Román triunfa en Riobamba

El valenciano salió a hombros junto al torero ecuatoriano Julio Ricaurte por la puerta grande de la plaza Raúl Dávalos

Román sale por la puerta grande de la plaza Raúl Dávalos

Román sale por la puerta grande de la plaza Raúl Dávalos / Levante-EMV

M.M.

El matador español Román Collado cortó tres orejas y fue este sábado el triunfador de la única corrida de la Feria del Señor del Buen Suceso, de Riobamba (Ecuador), celebrada por el aniversario de la capital de la provincia andina de Chimborazo.

El valenciano salió a hombros junto al torero ecuatoriano Julio Ricaurte por la puerta grande de la plaza Raúl Dávalos, que apenas presentó un cuarto de entrada para presenciar un cartel que completaba el peruano Joaquín Galdós, con astados de la dehesa de Ortuño, que estuvieron carentes de peso y de trapío.

Partió plaza Román, que ejecutó un saludo de capote con lances de verónica y un tercio de varas en el que apenas se señaló con la puya. Se adornó con un quite por lopecinas, lance característico de Julián López "El Juli".

Con la muleta, el diestro ligó tandas por ambas manos, donde destacó el toreo en redondo por el pitón izquierdo, y culminó con un toreo en circular invertido y manoletinas. Tomó el acero y, tras un pinchazo, colocó una estocada fulminante. Una oreja y vuelta al ruedo para el toro.

Para su segundo toro, el cuarto del día, al diestro valenciano le tocó un morlaco de la ganadería de Triana, excepción a lo anunciado en cartel, que recibió con verónicas un tanto movidas.

Luego centró su faena en la mano izquierda. Ligó tandas de mucho temple, toreando en redondo y sacando pases sueltos. Pocos fueron los naturales pero de gran técnica. Estocada fulminante. Dos orejas.

El segundo de la tarde fue para el diestro peruano Joaquín Galdós, quien saludó de capote con una larga cambiada, rodillas en tierra y lances a la verónica.

Tras un tercio de varas bastante corto, tomó la muleta y buscó ligar tandas con la izquierda. Obtuvo series bien rematadas con el forzado de pecho y cambió de mano para torear al natural, exhibiendo una gran técnica. Media estocada atravesada que no surge efecto y descabello. Silencio.

Para Galdós, el viejo adagio que reza "no hay quinto malo", es una verdad. Recibió a su segundo antagonista con verónicas a pies juntos. Repitió un corto tercio de varas y, en el último, mostró su valor al citar con la muleta al toro directo en los medios, con ambas rodillas clavadas en tierra para dar pases por alto.

La faena volvió a tener como eje la mano izquierda, ligando tandas en los medios con mucho temple pero poca transmisión al tendido. Se arrodilló para adornarse con molinetes. No ejecutó naturales, alejándose así del toreo clásico. Estocada caída que no surge efecto y un certero golpe de descabello. Una oreja.

Suscríbete para seguir leyendo