Efe, Indian Wells (Estados Unidos)

Este es el tercer título conseguido por el número uno del mundo en lo que va de temporada, tras los de Doha y Abierto de Australia, y el 36 de su carrera, logrado esta vez con una gran exhibición de juego ante el verdugo del español Rafael Nadal en semifinales.

Blake solo aguantó un asalto a la perfecta maquinaria suiza. El estadounidense, que hoy aparecerá como noveno del mundo y que ha ganado este año en Sydney y Las Vegas, vio truncado su sueño de deshacerse de los dos primeros jugadores del mundo en el mismo torneo, pero no obstante sale del mismo con la convicción de que tiene un sitio entre los mejores.

Si el sábado Blake jugó un tenis primoroso para vencer a Nadal, ayer se vio minimizado por la espectacularidad del número uno del mundo, a pesar de que tuvo su oportunidad en esa primera manga, cuando fue por delante con dos rupturas, pero no supo conservar esa distancia y le faltaron recursos para hacerse con este parcial.

Ahí se derrumbaron todas las esperanzas de Blake, puesto que el juego de Federer subió hasta tal punto que el americano se fue desmoronando paulatinamente ante la perfección de los golpes del suizo, en plena exhibición, tanto al fondo, con aceleraciones vertiginosas, como en la red, donde apenas perdonó. El punto clave del partido fue el octavo juego, cuando Federer apuró aún más sus golpes y desbordó a su adversario sin oposición para robarle de nuevo su servicio. Blake no pudo soportar la especial definición del suizo y cedió ese juego, y nueve en total, hasta el final, desarbolado, incapaz de aguantar los cambios de ritmo del europeo, e incluso avergonzado ante la superioridad de su rival.