Buen debut de Torrijos en Algemesí

El novillero nacido en la Ribera, al igual que Nek Romero, pierde mayores opciones de triunfo con los aceros frente a un boyante encierro de Moreno Pérez Tabernero

Un derechazo de Juan Alberto Torrijos, el novillero de Algemesí que debutó el miércoles con caballos

Un derechazo de Juan Alberto Torrijos, el novillero de Algemesí que debutó el miércoles con caballos / Prensa2

Jaime Roch

Jaime Roch

Algemesí

Ambientazo en Algemesí. Enésimo ‘No hay billetes’ de la semana taurina, pero esta vez era de los que se recordarán porque hasta en las escaleras de los ‘cadafales’ había gente sentada. Había tantas apreturas en las filas que se tenía que hacer encajes en las piernas para situarse en el asiento.

Está todo vendido”, se escuchaba en los corros de los bajos de la plaza minutos antes del paseíllo. Y es que Algemesí se había volcado con los novilleros de su pueblo, en su casa, en su plaza: Nek Romero volvía este año en la que se suponía la primera de sus dos tardes de la feria y Juan Alberto Torrijos, debutaba con picadores, la nueva perla de la comarca de la Ribera. Ambos crecieron ahí, cuando desde niños no tenían final para la imaginación con un capote y una muleta en el ruedo en el que ahora hacen el paseíllo vestido de luces.

Ninguno de los dos se dejó ganar la pelea. Se notaba la rivalidad, aunque no hubo quites entre ellos. Los dos estuvieron en plan novilleros, como se esperaba de ellos en una tarde así. Y, aunque el fallo con los aceros diluyó un triunfo mayor, Nek Romero puntúo en el buen debut de Torrijos, quien también cortó una oreja del quinto y firmó una buena obra en su primero.

Vestido con un buganvilla y oro, brillante y precioso para la ocasión, Torrijos recibió a ‘Peluchoto’, novillo de Moreno Pérez Tabernero que le hizo cambiar de escalafón, en la puerta de chiqueros con una larga cambiada de rodillas, a las que siguieron otras tres. De ese saludo capotero, se apreció alguna verónica con el pecho por delante y enganchado la embestida con los vuelos.

Buena clase de torero

Con la muleta, Torrijos también dejó entrever su buena clase de torero, su estilo, su manera de expresar delante de la cara del novillo, cosa nada fácil en su primera novillada picada. Así que por ambos pitones dejó muletazos de bella factura: enganchando muy bien la embestida con los vuelos para intentar llevarla toreada con largura y temple. Y tanto que lo consiguió, sobre todo al natural en una primera parte de la faena y, en una segunda parte, por la derecha, enjaretando muletazos erguidos, descargando el peso sobre sus riñones… Y los pases de pecho también tuvieron su buen gusto. De buena nota surgió el toreo fundamental enfrente del que, a la postre, sería el mejor novillo del encierro por su buena clase y su duración.

También hubo cercanías, circulares…. Y dejó media estocada al segundo intento y resultó feamente cogido, sin lamentar consecuencias. Requirió de varios golpes de descabello y, a pesar de la petición de oreja, el presidente la desatendió.

En el quinto, se marchó a la puerta de chiqueros de nuevo y lidió a un animal que se quedó muy corto en la muleta. Pese a ello, Torrijos sacó agua del pozo y, tras volcarse encima, dejó una buena estocada. Paseó una oreja tras la petición del doble trofeo y dio dos vueltas al ruedo.

Un buen derechazo de Nek Romero

Un buen derechazo de Nek Romero / Prensa2

Nek Romero también perdió las orejas con la espada en sus dos oponentes. En su primero, donde José Manuel Más saludó en banderillas, mostró una versión sólida ante un novillo que le faltó vida. Para torearlo, imprimió suavidad para que siguiera las telas. También supo jugar bien los tiempos y las alturas. Fue ovacionado tras varios pinchazos. Resultó volteado en dos ocasiones sin mayor consecuencia.

El tercero fue un poco más torete de los cuatro y Nek recuperó sus orígenes tras poner banderillas. Hasta cuatro pares puso. Dejó alguna serie de mérito tras brindar a sus amigos. La clave fue pulsear la embestida, especialmente al natural, donde dejó una serie brillante. Una estocada muy trasera no fue efectiva y requirió de descabello. Paseó una oreja.

El rejoneador valenciano Pablo Donat se topó con un novillo complicado de Hermanos Serrano, que le puso en apuros en más de una ocasión. Recibió palmas tras final una labor discreta. 

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