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José Tomás frente a sí mismo

El torero de Galapagar, tras la desilusión de su reaparición en Jaén, incluye en Alicante un toro de Garcigrande, la ganadería de su última gran faena

José Tomás, en un momento de su reaparición el pasado 12 de junio en Jaén. José Manuel Pedrosa

Cuando José Tomás salió de la plaza de toros de Jaén hace mes y pico, sintió las dentelladas de la desilusión de la gente que había acudido a verle en masa en el día de su reaparición.

Como si toda su aura que preconizaba tarde tras tarde, arropada por unos feligreses que van a verle como si se tratase de una peregrinación religiosa, se hubiese diluido durante los dos años de pandemia. Como si él y su tiempo hubieran vivido sobre un caballo loco que, de pronto, rompió su mito en cristales pequeños sin mirar atrás. Tres años sin torear es un mundo para cualquier torero porque entras en la deriva pesada de perder el sitio. Incluso para José Tomás, aunque en otras ocasiones que ha reaparecido no ha sido así.

Ese domingo 12 de junio en Jaén no había un aparcamiento libre ni una mesa de restaurante libre ni un hueco en las barras de los bares. Y, claro, ni una entrada disponible en las taquillas del coso de la Alameda. Como ocurrirá este domingo en la plaza de toros de Alicante en un nuevo récord turístico, donde 11.000 almas perseguirán la catarsis de la pólvora de José Tomás para reencontrase con una de las emociones más puras que ofrece la fiesta de los toros.

Simplemente verlo hacer el paseíllo, con ese magnetismo único que transpira su ser y le hace sentirse especialmente poderoso, vale la pena. Él torea como si rindiera cuentas consigo mismo. Con una verdad que le atañe solo a él. Su grandeza consiste en expresar la experiencia que miles de aficionados rastrean para descubrir la belleza de ese toreo y hacerla indisociable a nuestras más profundas emociones. Verlo incluso se puede convertir en una experiencia vital por su sacudida emocional.

Para esta corrida de toros especial de cuatro toros, José Tomás ha incluido un toro de la divisa salmantina Garcigrande, el hierro con el que hizo su última gran faena. Fue en la Monumental de Frascuelo de Granada, día en el que cortó seis orejas y un rabo. Aquel animal, de nombre "Fogoso", que nació en marzo de 2015 y pesó 532 kilos en la báscula, "tuvo un ritmo especial en su embestida, unas condiciones distintas", asegura su criador Justo Hernández al otro lado del teléfono. "Con ese toro, José Tomás tuvo la genialidad de cambiar su forma de torear porque estuvo inspiradísimo y creó magia, hizo el toreo", expone sobre aquella labor premiada con las dos orejas en la que sobresalieron las templadísimas verónicas y los extraordinarios naturales, todo ello prendido con una despaciosidad absoluta.

Justo Hernández destaca de la forma de torear de José Tomás su verdad e independencia absoluta: "Es el primer torero de la historia que ha antepuesto su forma de entender el toreo a su bienestar", concluye sin dejar de mostrar su "ilusión" por el toro que lidiará en Alicante.

Actividades

Eventos Mare Nostrum ha preparado una serie de actividades para poder disfrutar en su mayor expresión de la experiencia José Tomás. Ha instalado una Fan Zone como si se tratase de una final de fútbol para que todos aquellos aficionados y seguidores del torero puedan disfrutar de una oferta gastronómica variada, de música en directo, de un pop up market y de terrazas donde mantener un lugar de encuentro entre aficionados. El sábado 6 estará abierto desde las 19.00 horas y el domingo desde las 12 de la mañana. En el ADDA, habrá la zona privada de Hospitality & Business con una comida especial realizada por el 2 estrellas Michelin Mario Sandoval y un lugar de encuentro con la exposición 360 sobre José Tomás

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