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Valencia CF, algo más que una crisis

No ha habido crisis como la actual en una entidad que representa más que un club en la sociedad local

Valencia CF, algo más que una crisis

Radiografía y análisis. El Valencia CF bordea el colapso con la vista en Singapur y un futuro entre nubarrones.

«¿No lo habéis pillado? El club es nuestro, podemos hacer lo que queramos con él y nadie podrá decir nada». Treinta años de lucha salvaje de poder en el Valencia desde su conversión en sociedad anónima desembocaron en una concluyente publicación en Instagram de la hija de Peter Lim. La blogger singapurense confirmaba que la parálisis societaria que puede conducir a la ruina de la institución cívica más representativa de los valencianos, depende de la indescifrable voluntad de su padre. Tras seis años como máximo accionista y un año sin aparecer por Mestalla, Lim ha iniciado un aparente proceso de desmantelamiento de la entidad que ha debilitado en mínimos históricos al equipo, ha soliviantado a la masa social y le ha hecho perder la credibilidad de las autoridades políticas por no ofrecer señales de querer cumplir el compromiso de acabar el estadio.

Ninguna crisis sufrida por el Valencia se parece a la actual. Quizá por su nacimiento tardío, el Valencia ahorró en su relato toda épica amateurista de cine mudo y se asomó desde muy pronto a la frontera traicionera de las expectativas. Pero cada convulsión tenía una ruta de salida porque, como todo equipo hegemónico, al final el Valencia seguía siendo una típica expresión del stablishment local y caminaba paralelo a los anhelos de sus élites y patricios: era republicano en los años 30 o desarrollista con las grandes ferias y exportaciones naranjeras de los 60 que le catapultaron a Europa. Siempre, incluso con el descenso a Segunda de 1986, cabía la red de seguridad de afirmar, como Tuzón, que el Valencia «será lo que quieran los valencianos». Hoy los valencianistas asisten indefensos a un principio de colapso sin poder discutir la mayoría accionarial y, siquiera, ejercer la soberanía popular de asistir a Mestalla.

Es la consecuencia última de la controvertida conversión del Valencia en sociedad anónima hace tres décadas, con un efecto catalizador que tensó al máximo la disputa por el control del club. De esa agitación se originó la mejor época deportiva de la historia. Pero paralelamente, tuvo el reverso hostil del final de la inocencia: la sucesión de recalificaciones urbanísticas abusivas y instrumentalizaciones políticas para aupar febriles proyectos patrocinados hasta el exceso por entidades financieras. Un cóctel feroz por el que, tres años después de que Maradona y Pelé rechazasen la millonaria invitación para asistir a la presentación de la maqueta de un lujoso estadio, se acabaría vendiendo el 50% de la entidad a un fondo inversor fantasma uruguayo. Se evitó (o aplazó) el desastre con una ampliación de capital avalada por las finanzas públicas, con un préstamo del que no se podían ni pagar los intereses y que condujo a la caída en desgracia de dinastías locales con tramas de secuestros y a un proceso de venta turbio que acabó con el aterrizaje apoteósico del inversor singapurés. Y aquella maqueta de coliseo hoy es una ballena de hormigón varada desde hace once años. Bunkerizado por la espesa maraña financiera y urbanística tejida en errores heredados que no ha resuelto y que ahuyenta a inversores, la salida de Lim depende de una compleja ecuación social, financiera y política que el catedrático en Derecho Juan Martín Queralt se ha propuesto explorar como una quimera posible, uniendo al valencianismo de base.

La «mayor transacción del fútbol mundial» anunciada por Amadeo Salvo en enero de 2014, cuando convirtió Mestalla en un circo romano de cartulinas verdes, no ha significado ningún cambio de estrategia de gestión empresarial

