Nadie sabe con certeza qué esconden las paredes de la Casa Bernal, hasta hace poco una casona vieja y destartalada que ha sido testigo de la historia en la Pobla de Vallbona. Su pasado es variopinto y su futuro está destinado a una sola cosa: servir a los vecinos y vecinas como sala de actividades, espectáculos, talleres o exposiciones. Aún está por determinar, ya que el Ayuntamiento de la Pobla de Vallbona, hoy propietario de este caserón, ha abierto un proceso participativo por el cual los residentes del municipio deben decidir qué se hace con esta instalación que, a lo largo de los siglos, ha sido casi todo.

Cuando el consistorio asumió la propiedad, encargó la realización del plan director en 2016, que analizó el edificio a nivel histórico, constructivo, tipológico y patológico y diagnosticó sus problemas, carencias y necesidades. El encargado fue el estudio del arquitecto Javier Hidalgo Mora, quien reconoce que la Casa Bernal se encontraba «en un estado muy avanzado de abandono y degradación». Dentro del plan director se definió y elaboró una propuesta de usos para las distintas partes del edificio priorizando la función pública y lo usos socioculturales que respetaran el valor del edificio.

Según explica el arqueólogo director del proyecto, JuanjoRuiz, los trabajos comenzaron en 2016 y se pudieron establecer las fases cronológicas del edificio. «Es el edificio más reconocible y más interesante de la Pobla por su pasado, pero también por su situación. Se ubica en el Camí Reial, que unía València con Llíria dirección a Madrid», explica. Con 375 metros cuadrados, se ubica en el barrio de Les Ventes, «que nace para abastecer y dar servicio a los viajeros y comerciantes que transitaban por elCamíReial, donde hay ventas que datan del siglo XVIII», explica Ruiz, quien subraya que los restos más antiguos encontrados enCasa Bernal son del siglo XVIII, «nada que ver con la tradición oral que dice que fue una villa romana y luego una alquería andalusí», explica Ruiz. Sea como fuere, en la historia propia de esta casona existe la leyenda de que estaba allí casi antes que el propio pueblo del que ahora forma parte. Fue a mediados del siglo XIX cuando José María Bernal se casó con María Llorente, hija del poeta Teodor Llorente, quien pasaba largas temporadas en esta vivienda. Fue en la primera década del siglo XX cuando se acomete la gran reforma que deja la vivienda tal como se la conoce hoy en día y donde intervino el prestigioso arquitecto José María Manuel Cortina, quien creó la sala noble y la entrada de carros de estilo neomudéjar. Durante los trabajos de intervención arqueológica, según explica Ruiz, se localizó un pavimento de cantos rodados del siglo XIX y un fusil mauser de la Guerra Civil.

Durante el mes de febrero se impartirán diversos talleres de forma telemática para dar a conocer la historia, arquitectura y posibles usos de la Casa Bernal a fin de que los vecinos y vecinos de la Pobla de Vallbona tengan suficiente información del emblemático edificio para poder elegir qué nueva vida darle durante los próximos años.