Jour de fête!, decíamos al evocar a Jacques Tati subido a su bicicleta de alegre cartero en la película así titulada que le lanzó a la fama en 1948, cuando teníamos dos años de edad. Con el éxito logrado en la misma inventó para las siguientes el personaje de Mr. Hulot, un tipo muy peculiar que nos hizo, ya mas crecidos, reír a carcajadas. Su pipa, su gabardina y su manera de andar, junto a la serena visión de un mundo modernizado que veía dirigirse hacia la más absoluta banalidad, dotaron a Mr. Hulot de una sorprendente personalidad que traspasó fácilmente la pantalla. Los espectadores disfrutaron entusiasmados con él. Sobre todo cuando en sus aventuras le contemplaban deteniéndose perplejo y preguntándose como podía ser posible encontrar cada vez más gente empeñada en complicar la sencillez.

«¡Día de fiesta!», decimos este domingo en Valencia. Es el día de la Comunidad y mientras la mayoría se dedicarán a celebrarlo sin entretenimientos adicionales, nosotros tenemos tres citas muy interesantes como granotas. Por la mañana, las de Buñol y Catarroja. Por la tarde, la del Ciudad de Valencia. Al coincidir en horario las dos primeras no podemos partirnos en dos y elegimos acudir a la Ciudad Deportiva donde el Levante B, flamante líder de su grupo, recibe al Alfaro riojano. El formidable inicio de temporada que está realizando merece nuestro aplauso más sincero.

Pero también nos gustaría, no lo duden, animar a las chicas del femenino que juegan en Catarroja frente al equipo navarro del Lagunak. Han recuperado los tres puntos de su primer partido liguero, por alineación indebida del Rayo Vallecano, y están situadas en lo más alto de la clasificación.

Nuestro deseo es acabar contentos la matinal, presenciando la victoria del filial y escuchando por radio la de las chicas. Nos vendría francamente bien, después de pasar la semana sin olvidar ni digerir el festival de impotencia que ofreció el primer equipo en el Nou Estadi de Tarragona. Allí lo sufrimos en primera persona, rodeados de seguidores levantinistas desplazados. Gracias a su compañía se nos hizo más llevadera la tarde, comprobando además con satisfacción como convivían sin problemas las peñas ultras granota de diferente ideología. Una grata novedad que alivió nuestro decaído ánimo por lo presenciado en el terreno de juego.

«¿Será posible lo que está pasando?», nos preguntábamos en las gradas tarraconenses. Asumiendo el papel de un Mr. Hulot atónito no entendimos la razón de complicar lo sencillo. Si el Levante mostraba hasta ese día unas maneras de comportarse que le aportaban buenos dividendos en forma de puntos, ¿por qué dio la sensación de haberlas dejado en el vestuario y de enredarse en sí mismo? ¿A qué se debía la aparente desgana general del equipo, sin agallas ni contundencia en su forma de expresarse?

Las respuestas a estas cuestiones no las tenemos. Pero, a pesar de ello, seguiremos confiando en el propósito de enmienda. Y nos convenceremos de que el equipo levantinista, en la tercera cita granota de este domingo, saldrá dispuesto a borrar ante el Recreativo de Huelva la mala imagen dada en Tarragona. A Sant Dionis, alegre santo del día de la Comunidad, se lo encomendaremos. Comiendo unos trons y unas piuletes que hubieran hecho las delicias de quien nunca comprendió la complicación de lo sencillo, de nuestro admirado Jacques Tati, creador de Mr. Hulot.