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La «mayor transacción del fútbol mundial» anunciada por Amadeo Salvo en enero de 2014, cuando convirtió Mestalla en un circo romano de cartulinas verdes, no ha significado ningún cambio de estrategia de gestión empresarial. El modelo de negocio se ha basado en la fórmula llorentista de las grandes ventas, con 400 millones ingresados en traspasos en seis años, en las ganancias originadas por la participación en tres ediciones de la Liga de Campeones y, finalmente, en los ingresos por los derechos de retransmisión televisiva, gestionados por LaLiga y que en ejercicios sin Champions han llegado a completar tres cuartas partes del presupuesto. Por contra, la procedencia extranjera de la inversión no ha significado una expansión internacional de la marca del club, más allá de los planes comerciales con Kang In Lee, con el intento frustrado de entregarle el número 10 sin respetar los códigos de vestuario con Carlos Soler. Una apuesta que Meriton ha querido singularizar a su favor, la política de promoción de cantera, es inherente a la propia tradición del club y se está ejecutando con vaivenes. Ferran Torres fue vendido al City por un valor global de 35 millones (bonus incluidos), y tras dos meses con Guardiola su cotización, de acuerdo con el Observatorio CIES, se ha disparado a los 106 millones de euros. Otros jóvenes propulsados al primer equipo, como Yunus Musah o Uros Racic, se gestaron con un modelo, el del Big Data de Pablo Longoria, desmantelado con el derrocamiento del «Marcelinato». El equipo resiste en el valencianismo irreductible de Gayà, Soler y Jaume.

Por contra, a diferencia de gestiones anteriores al proceso de venta, que murieron de éxito, Meriton ha trastocado proyectos deportivos estables, que coincidían con políticas deportivas delegadas en estructuras profesionales. La gestión participada por Rufete y Ayala llevó al récord de 77 puntos en 2015, y la llamada «Doble M», Marcelino García Toral y Mateu Alemany, ascendió al club a dos cuartas posiciones y a ser campeón de Copa ante el Barcelona de Messi. En esos escenarios de plantillas con una alta tasación de mercado Lim, con una personalidad desconfiada, ya no necesitaba dejarse aconsejar. Le era suficiente con los asesores que siempre le acompañaron. El agente Jorge Mendes y sus amigos de la Class of 92, las estrellas del Manchester United a las que idolatraba a inicios de los años 2000 cuando abrió una cadena de restaurantes en Asia con la licencia oficial de los Diablos Rojos y que hoy son sus socios en el Salford City y en el Football Hotel, con vistas a Old Trafford. Y tanto entre 2015 y 2017, como entre 2019 y 2020, el manejo del club sin contrapesos internos ha llevado al equipo a grandes crisis.

Peter Lim, a su llegada a Mestalla.

La delegación singapurense observa, perpleja, la galopante impopularidad de Lim. Los emisarios de Meriton en la ciudad creen que la sociedad valencianista ha sido injusta con quien «salvó el club». Una óptica condicionada por el culto a la adoración al líder de las grandes corporaciones asiáticas, que ha chocado con las movilizaciones de aficionados que han hecho mella en el orgullo personal del magnate. De la respuesta desafiante a esa presión ha tomado velocidad el desarraigo.

Meriton ha acercado al Valencia al precipicio después de haber sido testigo de dos de los capítulos de mayor magnitud emocional de la historia reciente del club: la celebración del Centenario y la conquista de la Copa de 2019, apoyos claves para proyectar un horizonte de estabilidad. El despido contra toda lógica de Marcelino tras desafiar en sala de prensa a Lim fue el inicio de una serie de decisiones erradas acompañadas de gestos inoportunos. Como mandar callar a la grada, como perpetrara Anil Murthy, o ejecutar caprichos vengativos, como los despidos del delegado Camarasa tras cuatro décadas de vinculación por su amistad con Marcelino o desalojar a las peñas del local en el que estaban 25 años, solo por pedir la dimisión del presidente.

El despido contra toda lógica de Marcelino tras desafiar en sala de prensa a Lim fue el inicio de una serie de decisiones erradas acompañadas de gestos inoportunos

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Los puentes se han dinamitado con la masa social que ha pasado a organizarse; con un proyecto que ha ahorrado 120 millones de euros entre traspasos y fichas para no realizar ningún fichaje; con una deuda disparada por encima de los 500 millones de euros; con una recalificación ventajosa en el nuevo estadio que caduca en mayo y que ha puesto en alerta a instituciones y Caixabanc, a la que se le deben 130 millones. Después de 101 años, el tiempo corre dramáticamente en contra el Valencia y Lim, a 11.116 kilómetros, ni atiende a razones ni se da por aludido.

