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El centro político y la historia de un fracaso

La sociedad valenciana (y española) se define mayoritariamente de centro, pero no hay un partido que represente específicamente a esta orientación ideológica. Cada intento ha fracasado: desde la vieja UCD al CDS. Ahora, Ciudadanos se enfrenta al mismo destino

Yuri Aguilar (exUPyD), José Luis Boado (exCDS), Carolina Punset (exCiudadanos) y Carlos Laguna (exCDS y ahora en el PSPV) ante las Corts. Fernando Bustamante

El último proyecto de partido centrista, Ciudadanos, se ha asomado al precipicio de la desintegración esta semana. Todos los intentos anteriores de situarse en la centralidad han fracasado

La sociedad española y en consecuencia la valenciana se define ideológicamente de centro, incluso ligeramente escorada a la izquierda.En una escala de cero a diez, la máxima aproximación al cinco conduciría a un triunfo electoral. Esa posición se ha mantenido estable incluso después de la crisis económica de 2008 y las políticas de austeridad que hicieron saltar por los aires el bipartidismo, la estructura de partidos heredada de la transición.

Sin embargo, pese a que el centro es el espacio preferido por los votantes parece imposible consolidar un partido en esa posición de centralidad. Todos los intentos han fracasado. Ocurrió con la Unión de Centro Democrático (UCD), con el Centro Democrático y Social (CDS), con Unión Progreso y Democracia (UPyD), con la operación Roca, un intento de exportar a España la antigua Convergència i Unió, o en clave valenciana con la Unión Democrática del País Valencià (UDPV), de perfil más nacionalista. Esta semana se ha asomado al precipicio de la desintegración el último proyecto de partido centrista, Ciudadanos.

"El centro político es la posición más difícil porque tiene muchos matices y en un país tan polarizado como este el nicho de votantes que queda es muy reducido"

Carolina Punset - Exsíndica de Ciudadanos y exeurodiputada

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«El centro siempre ha sido una rara avis en la política española y después de UCD ha sido un territorio tan buscado como poco alcanzado. Sólo cuando el PP ha tenido que pactar con los nacionalistas periféricos, como en la primera legislatura de José María Aznar, la derecha se ha acercado al centro, igual que lo ha hecho el PSOE, pero cuando la cosa ha ido de mayorías absolutas nadie se ha acordado del centro», explica el catedrático de Historia Joan del Alcázar.

El también historiador Albert Girona añade que el centro político tuvo una posición importante en la transición cuando la UCD de Adolfo Suárez se convirtió en el «puente» entre la derecha franquista, entonces integrada en la Alianza Popular de Manuel Fraga, germen del PP, y la socialdemocracia que representaban los socialistas. Es Suárez, como presidente de Gobierno, quien legaliza a los comunistas y completa la apertura del juego político a todas las sensibilidades. «Pero desde entonces no ha habido muchas más oportunidades de consolidar una opción de centro», sostiene Girona.En su opinión, la centralidad política en España la han aportado el PNV y CiU, hasta que en Cataluña acabó engullida por la corrupción y el procés.

Adolfo Suárez en València junto al expresidente Joan Lerma Levante-EMV

"El electorado no perdona los bandazos, un partido no puede ser socialdemócrata y al otro día situarse cerca de la extrema derecha. Suárez votaría hoy al PSOE"

Carlos Laguna - Exdiputado autonómico de CDS y ahora en el PSPV-PSOE

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Tampoco en la Comunitat Valenciana ha sido posible nunca una opción de centro. Se evaporó cualquier posibilidad con la llamada 'batalla de València', que le dio un resultado magnífico a la derecha, rememora Del Alcázar. «Todo aquello de la bandera, el himno y sobre todo la lengua otorgó a la derecha valenciana un resultado excepcional y también por el miedo de una parte de los socialistas a que en el territorio valenciano triunfaran reivindicaciones similares como las que existían o existen en Cataluña; se impuso el sector más jacobino del PSOE», completa.

«Hubo inicialmente una intención del empresariado valenciano -explica Girona- en la época del desarrollismo de plantear una propuesta de una derecha civilizada valenciana y proautonomista en la línea de la Derecha Regional Valenciana, pero ese sector acaba integrado en la UCDy tampoco cuaja la UDPV, un intento de crear un partido al estilo de CiU que fracasa electoralmente», amplía Girona. «Unión Valenciana nunca fue una opción, era demasiado conservadora y de derechas», añade.

"El PP no tiene en este momento incentivos para la centralidad, su competencia es Vox"

Nadia Khalil - Doctora en Ciencia Política

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José Luis Boado, que fue diputado autonómico de CDS y permaneció fiel a Suárez hasta el final, asegura que todos los partidos quieren colgarse la etiqueta de centro, que han convertido en una marca. «Todos dicen que son centro, porque es lo ideal. La izquierda habla de centro-izquierda y la derecha, de centroderecha, pero en realidad yo creo que el centro no es de ninguno de los dos, ni de PP ni de PSOE, el centro es diferente».

