Tomás Bastos estalla Algemesí: cuatro orejas y un rabo

Hacía tiempo que la plaza de toros de Algemesí no convulsionaba de esta forma. Estalló por completo cuando apareció en escena Tomás de Sousa Bastos, Tomás Bastos en los carteles, y arrolló, enamoró, convenció… triunfó de manera clamorosa, como se ha visto pocas veces en este coso de la comarca de la Ribera. Y lo logró en la última novillada picada de la feria frente a un gran encierro de Lagunajanda.

Así que el joven de Vila Franca de Xira (Portugal), nacido en 2007, de tan solo 17 años, cortó cuatro orejas y un rabo tras dos faenas distintas, quizá la primera más clásica, más en su buen concepto, y la segunda más arrolladora, pero las dos estuvieron marcadas por la decisión: Bastos quiere (y puede) ser torero.

Un torero con futuro

En su primer novillo ya marcó la diferencia. Sobre todo, por la manera triunfar. A base de firmeza, con ideas claras y buen toreo, claro que sí. A este jovencísimo novillero apoderado por la matadora Cristina Sánchez le fluye el toreo en la cabeza y en las muñecas. Y sabe hacerlo con gusto, armonía y temple, a pesar del viento que hizo este sábado. Los naturales, que fueron lo mejor de su primera labor, tuvieron gran belleza por su manera de llevar al utrero con mando y hondura. Composición y empaque. Preciosismo, incluso, si así quieren llamar a las formas de salir y entrar de la cara del toro. Y siempre quiso hacer su toreo con esa base de categoría por ambas manos a pesar de faltarle cierto fuelle al manejable ejemplar de Lagunajanda.

Al final, también hubo pases por la espalda y se dejó llegar los pintones a los muslos. El único pero fue su estocada trasera, defectuosa. Pero las dos orejas salieron del tirón. Las primeras concedidas en toda la Setmana Taurina. Con el capote quitó por caleserinas y su faena de muleta se la brindó al novillero local, Nek Romero.

Al cuarto le cortó las dos orejas y el rabo en lo que supuso el cénit de la Setmana Taurina tras una faena emocionate frente a un gran novillo de Doña María Domecq Sainz de Rozas. Bastos le arrastró la muleta por abajo y ahí creció, eléctricamente, la emoción por los ‘cadafals’ de la plaza de toros de Algemesí. La ligazón por los dos pitones fue fundamental también. No fue fácil el animal por lo codicioso que embestía, pero lo cuajó. Anduvo resolutivo, capaz de nuevo. Cuando hubo cercanías, le pegó una fuerte voltereta y cayó francamente mal. Una estocada fulminante dio paso a los máximos trofeos. Pasó a la enfermería tras salir en hombros para ser atentado de un fuerte golpe en las cervicales.

Con el capote, le enjaretó un buen quite por chicuelinas, muy airosas y enroscadas. De muñeca y quietud. Y dejó una media primorosa.

Oreja para Nek

Por su parte, Nek Romero cortó una oreja tras pinchar su faena al buen primer novillo, el más completo del encierro por la clase y la calidad que atesoró. Su embestida tuvo grandes virtudes, fue codicioso, descolgó en su humillación con transmisión, de gran duración y entrega. “Acorazado”, número 25, se llamaba. El novillero valenciano resultó volteado mientras toreaba por bernadinas y dejó una estocada con derrame al segundo intento que dio paso al trofeo. En su segundo, no cogió vuelo la faena y anduvo mal con la espada.

Tomás Bastos se marchó por la puerta grande tras convencer en la plaza de toros de Algemesí. A los aficionados de las 19 peñas, que pusieron, de nuevo, el cartel de 'No hay billetes'. Todo vendido. Es un novillero con futuro, nacido en la patria de Víctor Mendes. Vila Franca de Xira tiene nuevo torero. Se llama Tomás Bastos. Parece que Cristina Sánchez no se ha equivocado.

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