Amparo Barbeta, Trapani (Sicilia). enviada especial

La lógica se cumplió ayer y el Desafío Iberdrola estrenó su casillero de victorias para abandonar la última posición en que estaba anclado en el Acto 8 de la Louis Vuitton. Y no es que se trate de un triunfo muy meritorio, ya que lo obtuvo por la retirada del China Team.

No obstante, abstrayéndose del momento del abandono -el equipo patrocinado por la firma valenciana Lladró rompió la mayor al enredar un cable con la vela-, el Iberdrola fue infinitamente superior. Ya en la salida, el equipo español le tomó dos esloras -longitud del barco- al equipo chino, para ir incrementando la ventaja vertiginosamente; así, si al paso por la primera baliza la diferencia entre uno y otro barco era de 36 segundos, en la segunda el equipo español amplió la renta a un minuto y veintinueve segundos, para completar el resto del recorrido en solitario al coincidir el paso por la tercera baliza con la rotura de la vela mayor y la retirada del China Team. Similar regata completó el Shosholoza ya que los franceses del K-Challenge tampoco completaron el recorrido al romper el génova -vela delantera.

El Emirates New Zealand ganó por un minuto y medio al United Internet Team Germany; prácticamente la misma diferencia que le endosó el BMW-Oracle al Mascalzone Latino. El Luna Rossa atravesó la meta con una ventaja de minuto y treinta segundos sobre el Victory Challenge, y el Alinghi ridiculizó a los olímpicos del +39 al sacarles una ventaja cercana a los tres minutos en la llegada.

El aumento de la ola -calificada por el Comité de Regatas de Extraordinaria- obligó a suspender la segunda regata del día. O mejor dicho, a posponerla para hoy; así, si las condiciones meteorológicas no lo impiden, el Iberdrola se medirá a dos equipos italianos, al Luna Rossa y al +39. Sin embargo, el enfrentamiento estelar de la jornada lo protagonizarán los dos grandes aspirantes, el Emirates New Zealand y el BMW-Oracle. Será el momento de comparar potenciales.