30 AÑOS CONVULSOS DE SOCIEDAD ANÓNIMA


Octubre de 1990

Entra en vigor la Ley del Deporte que obliga a los clubes a convertirse en sociedades anónimas. El Valencia, pese a contar con cuatro balances positivos sobre cinco, no es incluido en las excepciones de Real Madrid, FC Barcelona, Athletic Club y Osasuna. 

 

Marzo de 1994

Paco Roig gana las elecciones bajó el lema “Per un Valencia campió”. En su primera decisión, destituye a Héctor Núñez, recupera a Hiddink y promete grandes fichajes. 

 

Junio de 1995

El Valencia cae en la final de Copa ante el Deportivo de la Coruña (2-1). 


Febrero de 1996

Roig cede Mestalla al Partido Popular para el mitín central de campaña del aspirante a la presidencia, José María Aznar, arropado por Zaplana y Julio Iglesias. 55.000 personas llenan el estadio. 

 

Marzo de 1996

Roig convence a los accionistas de la necesidad de una ampliación de capital de 800 millones de pesetas para «pagar la reforma de Mestalla», que pasa de tener 41.000 a 49.000 asientos. 

 

Marzo de 1997

La Fundación de Martín Queralt presenta una demanda civil contra el consejo por vulnerar el espíritu democratizador con el que se había aprobado la ampliación. El Tribunal Supremo valida la ampliación, con la que Roig pasa a ser el accionista mayoritario con un 30% de los títulos. 

 

Noviembre de 1997

En plena crisis deportiva, Roig dimite tras perder el Valencia contra el Salamanca, con gol de Pauleta. Pedro Cortés es nombrado presidente, pero Roig delega el poder ejecutivo en Manuel Llorente, con el que se enemistará. 

 

Junio de 1999

El Valencia de Claudio Ranieri gana la Copa del Rey al derrotar en la final por 3-0 al Atlético, con goles de Piojo López (2) y Mendieta. 

Mayo de 2001 u El Valencia de Héctor Cúper pierde la segunda final consecutiva de la Liga de Campeones frente al Bayern de Múnich en la tanda penaltis (1-1). 

 

Mayo de 2002

El Valencia de Rafa Benítez conquista la Liga, después de 31 años. 

 

Mayo de 2003

Canal 9 compra los derechos de TV del Valencia por 25,2 millones. El paquete se revende a los dos meses al operador Audiovisual Sport por 16 millones. 

 

Julio de 2003

Ortí lidera la iniciativa para que el futuro estadio del Valencia tenga una titularidad compartida entre el club, el ayuntamiento y la Generalitat Valenciana. Se llega a firmar un protocolo, nunca ejecutado. 

 

Febrero de 2004

Un total de 17 accionistas, auspiciados por el constructor Juan Bautista Soler, formalizan el sindicato de accionistas con representación de 52.000 títulos para equilibrar fuerzas con Roig. 

 

Mayo de 2004

Histórico doblete. El Valencia de Rafa Benítez conquista la sexta Liga y la Copa de la UEFA en Gotemburgo frente al Olympique de Marsella (2-0).  

 

Abril-Junio de 2004

La fiebre del oro. Roig y Juan Soler se lanzan a la compra de acciones, a 600 euros la acción, para convertirse en accionistas mayoritarios. En una operación tutelada por el Consell de Francisco Camps, Roig anuncia la venta de todas sus acciones a la familia Soler, en una operación de 31,6 millones. 


Octubre de 2004

Ortí, con 176 acciones, es forzado a abandonar la presidencia y Juan Soler accede al poder. Se impulsan proyectos urbanísticos como la ciudad deportiva de Porxinos y la construcción de un nuevo estadio en la avenida de Corts Valencianes. 

 

Abril de 2005

Territorio y Vivienda, al mando de Rafael Blasco, autoriza el PAI de Porxinos. El Valencia gana 132 millones de euros al vender por 168 millones los terrenos a la inmobiliaria Nozar. 

 

Febrero de 2006

El Supremo da la razón a los vecinos de Mestalla y declara ilegales las obras de ampliación que aprobó el ayuntamiento. No se llegará a ejecutar la sentencia. 

 

Noviembre de 2006

En una lujosa fiesta en el Museo Príncipe Felipe, se presenta la maqueta del nuevo estadio ante instituciones e invitados internacionales. Se proyecta estadio de 75.000 espectadores, con previsión de finalizarlo en junio de 2009. 

