Coñazo es persona o cosa latosa, insoportable. Verbigracia: Raúl González y sus turiferarios. Coñazo es vocablo machista, estúpido y contradictorio. Es despectivo para la mujer pese a que el hombre lleve en la frente impresa la parte externa del aparato genital de la hembra. Para el hombre lo estupendo, extraordinario y loable es ser cojonudo.

Coñazo no es palabra con gran pedigrí puesto que no lo recoge, por ejemplo, Sebastián de Covarrubias en Tesoros de la lenguas castellana. Si está en el diccionario de la Real Academia, también en su reciente Diccionario esencial e igualmente lo recoge el María Moliner Coñazo es la insoportable contumacia en que viven algunos informadores deportivos quienes no pueden soportar que Raúl González, antes el 7 de España, no esté en la selección nacional. No pararán hasta conseguir su vuelta. Es casi una cruzada.

Cada mañana al despertarse y cada noche al acostarse, si se tiene por costumbre oír la radio es natural que se suelte una interjección: coño. Si uno se acerca al quiosco y ve las portadas de los diarios deportivos no puede por menos que preguntarse: ¿Otra vez? ¡Vaya coñazo!

Si uno pertenece al grupo de los coñones, de quienes gustan de la frase burlona, de la broma, acaba siendo anatematizado por los defensores de la ortodoxia de quien se sirve de los pulgares para reivindicar un número que ahora no le pertenece..

Coñearse no sirve de mucho cuando se lucha en trinchera enemiga. Se tiene la batalla perdida. No obstante, solamente echar mano de la coña permite librarse del acoso mediático de quienes abusan del tema. El tema ya se sabe que es la monomanía de los locos. Y no es precisamente locura seguir dando el coñazo con la ausencia de Raúl. Como no lo es que últimamente haya que padecer la campaña en favor de Casillas para que le otorguen el Balón de oro. Se trata de perseverancia en la militancia.

A Raúl lo puede devolver a la selección el actual seleccionador a quien acosan constantemente. Para Del Bosque puede ser hasta tortura no poder tomar la decisión sin que el empujen desde fuera ciertos medios y desde dentro Fernando Hierro, comisario político de la Federación.

Los turiferarios se llenan la boca con la ausencia de Raúl y siguen proclamándole el mayor goleador de la historia de la selección, dato falso, porque sólo se pondera el número y no el porcentaje. David Villa ha marcado 23 goles en 40 partidos y sale a la media de 0,57. Raúl con 44 tantos en 102 encuentros da el porcentaje de 0,43. No es el 7 de España.

Para no desesperarse, tal vez conviene que algunos acepten la receta de un médico catalán que para vivir feliz, muchos años y sobreponerse a los coñazos proponía «mucha coña, poco coño y un poco de coñac». Sólo discrepo de una de las dosis.