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La cultura confía en volver a lo que era

La industria cultural ha sufrido pérdidas millonarias durante los últimos 12 meses, pero sus gestores se muestran optimistas y prevén un regreso a la normalidad según avance el calendario vacunal.

Auditorios como Les Arts aplican la reducción de su aforo durante las representaciones. Miguel Lorenzo

El año 2020 no será fácil de olvidar. Junto con las irreparables pérdidas de familiares o amigos a causa del coronavirus, la crisis económica que ha supuesto la emergencia sanitaria no ha hecho más que agravar las circunstancias. El sector cultural, obligado a cerrar o con estrictas limitaciones de aforo, es uno de los que más afectado se ha visto a lo largo de estos doce meses. Y aunque las pérdidas son millonarias, los agentes culturales prefieren ver el futuro de manera positiva. Los espacios culturales valencianos levantan tímidamente el telón con el deseo de una pronta recuperación en todos los sentidos. Preguntados por Levante-EMV, el sentimiento que comparten es el de optimismo y esperanza en las vacunas. Teatros, museos, cines, salas de conciertos y promotores hablan sobre cómo han vivido este último año y cómo creen que será la cultura pospandemia.

Distancia de seguridad, recorridos seguros de entrada y salida, geles hidroalcohólicos en cada esquina, uso obligatorio de mascarilla, butacas en las que queda prohibido sentarse... Es la fotografía actual de los espacios culturales.

El Centre del Carme obliga al uso de mascarilla y ofrece gel hidroalcohólico y guantes. Levante-EMV

«La pandemia está siendo terrible para las artes en vivo porque dependemos de la movilidad de los ciudadanos. Los teatros se cerraron el 14 de marzo por la inviabilidad económica de trabajar al 50 % y se abrieron en septiembre. Desde entonces está siendo todo muy difícil por las continuas restricciones de aforos, toques de queda y cierres perimetrales. Aun así, estamos haciendo un gran esfuerzo porque creemos en la misión de las artes escénicas para paliar esta incertidumbre que nos invade», sostiene María Ángeles Fayos, de Olympia Metropolitana, responsable de los teatros Olympia y Talia de València, entre otros. Pese a ello, los teatros tienen clara la prioridad: «La seguridad de espectadores, artistas y equipo humano del teatro es lo primero». Y seguirán con estas medidas «mientras haga falta, porque la seguridad de los espectadores y su tranquilidad es lo más importante. Necesitamos más que nunca que el público vuelva a las salas y con muchas ganas», dice. Porque cualquier medida es en vano si el público no acude. El miedo a entrar en sitios cerrados está ahí, pese a que se insiste desde el sector en que «la cultura es segura». «El público acude cada vez con más ganas pero hay aún mucho miedo y debemos respetarlo», explica Fayos.

La música pierde 100 millones

Una de las disciplinas más castigadas estos meses ha sido la de la música en vivo. Qué lejanas quedan las escenas de festivales multitudinarios. Sergi Almiñana, presidente de la Asociación de Promotores Musicales de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV), recuerda que «en 2020 estuvimos meses con la imposibilidad de realizar nuestra actividad y en las pocas semanas que la administración autorizó los conciertos fue con aforos muy reducidos que hacían inviable su rentabilidad. Esta situación ha afectado a miles de puestos de trabajo en la Comunitat Valenciana. En 2021 el sector sigue con grandes restricciones». El promotor musical pone cifras sobre la mesa: «En 2020 se han previsto unas pérdidas de más de 100 millones de euros para la música en directo en la Comunitat Valenciana y una bajada de más del 80 % de su facturación». En cuanto a las expectativas para este año, Almiñana señala que «el desarrollo de 2021 va a determinar si el impacto de la pandemia en la música en directo puede ser irreversible y suponga el cierre definitivo de muchas empresas», sostiene. Mientras, la música de auditorio, por sus características, ha ido adaptando su actividad a las circunstancias. El director del Palau de la Música, Vicent Ros, explica que incluso han tenido que modificar el repertorio de los programas para cumplir con la distancia de seguridad en el escenario, los ensayos han sido de menor duración y han instalado pantallas de metacrilato para prevenir los aerosoles en la sección de viento. De igual manera, sus vecinos del Palau de les Arts, los primeros en abrir en junio, aseguran que el público «se siente seguro» debido a las medidas que toman en el auditorio para cada espectáculo, explica el director artístico del coliseo, Jesús Iglesias.

Recorridos seguros en museos como el IVAM. m.ángel montesinos

En cuanto a la visita a museos, atrás quedaron los tumultos alrededor de grandes obras de arte. Los museos valencianos aplican estrictos protocolos de entrada y salida a sus espacios, reducen sus aforos y disponen de geles hidroalcóholicos en sus instalaciones. El presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, señala que la duración de las exposiciones durante meses permite que se vaya graduando la visita del público, así como «refuerza esa seguridad con la que el público acude a disfrutar del arte». Así ha ocurrido en el Centre del Carme, donde ya anotan cifras de asistencia prepandemia, explica su director, José Luis Pérez Pont.

Y aunque las circunstancias obligan, los eventos culturales se degustan mejor a la caída del sol. Como explica Antonio Such, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Cine (Avecine) y propietario de los cines Babel, el toque de queda apenas les ha dejado margen para hacer un par de sesiones. Muchos han cerrado ante las restricciones «de forma temporal», pero «ya veremos quién llega al otro lado», dice en alusión a aquellos que no volverán a abrir. Pero es optimista: «La gente quiere ir a las salas, se han aburrido de tanta película y serie en casa porque no es lo mismo».

Pese a que las plataformas digitales han ayudado en estos tiempos de confinamiento, el antropólogo social y decano de Ciencias Sociales en la Universitat de València, Albert Moncusí, destaca la «cercanía» de la cultura como uno de sus valores. «Esta pandemia ha provocado una situación de distancia que habrá que valorar si es algo temporal». Moncusí incide en nuestro carácter social: «Cuando nos planteamos si habrá otra ola, esta coincide en situaciones en la que suele haber más proximidad: festivos, fines de semana... Tendemos a buscar la cercanía. Otra cuestión a tener en cuenta son los rituales: a lo largo del año tenemos fechas a las que nos cuesta renunciar. Somos gente de hábitos», asegura.

¿Cómo será la cultura pospandemia?

Los gestores culturales apuestan por la recuperación de la normalidad de los tiempos previos al virus. «La normalidad volverá y volveremos a disfrutar de la cultura sin restricciones», asegura Ros. Fayos también confía en ello: «Estamos esperando que nos aumenten el aforo al 75 % o al 100%, porque no se ha sabido de ningún contagio en ningún teatro». Almiñana cree que «los conciertos no tendrán que ser muy diferentes. Si se vacuna a la mayor parte de la población, deberíamos ir volviendo a la normalidad en poco tiempo». Hasta entonces el promotor defiende un plan de «viabilidad»: «Aplicando los protocolos necesarios, el sector puede garantizar el desarrollo de su actividad durante este verano», vaticina el promotor musical. Such respalda las palabras de Almiñana, en función del calendario vacunal. «Todo se normalizará porque nos gustar salir a la calle». Por su parte, Pérez Pont se muestra más cauto: «Aventurarse es complicado», mientras que Alcón no descarta que «incorporemos mucho de lo que estamos aprendiendo en este tiempo de pandemia». E Iglesias lo tiene claro: «Es importante recuperar la costumbre de la cultura en vivo lo antes posible, porque ninguna acción virtual puede equipararse a la experiencia del directo».

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