Efe, Vilna (Lituania)

La victoria de Serbia y Montenegro fue un resultado justo ya que fue el mejor equipo sobre el césped y tuvo a un inspirado Mateja Kezman cuya racha goleadora (marcó ante Lituania en Belgrado, ante España en Madrid y ahora ante Lituania en Vilna) puede ser decisiva para lograr la primera plaza del grupo.

El partido comenzó con una ofensiva total de Serbia y Montenegro y con una clara ocasión para Mateja Kezman, cuyo remate en el minuto 7, en una posición muy buena, acabó por encima del larguero. En el minuto 10, tras una lesión muscular de Dejan Stankovic, Ilija Petkovic se vio obligado a hacer el primer cambio: entró Dragan Mladenovic, ex jugador de la Real Sociedad, pero el ritmo del equipo visitante no bajó.

Claro dominio

La selección serbo-montenegrina dominaba claramente, aunque sin crear grandes oportunidades. El único peligro para Dragoslav Jevric lo creó en el minuto 21 su compañero Mladen Krstajic tras un grave error que Jankauskas no supo aprovechar. Su tiro se fue por encima de la portería aunque estaba sólo.

En la recta final del primer tiempo, tras una falta sobre Lukovic, Predrag Djordjevic sirvió un buen centro que Mateja Kezman, listo como siempre, convirtió en el 0-1. Kezman volvió a demostrar su olfato de gol. En el minuto siguiente Nikola Zigic mandó el balón a la red de los lituanos pero la alegría de los serbios duró poco: el árbitro anuló el gol por fuera de juego.

La segunda mitad empezó con una gran oportunidad de Savenas pero Jevric, con una gran parada, impidió el empate. En el minuto 53 se lesionó Nikola Zigic en una jugada en que los visitantes solicitaron penalti, pero el árbitro holandés no pensó lo mismo.

Entró Daniel Ljuboja y en el primer contacto con el balón pudo aumentar la ventaja de su equipo, pero esta vez Karcemarkis mostró su clase y con la pierna impidió el gol.

Todas las dudas sobre el ganador se resolvieron en el minuto 86 con un gran pase de Ljuboja para Zvonimir Vukic que, con sangre fría e impecable maestría, mediante un leve toque por encima del portero a media salida y con la duda en el rostro, marcó el segundo gol que a Serbia y Montenegro le abre las puertas del Mundial de Alemania 2006.