«Si Adolfo Suárez viviera estoy convencido de que votaría a los socialistas, que ahora ocupan la centralidad», afirma el exdiputado de CDS Carlos Laguna, que en la actualidad es parlamentario en las Corts Valencianes en las filas del PSPV-PSOE.

Hasta aquí la parte histórica, porque el debate lleva inexorablemente al previsible hundimiento de Ciudadanos, que acaba de vivir su semana más trágica, con deserciones, fugas, expulsiones y ajustes de cuentas internos que dejan al borde de la desintegración al último proyecto de centro que había cuajado en España. La exsíndica y exeurodiputada de Cs Carolina Punset responde que Ciudadanos dejó de ser realmente un partido de centro cuando abandonó su esencia y pasó a ser uno más en el bloque de las derechas en uno de sus múltiples bandazos.

Manuel Broseta junto a Fernando Abril Martorell y José Luis Manglano dirigentes valencianos de la UCD que dirigía Adolfo Suárez Levante-EMV

Punset vivió en primera persona uno de aquellos volantazos, que al final han acabado por descolocar a su electorado. «Hubo un día -rememora- en que Albert Rivera nos cita, nos enseña un estudio de 800 páginas que había hecho una consultora y nos dice que tenemos posibilidades de superar al PP, pero como el electorado no se desplazaba al centro teníamos que ir nosotros a la derecha. Javier Nart y yo alucinábamos porque eso no es un partido con principios, fue una estrategia infantil porque se veía de presidente del Gobierno», apunta Punset.

Yuri Aguilar, politólogo y último candidato de UPyD por València en unas generales, cree que la imposibilidad de consolidar una opción de centro hay que buscarla en los errores que han cometido los líderes políticos que ha tenido ese espacio. «Nunca han sido capaces de tomar las mejores decisiones. Yo creo que sí hay votantes en el centro y votan a los partidos en este espacio cuando les ven con opciones, ocurrió con UPyD y también con Ciudadanos, que fueron muy votados, pero ni Rosa Díez ni Rivera supieron jugar las cartas; hay un momento en el que Rivera suma 180 diputados con el PSOE de Pedro Sánchez y puede ser nada menos que vicepresidente del Gobierno y lo tira por la borda porque cree que puede superar al PP».

"Todos los partidos quieren colgarse la etiqueta de centristas, todos dicen que lo son porque parece lo ideal, pero el centro no es ni de PSOE ni de PP, es otra cosa"

José Luis Boado - Diputado del CDS en las Corts Valencianes (1987-1991)

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La doctora en Ciencia Política y profesora Nadia Khalil opina que Ciudadanos representa una alternativa intermedia, pero solo en apariencia.En su opinión, el partido que ahora lidera Inés Arrimadas también ha colaborado en ahondar la polarización criticando al PSOE por ser demasiado progresista o al PP por todo lo contrario.Ajuicio de Khalil, la dificultad para consolidar opciones de centro radica en el solapamiento entre los dos grandes partidos que ya ocupan parte de ese espacio. «Es muy difícil que una opción solo de centro consiga un nicho tan grande de votantes que se conforme solo con votar a ese espacio. Es por esa necesidad que Ciudadanos ha tenido que ir cambiando a izquierda y derecha según el momento, pero ocurre que los electores no siempre están dispuestos a seguir esos movimientos».

La politóloga y periodista Carmen Andrés, vinculada a Ciudadanos, cree que partidos moderados y modernos que sepan recoger el descontento, que primen la gestión y que no se dejen arrastrar por la polarización siempre van a tener su espacio y sus posibilidades de éxito electoral.Andrés responde, en contra la corriente generalizada, que el proyecto «centrista» de Ciudadanos continuará y lo ve necesario «para dar voz a millones de españoles que no se sienten identificados con los extremos».

"La ‘batalla de València’ acabó con cualquier opción de centro valenciana"

Joan del Alcázar - Catedrático Historia Contemporánea

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La evaporación del centro amplifica la polarización

«A Ciudadanos lo que le ha pasado es que el cambio de estrategia no suele entenderse bien por parte del electorado. La razón de ser de Ciudadanos es la oposición al nacionalismo catalán y fuera de ese marco sus propuestas han sido muy cambiantes», añade Khalil. Boado sostiene que el centro es necesario y siempre habrá espacio, pero cree que el gran problema de Ciudadanos es que, al menos en la Comunitat Valenciana, se nutrió en exceso de personas que venían de la línea más dura del PP.

El debate lleva a si la ausencia de partidos como Ciudadanos ampliará aún más la polarización que se ha instalado en la política española y que todo parece indicar que aumentará con la campaña de las autonómicas a la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, unas elecciones que adquirirán más potencia por la posición central que ocupa la capital en la política española.