 

Agosto de 2007

Inicio de las obras con la UTE formada por FCC y Grupo Bertolín. El Valencia presenta candidatura para que el nuevo estadio acoja la final de la Champions de 2011. 


Abril de 2008

El Valencia de Koeman, en picado en la Liga, gana la Copa del Rey frente al Getafe (3-1). El técnico es despedido a los seis días tras perder 5-1 en Bilbao.  

 

Julio de 2008

El Valencia ficha a Juan Villalonga como gestor, pero es destituido a las dos semanas por su intención de ejecutar una ampliación de capital que apartaría a Soler y Soriano como máximos accionistas. Cobra 10 millones de indemnización. Soriano, nuevo presidente. 

 

Noviembre de 2008

Soriano anuncia la venta de las parcelas de Mestalla por 300 millones de euros. El presidente ampara en un contrato de confidencialidad para no desvelar el comprador. La venta nunca tendrá lugar. 

 

Febrero de 2009

Impagos a la plantilla y paralización de las obras del nuevo estadio por falta de liquidez. 

 

Julio de 2009

Soriano anuncia la venta del 50,3% de las acciones del club (paquete conjunto de Soler, Soriano, núcleo tuzonista de Vicente Silla) a la misteriosa firma uruguaya Inversiones Dalport. El cambio de propiedad se formaliza antes de garantizar el cobro, que no tendrá lugar. 


Julio de 2009


Para evitar el ascenso al poder de Dalport, el Valencia recurre a una ampliación de capital de 92 millones de euros, completada con un préstamo de Bancaja (avalado por el IVF) a la Fundación, que pasa a ser la dueña del club. La fórmula se repite en Levante, Elche, Hércules. Dalport se retira ante la pérdida de valor de los títulos impagados a Soriano, que a su vez no puede pagar a Soler y Silla. 

 

Diciembre 2011

Llorente anuncia el acuerdo con Bankia para financiar las obras del nuevo estadio con el plan Newcoval. Bankia, intervenida por el Estado desde mayo, rompe unilateralmente el plan en septiembre de 2012. 


Marzo de 2013

El abogado valenciano Andrés Sanchis denuncia la asistencia financiera y evita que el club nutra de fondos a la Fundación para pagar en agosto el primer plazo de los intereses del préstamo a Bankia, intervenida por el Estado. 

 

 

Marzo de 2013

Un juzgado anula el aval por el que el IVF avaló el préstamo de Bankia para la ampliación de capital de 2009. 

 

Diciembre de 2013

Bankia rechaza la refinanciación de la deuda pretendida por Salvo y Martínez y solicita la búsqueda de inversores para el club.

 

Enero de 2014

Bankia descarta inicialmente la opción de Lim propuesta por Salvo, que convoca una asamblea con 7.000 aficionados en Mestalla que fuerza el cambio del Consell y Bankia para volver a comenzar un proceso de venta tutelado por la Fundación presidida 

por Aurelio Martínez. 

 

Abril de 2014

Juan Soler, detenido por el intento de secuestro de Vicente Soriano. 

 

Octubre de 2014

Peter Lim es recibido de forma apoteósica en su primera visita Mestalla, para presenciar el Valencia-Elche.


Noviembre de 2015

El Valencia destituye a Nuno y nombra como sustituto a Gary Neville, exfutbolista, analista televisivo y socio de negocios de Lim en el Salford City y el Hotel Football. 

 

Julio de 2016

La Comisión de Competencia de la Unión Europea multa al Valencia con 23 millones por supuestas ayudas de Estado en la concesión del aval del IVF 

 

Abril de 2017

La Conselleria de Medio Ambiente tumba el PAI del Valencia en Porxinos. 

 

Abril de 2017

Mateu Alemany es nombrado nuevo director general y apuesta por Marcelino García Toral como técnico. Anil Murthy, nuevo presidente. 

 

Mayo de 2019

El Valencia repite participación en Champions y gana la Copa del Rey al Barcelona (2-1). 

 

Septiembre de 2019 

Marcelino es despedido.  

 

Julio-Noviembre de 2020

El Valencia se ahorra 120 millones de euros entre traspasos y fichas sin realizar ningún fichaje. Clamor popular contra Peter Lim. El Ayuntamiento de València avisa al club de que no prorrogará la ATE del nuevo estadio, que vence en mayo. 

 

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