Luis Villarejo, Bruselas. efe

La selección española aterrizó ayer en Bruselas con el equipaje lleno de optimismo, con un grado de concentración máximo y con su entrenador Luis Aragonés al frente, que, a falta de un día para el decisivo partido contra Bélgica, tiene su once claro.

España llegó con mucho retraso. Fue un día largo. Con un par de horas de espera en Barajas. La niebla hizo que el tráfico aéreo no fuese el idóneo. Y además, el hallazgo de un obús de la II Guerra Mundial en las cercanías del aeropuerto de Amsterdam hizo que muchos vuelos se desviasen a Bruselas desde la ciudad holandesa. De ahí, el trasiego que vivió la capital belga.

La selección absoluta llegó con ansiedad. Con ganas de afrontar ya un encuentro que puede resultar histórico. Si vence a Bélgica, las puertas del Mundial de Alemania se mantendrán medio abiertas. Perdiendo, el mazazo moral sería terrible. Pero en la delegación española sólo hay energía positiva.

Hoy, los sub-21

Incluida la que transmite el equipo sub $2721 que también se desplazó en el mismo vuelo chárter para afrontar, hoy, en Lieja, su partido de clasificación para la Eurocopa de la categoría.

Ayer, Luis realizó su primer entrenamiento en Bélgica. Tiene claro que Raúl y Fernando Torres son sus bazas ofensivas. Con David Villa en la recámara por si el partido se enreda.

A todo el grupo se le ve más implicado que nunca. Se juega su prestigio una generación de futbolistas que entró en el equipo nacional con solvencia tras la decepción de la Eurocopa. Se pudo ver en Barajas y ya en Bruselas a un Iván de la Peña radiante.

Siete mil seguidores apoyarán a la selecciónen las gradas. La colonia española se dejará sentir en el partido.