"Las posiciones de centro en España en estos 40 años las han aportado PNV y CiU"

Albert Girona - Doctor en Historia

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Ese contexto de hiperpolarización hace imposible el debate sosegado y centrado, lo que deja muy poco espacio para que la moderación pueda abrirse camino como opción mayoritaria. Carmen Andrés amplía esta idea: «No solo es que se está dejando de lado el debate tranquilo, sino que se llega a posiciones tan absurdas como rechazar propuestas únicamente por quien las hace. Si se rechaza de entrada la posibilidad de conversar con el adversario político o la opción de tener que ceder en las demandas para llegar a acuerdos, así es imposible llegar a consensos».

«Estamos ante un clima de hiperpolarización política, siempre pensamos que ya no cabe más, pero se incrementa y hemos llegado a esa dicotomía de ‘comunismo o libertad’ que plantea la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso», opina Del Alcázar.

El historiador detecta que estamos inmersos en la oleada que inauguró Donald Trump en 2017 y, en su opinión, los discípulos más aventajados en España son Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez (ex alto cargo de Aznar). «Creo que la extrema derecha busca esa polarización y esa es la corriente dominante en el PP, la de no hablar de los problemas de la ciudadanía sino de dicotomías y ahí creo que el centro sí es necesario», añade el catedrático.

Lo que ocurre es que el PP no tiene en estos momentos «incentivos» para ocupar posiciones de centralidad, opina Khalil. «Su competición es directa con Vox y de ahí vienen también los giros estratégicos de Casado y su crisis de identidad como partido».

El banquero condenado Mario Conde, en su intento por reflotar las siglas del CDS en 2000 Levante-EMV

«El problema es que la política se ha convertido en espectáculo -reflexiona Girona- asistimos a discursos muy flojos ideológicamente, ya no es que la política sea líquida, sino casi gaseosa, de ideas que duran muy poco, de eslogan.Ayuso, por ejemplo, es una maestra de la gasificación política, con lemas como ‘socialismo o libertad’, que salen de la publicidad pero que detrás no hay nada. Eso hace que se haya perdido mucho la racionalidad en los discursos y los liberales podrían jugar un papel importante en la política española, pero no lo han hecho», contextualiza Girona.

Aguilar lo resume con esta reflexión: «Twitter ha hecho mucho daño a la política y se han perdido las formas por completo, no hay respeto por los rivales ni por las instituciones y creo que dañarlas es un grave error, eso es la antipolítica, creo que cada vez más los políticos se parecen menos al ciudadano medio y ahí tenemos un problema. La amplificación de la polarización no viene tanto por la desmembración del centro, sino por la irrupción de Vox, que dificulta aún más llegar a consensos en grandes temas», añade el politólogo.

"Ninguno de los líderes que ha tenido el centro ha sabido jugar sus cartas. Albert Rivera tuvo ocasión de ser vicepresidente del Gobierno y lo tiró todo por la borda"

Yuri Aguilar - Excandidato de UPyD y polítólogo

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Cantó, ya dimitido de Ciudadanos, en uno de sus intentos de golpe de efecto al citar a la prensa en un gimnasio F. B.

Votante solo emocional que necesita discursos duros

Andrés considera que hay una vorágine entre los partidos en la lucha por la visibilidad a través de mensajes cada vez más duros y polémicos. «Eso va a ser muy complejo de romper y han sido los propios partidos los que para tener una mayor visibilidad y movilizar a sus votantes por motivos emocionales han generado un discurso de polarización que creo que no representa a la sociedad», opina Andrés. «Siempre estamos con una dinámica de blancos o negros, pero es necesario dar respuesta a los que votan con la razón y que quieren romper con ese voto únicamente emocional basado en mensajes sencillos y muchas veces populistas».

"Se está dejando de lado el debate sosegado, solo vemos discursos duros"

Carmen Andrés - Politóloga y asesora de Cs

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Por eso precisamente, Laguna considera que hay muchas diferencias entre los partidos que trataron de ocupar el centro político en la transición y Ciudadanos. «Creo que el gran problema de Cs ha sido su derechización. La foto de Colón e intentar hacerse con el control de la derecha antes de tiempo condenaron a Rivera». En cambio, el CDS era un avance constante hacia la socialdemocracia, «hacia un centro izquierda muy definido y de defensa de unos valores alrededor de personas de la talla del propio Suárez, de Carlos Revilla, Raúl Morodo, Ramón Tamames, Rafael Calvo Ortega o Eduardo Punset (padre de Carolina Punset). Ellos no era gente de derechas sino todo lo contrario».

Punset acaba con una idea que a su juicio es muy relevante: el electorado penaliza en España a los partidos que proponen acuerdos con otros. «Harán falta muchas décadas que nos llevan de ventaja otras democracias europeas donde las votantes, muy al contrario de lo que ocurre aquí, premian a los políticos capaces de sentarse a negociar posiciones en beneficio del interés general». Y mientras, el centro se va quedando huérfano.

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