Ponce sigue siendo el rey en La México

El maestro de Chiva se despide del vestido de torear en medio del clamor de una plaza entregada con 41.000 personas y se marcha por la puerta grande junto a Diego Silveti tras pedir un toro de regalo

La última vez de Enrique Ponce: sigue siendo el rey en La México

J.Roch

Jaime Roch

Jaime Roch

Valencia

El maestro Enrique Ponce se despidió del vestido de torear anoche en el volcán latente de La México con la madurez de sus convicciones, con una honestidad tan sin fisuras de cumplir una vida entregada al toro y a la tauromaquia. Con la maestría como única causa impulsora de su soberana libertad y se marchó por la puerta grande con dos orejas obtenidas de un toro de regalo que pidió en la quinta corrida de la Feria del Aniversario en la Plaza México. Un coso que registró más de tres cuartos de entrada en el inmueble en un aforo de 41.000 asientos y en el que confirmó alternativa el mexicano Alejandro Adame, que cortó una oreja, y dos apéndices paseó su compatriota Diego Silveti.

El toro de regalo

Tras no servir los dos toros de su lote de la ganadería Los Encinos, no le faltaron gestos de cariño de los presentes que pidieron el ejemplar de regalo hasta lograrlo con el beneplácito del maestro de Chiva y la empresa. Así que saltó al ruedo un toro con 505 kilos que recibió con unos capotazos templadísimos que provocaron los primeros oles de la afición. Antes de la faena de la muleta, saltó un espontáneo que resultó ser un matador colombiano que pedía una oportunidad y Ponce realizó una labor llena de maestría, sujetando al burel y aprovechando la justa condición del animal. Brilló a gran altura por el pitón derecho al son de las golondrinas. Finiquitó al bovino a la primera y le fueron otorgadas dos orejas en medio del clamor. En su segundo toro, brindó su faena a su pareja, Ana Soria, quien también le acompañó en plazas de toros como las de San Miguel de Allende.

Cuando paseó las dos orejas, la Monumental plaza México coreó la ranchera 'El Rey' a través de la voz de Pepe Aguilar. Y lo hizo con el vestido blanco y plata, idéntico al que debutó con apenas 16 años y que tuvo que vender de novillero y que estrenó en su despedida en la plaza de toros de Valencia.

Un momento de la faena de Ponce al toro de regalo en la corrida de toros en la Plaza México

Un momento de la faena de Ponce al toro de regalo en la corrida de toros en la Plaza México / Agencias

David Silveti paseó las dos orejas de un animal con casta y peligro que pasaportó con una buena estocada. Confirmó Alejandro Adame ante un toro sin trapío toreando a media altura, con mucha precaución, ofreciendo la muleta en paralelo y aprovechando la embestida con la derecha. Con mejor sitio y más quietud interpretó los naturales. Por ese pitón el animal lograba no caerse y pudo bajarle la mano. Exceso de arrucinas final y estocada para lograr una oreja. En el sexto hubo mucho pico de la muleta de Adame y con ello cerró la tarde de aniversario. 

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