un dolor en la zona pulmonar. No es asfixia, pero el pulmón me duele al bombear aire. Los médicos me han dicho que es normal”. Desde 2008, año que comenzó su etapa en la cuadrilla de José María Manzanares, no ha fallado a su lado. Y este 2022 no iba a ser menos: el próximo domingo estará en Cabra (Córdoba), luego irá a Arles (Francia), Sevilla o Madrid.

Luis Blázquez, vestido de calle, lía el capote de paseo a José María Manzanares en Castelló Prensa Manzanares

Ayer se emocionó mientras hacía el paseíllo porque el tiempo de recuperación estimado era de entre seis a ocho meses: “Pensaba que no iba a volver a torear en toda la temporada. Fue un triunfo personal, no me lo creía ni yo”. Además, en la suerte de banderillas no se acordó ni de la lesión: “No tuve ninguna molestia, ejercí mi obligación de acompañar al maestro”.

Anteriormente, Luis Blázquez también ha formado parte de la cuadrilla de Vicente Barrera, El Litri, Juan José Padilla, Finito de Córdoba o Morante de la Puebla, pero desde que va con Manzanares siempre le ha liado el capote de paseo antes de hacer el paseíllo. Este año, pese a estar convaleciente, no ha sido menos en la Feria de Fallas de València y en la Feria de la Magdalena de Castelló: “Fue una sensación muy especial, muy emocionante. En esos momentos te das cuenta cómo tiene que ir todo engranado dentro de un equipo humano como una cuadrilla. Desde el callejón sufrí más que si fuese vestido de torero porque estaba lesionado y sabía que si le ocurría algún percance, no le podía ayudar como me hubiese gustado. Pero eso, afortunadamente, ya es pasado”, concluye.